?Messidependencia? S¨ª, gracias
El Bar?a mira a Messi porque no debe mirar a ning¨²n otro sitio, en contraposici¨®n a un Real Madrid que todav¨ªa no sabe a d¨®nde mirar desde la espantada de Zidane y Cristiano
Para comprender la importancia capital de Messi en el Bar?a basta con recrearse en las im¨¢genes difundidas estos ¨²ltimos d¨ªas por las televisiones de medio mundo. El argentino permanece tumbado en la banda tras su encontronazo con el Mudo V¨¢zquez, el partido se reanuda, y los aficionados encuadrados en el mismo tiro de c¨¢mara que el futbolista clavan su mirada sobre ¨¦l, desentendi¨¦ndose por completo del juego. As¨ª es Messi, tanto fuera como dentro del campo: un im¨¢n que lo atrae todo, poco importa si hablamos del bal¨®n, los entramados defensivos del rival o la atenci¨®n de los espectadores.
La Messidependencia dej¨® de ser un debate candente hace mucho tiempo, tanto que el propio Ernesto Valverde no muestra reparo alguno a la hora de reconocerla. Y hace bien. Cualquier otra respuesta ser¨ªa entendida como una astracanada innecesaria, otro alegato sin valor, torpe y latosa poes¨ªa. Hace unos a?os, durante la celebraci¨®n de una boda, presenci¨¦ una reacci¨®n que me dej¨® maravillado por su l¨®gica. La mujer, prima segunda del novio, se emocion¨® tanto con el ¡°s¨ª, quiero¡± de este que perdi¨® el oremus y comenz¨® a pedir pa?uelos a cuantos la rode¨¢bamos con bastante escandalera. Fue entonces cuando el marido, un tanto abochornado por sentirse el centro moment¨¢neo de la celebraci¨®n, le sec¨® el rostro con sus propias manos mientras le dec¨ªa: ¡°Tranquila, ?qu¨¦ esperabas? ?Qu¨¦ te dijera que no?¡±.
Evarist Murtra, uno de los personajes m¨¢s respetados y apreciados del entorno cul¨¦, ya lo advert¨ªa en unas declaraciones realizadas a este mismo peri¨®dico hacia final de la temporada 2012-2013. ¡°Hemos pasado de la Bar?adependencia de Messi a la Messidependencia del Bar?a¡±. Y a?ad¨ªa. ¡°Yo no lo veo como un problema, incluso puede ser una ventaja si se orienta bien. Una tarea que, en cualquier caso, corresponde a los t¨¦cnicos¡±. Dicho cometido estuvo a punto de devorar a Luis Enrique en sus primeros meses, tan obsesionado con liderar una nueva revoluci¨®n del proletariado que tropez¨® -y sali¨® rebotado- ante la naturaleza absolutista de Messi. Valverde, por el contrario, siempre ha tenido claro que todo gira en Barcelona alrededor del nuevo Rey Sol, ese Luis XIV contempor¨¢neo capaz de construir su propio Versalles en un par de arrancadas.
La Messidependencia es la mayor bendici¨®n recibida por un club como el Bar?a desde que Cruyff aterrizara en El Prat all¨¢ por 1973. Lo hizo acompa?ado de su esposa, Danny, y rodeado por una marabunta tan necesitada de referentes que algunos ofrec¨ªan a sus hijos en santo sacrificio para que los besara. Una semana m¨¢s tarde, llegar¨ªa el hist¨®rico 0-5 en el Santiago Bernab¨¦u. Como entonces, los ojos de todo el barcelonismo permanecen hoy clavados en un ¨²nico punto, correctamente focalizada la atenci¨®n y sin riesgo alguno de dispersi¨®n. El Bar?a mira a Messi porque no debe mirar a ning¨²n otro sitio, en contraposici¨®n a un Real Madrid que todav¨ªa no sabe a d¨®nde mirar desde la espantada de Zidane y Cristiano. Y por eso resulta tan conveniente la respuesta de Valverde al ser preguntado sobre dependencias, un tipo de patolog¨ªa que solo puede tratarse desde la m¨¢s estricta humildad y honradez. El Bar?a tiene un problema y su entrenador lo sabe mientras que, en Madrid, nadie parece saber ni contestar.
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