Un Atl¨¦tico a medias
El equipo de Simeone, sin ingenio para desmontar al Girona, logra empatar gracias a un gol en propia puerta
No le sienta bien el traje de protagonista al Atl¨¦tico, inc¨®modo con la exigencia de llevar el peso del partido y mover el esf¨¦rico de lado a lado hasta encontrar la fisura, patoso tambi¨¦n cuando se le reclamaba descontar l¨ªneas de presi¨®n para llegar con suficiencia al balc¨®n del ¨¢rea rival. Incapaz de dictar su ley en campo ajeno, solo contabiliza un triunfo fuera de casa en LaLiga, est¨¦ril cuando se le pide que juegue a contracorriente. Lo que es lo mismo, en el Wanda se da por descontado que al equipo no se le caen los anillos por perseguir a la pelota y al rival si la historia tiene final feliz, como acostumbra a sucederle. Pocos erosionan tanto el f¨²tbol y la voluntad del contrario. Pero en Montilivi, donde el Girona decidi¨® abrigarse en su campo para jugar a la contra, siempre con velocidad y sin pausa, el Atl¨¦tico result¨® una burda versi¨®n de lo que es, torpe en la manufacturaci¨®n y nulo en el remate, hasta el punto de que el gol del empate lo marc¨® Ramalho en propia puerta.
S¨ª que manejaba el cotarro Rodrigo, futbolista de los pies a la cabeza porque mezcla toque con raciocinio para fabricar f¨²tbol de muchos quilates. Aunque en Montilivi la producci¨®n se qued¨® ah¨ª, porque Thomas pon¨ªa m¨¢s m¨²sculo que pie y porque Lemar se enred¨® en el regate cuando las jugadas le ped¨ªan, precisamente, la velocidad que tiene. Pero a Rodrigo se le fundieron los plomos en una salida del bal¨®n, acosado por la presi¨®n del rival, y lo perdi¨® en beneficio de Borja Garc¨ªa, que levant¨® la cabeza y filtr¨® el pase a la carrera de Stuani. El delantero, avispado, se cobr¨® su parcela y desvi¨® un poco el cuero ante la salida de Oblak, que le atropell¨® sin remisi¨®n. Se?al¨® el colegiado falta ante el pasmo del p¨²blico, que vociferaba a los cuatro vientos la aplicaci¨®n del VAR. Deseo cumplido. El trencilla, advertido de su error, modific¨® la decisi¨®n y se?al¨® el punto de cal para que el uruguayo hiciera diana.
Con Koke fuera de plano y con Griezmann desnortado, por m¨¢s que su superlativa calidad le diera para un disparo lejano que Bono desbarat¨®, el Atl¨¦tico explic¨® que no ten¨ªa suficiente ingenio para imponerse. Solo Sa¨²l, que actu¨® de lateral izquierdo ante las bajas en la zaga, se rebel¨®; en una llegada desde la segunda l¨ªnea, remat¨® al larguero. Fue la ¨²nica oportunidad clara en el primer acto del Atl¨¦tico, que sufr¨ªa horrores al correr hacia atr¨¢s. Entre otras cosas, porque Simeone le pidi¨® a Koke que tirara para dentro para poblar la medular, para tener superioridad num¨¦rica y amasar el bal¨®n. Un detalle que no pas¨® por alto Eusebio, que desde el costado solicitaba que se tocara r¨¢pido al costado para que Roberts encarase a Arias, ya que el rival no pod¨ªa hacerle dos contra uno porque Koke estaba demasiado lejos. El desaguisado fue may¨²sculo para el lateral, que acab¨® por no verlas venir, roto a la derecha y a la izquierda por un extremo efervescente. Suyos fueron esl¨¢lones y los centros que Stuani no logr¨® cabecear. Pero para la algarab¨ªa, nada como las jugadas de estrategia en Montilivi. Como un saque de esquina mal rechazado que Granell empalm¨® desde fuera del ¨¢rea y pein¨® al poste; como otro que tambi¨¦n roz¨® el palo tras la falta directa de Aleix Garc¨ªa. O como un libre indirecto que Stuani atendi¨® desde el segundo palo y que Bernardo no empuj¨® a gol por bien poco.
Pretendi¨® el equipo de Simeone darle una vuelta de tuerca a su f¨²tbol con el cambio de piezas entre Thomas y Koke, quiz¨¢ para que el equipo tuviera juego por dentro y velocidad por los costados. Pero, generoso el Girona en el esfuerzo, compacto en las l¨ªneas y concentrado de principio a fin, apenas concedi¨® ocasiones. Acaso un disparo torcido de Diego Costa, un remate fallido de Koke y uno nuevo de Griezmann que Bono ataj¨® antes de salir del campo cojeando. Le dio el reemplazo Iraizoz, que se llev¨® una ovaci¨®n tras parar un remate sobre la l¨ªnea de gol de Correa, ahora que el Atl¨¦tico ya jugaba al abordaje, sin nada que no hubiera perdido ya. Y cuando menos se esperaba, con un pase largo de Correa al desmarque de Costa, Ramalho se cruz¨® con velocidad y desatino porque desvi¨® la pelota a su porter¨ªa. Pudo incluso Gelson darle el triunfo al Atl¨¦tico en un par de remates cruzados. Pero ya no hab¨ªa m¨¢s ingenio ni punter¨ªa y todo se qued¨® en un empate que dej¨® a medias al Girona y que, a buen seguro, tampoco content¨® a un Atl¨¦tico que tiene mucho m¨¢s f¨²tbol del que demostr¨®.
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