El Borussia Dortmund da una tunda hist¨®rica al Atl¨¦tico
El conjunto alem¨¢n endosa una goleada contundente al conjunto rojiblanco, la mayor recibida con Simeone en el banquillo
De lo que era una prueba de altura, el Atl¨¦tico sali¨® vapuleado. La mayor tunda de la era Simeone. Un estadio que es un volc¨¢n y un equipo fren¨¦tico que trata de concordar con la ac¨²stica febril de las gradas. Con la Marcha Triunfal de A¨ªda, de Verdi, de aperitivo sonoro. Cerca de 70.000 gargantas que se inflamaban y rug¨ªan a cada ataque desbocado de los suyos. Casi siempre capitalizados por Achraf, tres asistencias y un sinf¨ªn de carreras que le erigieron en el estilete que acuchill¨® al Atl¨¦tico. El lateral cedido por el Madrid encabez¨® ese cicl¨®n que es el Dortmund cuando se desata. Fue una pesadilla para Juanfran, que acab¨® reventado de intentar sostenerle tantas proyecciones. El 4-0 ratific¨® los malos s¨ªntomas que se atisbaron el pasado s¨¢bado contra el Villarreal. Apenas tuvo 20 minutos de digna ambici¨®n el equipo de Simeone en el arranque del segundo acto. Luego, sucumbi¨® ante las cascadas de contragolpes. Una fiebre amarilla, f¨²tbol el¨¦ctrico que parti¨® en dos a un equipo que presume de ser el mejor del mundo en defensa. El rapapolvo fue tremendo para el Atl¨¦tico. Cuando quiso ir a por el partido ya fue tarde y se arriesg¨® a lo que sucedi¨®. El Dortmund lo tumb¨® a mandobles vertiginosos. Uno tras otro hasta completar esos cuatro goles hist¨®ricos en los tiempos de Simeone que supone la mayor goleada recibida desde que el Cholo lleg¨® al equipo.
De entrada, no hubo muchos de esas oleadas espasm¨®dicas de los locales porque el Atl¨¦tico jug¨® a dormir el partido. No le interesaba un duelo pasado de revoluciones y pretendi¨® atemperarlo con la pelota. Una rara avis en este equipo, que galopa mejor que trota. Si ese era el plan, sorprendi¨® de nuevo la suplencia de Rodrigo, que es el m¨¢s apto para amasar el juego. Cada vez que Simeone sienta al chico hay un clamor generalizado. No se sabe si estamos ante un caso en el que se impone el r¨¦gimen cuartelario del t¨¦cnico, como le sucedi¨® a Griezmann en su primera temporada, o realmente en la pizarra se impone el Tauro que Simeone lleva dentro. Bajo la batuta de Thomas, el Atl¨¦tico logr¨® imponer el control que buscaba. Dom¨® al Dortmund al menos durante el primer cuarto de hora. No hac¨ªa pupa con sus circulaciones, pero al menos contuvo el f¨²tbol-avalancha que tem¨ªa del Dortmund, rebajado tambi¨¦n por su entrenador, que dej¨® en el banquillo al el¨¦ctrico Jadon Sancho, su jugador m¨¢s desequilibrante junto a Marco Reus. Larsen, el escogido por Sancho, dej¨® poco. Sin Alc¨¢cer, lesionado, Favre decidi¨® jugar sin su otro nueve de referencia, Philipp. Jug¨® con G?tze de falso nueve, para borrarle las referencias a God¨ªn y a Lucas.
Fue Achraf, esplendoroso, aunque jugara cambiado de banda, el que rompi¨® el letargo del Dortmund. Comenz¨® una exhibici¨®n de carreras, apoyado en una zancada larga, que comenz¨® a desestabilizar el sistema defensivo del Atl¨¦tico, ya replegado atr¨¢s, en su formaci¨®n cl¨¢sica de 4-4-2 en campo contrario. A partir de Achraf comenz¨® a crecer Reus y a imponerse en el medio Witsel. En la medida que el mediocentro belga creci¨®, fueron menguando Koke y Thomas, que empezaron a perder balones y darle al Dortmund su arma preferida, la posesi¨®n. Ya no sal¨ªa el Atl¨¦tico de su campo. Constre?ido Diego Costa por el imponente f¨ªsico de Zagadou y Diallo. Desconectado Griezmann y orillado de nuevo en la banda Lemar, donde se pierde, el partido ya era del Dortmund. La en¨¦sima penetraci¨®n de Achraf, su apoyo con G?tze y la dejada de este para que Witsel sacara un derechazo desde la frontal derrib¨® la tapia del Atl¨¦tico e hizo rugir el Muro Amarillo de la tribuna sur.
El gol dej¨® muy tocado al Atl¨¦tico, desnortado y sin saber ni d¨®nde estaba como equipo y menos d¨®nde estaba la pelota. La sensaci¨®n de equipo desvencijado debi¨® de apoderarse de Simeone, que dej¨® a Thomas en la caseta y dio entrada a Rodrigo. Fue otro el Atl¨¦tico, al menos en los primeros 20 minutos del segundo tiempo. Mand¨®n, con m¨¢s criterio con la pelota y metido en campo contrario, achuch¨® al Dortmund en ese tramo. Lo agobi¨® y tuvo el empate en dos disparos de Sa¨²l. El primero, raso y abajo, se le fue por un dedo. El segundo fue una rosca que se estamp¨® en la cruceta.
Pag¨® caro el Atl¨¦tico no haber optimizado con un gol ese dominio. Achraf volvi¨® a encontrar pista libre. Su centro atr¨¢s lo remach¨® Guerreiro. Con 2-0, todav¨ªa pudo meterse el Atl¨¦tico en el partido. Correa estamp¨® el bal¨®n en el palo. Luego ya sobrevino la hecatombe. Achraf asisti¨® a Jadon Sancho. Desarbolado, roto como equipo, vulnerable ya a cualquier galopada, Guerreiro cerr¨® el marcador. El cicl¨®n ofensivo del Dortmund se llev¨® por delante a un equipo que tard¨® en ir a por el partido. Y cuando fue se encontr¨® con una tormenta.
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