Nadie puede con Simone Biles (ni ella misma)
A pesar de sufrir dos ca¨ªdas, la campeona ol¨ªmpica se convierte en la primera gimnasta con cuatro t¨ªtulos mundiales y alarga su reinado con vistas a Tokio 2020
Es dif¨ªcil pensar en un deportista que domine su especialidad de la forma que lo hace Simone Biles desde que debut¨® hace cinco a?os en unos Mundiales de gimnasia. Ni siquiera Michael Phelps o Usain Bolt, con los que la maravillosa gimnasta estadounidense comparti¨® gloria en los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo hace dos a?os, extendieron su dominio de la forma en la que lo est¨¢ haciendo la estadounidense. Este jueves ha ganado su cuarto t¨ªtulo mundial, todos a los que ha aspirado, y se ha convertido en la primera gimnasta en lograr semejante gesta. Ni una ca¨ªda en el salto, el primer aparato del d¨ªa, ni otra en la barra han logrado romper el hechizo.
Biles lo tiene todo. Un programa imposible para cualquier otra gimnasta del mundo, una seguridad en s¨ª misma que asombra y un liderazgo y un carisma que la convierten en una de las grandes estrellas del deporte mundial, como ya demostrara en R¨ªo. Por eso, como en su d¨ªa pas¨® con Bolt en las pistas de atletismo, su dominio es todo menos aburrido. Cada competici¨®n se convierte en un duelo contra ella misma y contra la historia, un espect¨¢culo el¨¦ctrico de mortales y piruetas. Hipn¨®tico, incluso, para los no aficionados a la gimnasia.
De regreso de un a?o sab¨¢tico merecido tras su espectacular competici¨®n ol¨ªmpica ¡ªcuatros oros y un bronce¡ª y tras una clasificaci¨®n extraordinaria en Doha (Qatar) el pasado s¨¢bado a pesar de haber pasado poco antes por urgencias por una piedra en el ri?¨®n, era imposible pensar que alguna rival pudiera hacer sombra a la americana. Pero tampoco era de esperar que Biles tropezara consigo misma en la final. Y no una, sino dos veces.?
Primero lo hizo en el potro, donde realiz¨® un ejercicio que ninguna otra gimnasta ha ejecutado y que a partir de estos Mundiales llevar¨¢ su nombre, un salto que hizo a la perfecci¨®n hace unos d¨ªas, pero que este jueves ha terminado aterrizando con el culo en la colchoneta. Y, despu¨¦s, en la barra de equilibrios, donde se ha ca¨ªdo tras su primer mortal adelante.
Tan rara fue la competici¨®n para la gran reina de la gimnasia que en el suelo, su ejercicio favorito, aquel con el que maravill¨® al mundo en los ¨²ltimos Juegos y que ahora, incluso, ha mejorado, ha cometido otras dos imprecisiones impropias de ella: se ha salido del tapiz en la primera diagonal y ha sido incapaz de enlazar su famoso Biles (un doble en plancha con medio giro) con el salto posterior.
A pesar de ello Biles ha logrado un total de 57,491, m¨¢s de un punto y medio m¨¢s que su inmediata perseguidora. En la otra liga, la del resto de las gimnastas del mundo, se ha impuesto la japonesa Murakami, que no fall¨® y tambi¨¦n hizo historia para su pa¨ªs. Ha superado a la estadounidense Morgan Hurd, incapaz de defender el t¨ªtulo que logr¨® el a?o pasado en ausencia de la prodigiosa Biles.
Para hacerse una idea de la distancia entre la campeona y las otras competidoras basta con mirar los resultados: entre la japonesa y la 12? clasificada, la canadiense Elsabeth Black, hay el mismo punto y medio largo que entre ella y Biles. Si la estadounidense no hubiera fallado la distancia hubiera sido? sideral.
¡°Un ataque al coraz¨®n¡±
¡°No quer¨ªa provocar a nadie un ataque al coraz¨®n¡±, ha escrito Biles en sus redes sociales tras la competici¨®n; ¡°Pido disculpas. No volver¨¢ a ocurrir¡±. Antes, ante los periodistas, hab¨ªa reconocido sentirse ¡°un poco decepcionada¡± por su actuaci¨®n en su segunda final en Doha: ¡°S¨¦ que puedo hacerlo mucho mejor y lograr mejores notas. Buscar¨¦ resarcirme en las finales¡±.
Tras lograr el oro por equipos, el martes, y el t¨ªtulo individual este jueves, Biles est¨¢ clasificada para las cuatro finales por aparatos que se celebran el viernes y el s¨¢bado. En la clasificaci¨®n fue la mejor en salto, barra y suelo, y la segunda en las paralelas, solo superada por la belga Nina Derwael.
Desde que se diera a conocer al mundo en R¨ªo de Janeiro, todo ha cambiado para Biles. En su vida y en su forma de hacer gimnasia. Es una chica de 21 a?os que, a juzgar por sus redes sociales, no es muy diferente a cualquiera de su edad: sale de fiesta, viaja con su novio, posa en ba?ador. Pero tambi¨¦n es una de las centenares de supervivientes de los abusos sexuales de Larry Nassar (el m¨¦dico encarcelado de por vida que trabaj¨® durante d¨¦cadas para la Federaci¨®n Estadounidense de Gimnasia), algo que hizo p¨²blico a principios de este a?o.
Para entonces ya hab¨ªa vuelto a entrenarse tras su elegido descanso posol¨ªmpico en el gimnasio que le construy¨® su familia en Spring (Texas). Pero en lugar de hacerlo con Aimee Boorman, su entrenadora desde los seis a?os y con la que mantiene una estupenda relaci¨®n, escogi¨® al franc¨¦s Laurent Landi y a su mujer Cecile Canqueteau, ambos exgimnastas afincados desde hace a?os en Texas. El objetivo es llegar a Tokio 2020 con la motivaci¨®n y la capacidad competitiva intactas, porque la facilidad para este deporte se le presupone.
Con ellos ha mejorado de forma incre¨ªble su programa. Sus ejercicios en los cuatro aparatos son mucho m¨¢s complejos que los que present¨® en R¨ªo. Incluso en las paralelas, su punto d¨¦bil, ha introducido nuevos enlaces y una salida m¨¢s complicada y se aprecia una t¨¦cnica m¨¢s depurada.
¡°Simone es muy especial y es una suerte vivir esto como entrenador porque es una experiencia totalmente diferente¡±, ha dicho Landi a la Federaci¨®n Internacional; ¡°campeones como ella solo aparecen una vez en 100 a?os¡±.
De Nadia Comaneci y las divas sovi¨¦ticas al prodigio americano
Simone Biles no tiene rival. Desde 2013, cuando debut¨® en los Mundiales de Amberes, nadie ha logrado ganar en la final individual a la? estadounidense. Pero la gimnasia de hoy tiene poco que ver con la que encumbr¨® a las grandes divas sovi¨¦ticas, como Latinina o Tourischeva, a la checa Vera Caslavska, a la rumana Nadia Comaneci (la gimnasta m¨¢s famosa de la historia, que nunca logr¨® un t¨ªtulo mundial), e incluso a Svetlana Khorkina, la rusa que logr¨® tres entre 1997 y 2003 y que este jueves fue superada en ese palmar¨¦s por Simone Biles.
Para empezar, antes los mundiales no ten¨ªan car¨¢cter anual como ahora, con excepci¨®n del a?o ol¨ªmpico. Hasta 1978 ten¨ªan lugar cada cuatro a?os, como los Juegos Ol¨ªmpicos (Latinina se coron¨® en Mosc¨² 1958 y Praga 1962; y Tourischeva, en Liubliana 1970 y Varna 1974), y desde el a?o siguiente y hasta 1999, cada dos a?os.
Pero la clave principal est¨¢ en el c¨®digo de puntuaci¨®n, que cambia cada ciclo ol¨ªmpico para cumplir con el ¡°m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa¡± y que desde 2006 acab¨® con el m¨ªtico 10,00 que inmortaliz¨® Comaneci en los Juegos de Montreal. Si hasta ese a?o los fallos de ejecuci¨®n se restaban de la nota de dificultad ¡ªque en casi todas las gimnastas de ¨¦lite era de 10,00¡ª, desde entonces se suman las notas de ejecuci¨®n y dificultad.
Por eso, y sin restar m¨¦rito a lo logrado por Simone Biles, es dif¨ªcil creer que con dos ca¨ªdas como las de este jueves ¡ªel fallo m¨¢s grave que puede cometer una gimnasta en competici¨®n¡ª la estadounidense se hubiera coronado campeona en otra ¨¦poca.
Biles forma parte, adem¨¢s, de una generaci¨®n que alarga su vida deportiva de una forma impensable para las gimnastas anteriores. Comaneci, por nombrar a la m¨¢s medi¨¢tica, se retir¨® con solo 19 a?os y tras dos Juegos Ol¨ªmpicos, machacada f¨ªsica y emocionalmente. Biles, de 21 a?os, tiene cuerda para rato.
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