V¨ªctor Hugo Morales: ¡°El temor a perder empuj¨® a esta situaci¨®n¡±
El c¨¦lebre narrador uruguayo conoce a la perfecci¨®n los problemas del f¨²tbol argentino
El 22 de junio de 1986, Diego Armando Maradona convirti¨® ante Inglaterra el gol que le hizo eterno. Pero esa obra maestra no ser¨ªa la misma sin el relato de V¨ªctor Hugo Morales (Cardona, Uruguay, 1947). Como contagiado por la magia que se viv¨ªa en el estadio Azteca de Ciudad de M¨¦xico, el ¡°barrilete c¨®smico¡± que Morales improvis¨® aquella tarde memorable lo consagr¨® como el mejor relator de f¨²tbol de Argentina. Morales habl¨® con EL PA?S en Buenos Aires, horas antes de volar hacia Madrid para la transmisi¨®n de la final de la Copa Libertadores.
Pregunta. ?Por qu¨¦ Espa?a como sede de la final?
Respuesta. No me da la impresi¨®n de que tenga que ver con la aceptada corrupci¨®n tanto en el f¨²tbol argentino como en la Conmebol. Justo estaban aqu¨ª las autoridades de la Conmebol y de la FIFA y da la impresi¨®n de que se les ocurri¨® llamar a Madrid. Florentino P¨¦rez es un tipo con intereses comerciales aqu¨ª, tiene el 30% de los peajes de una autopista de ingreso a Buenos Aires, el esp¨®nsor es un banco espa?ol, los intereses cierran. La televisi¨®n, que es el inter¨¦s m¨¢s importante, puede haber gravitado a favor.
P. ?C¨®mo se ha vivido en Argentina el traslado del partido?
R. Es una verg¨¹enza, un desastre nacional. En la simpleza de tener que llevar un bus a un estadio, lo que pas¨® es de una impericia formidable. Pero esto termina con un hecho que tambi¨¦n es positivo. Los argentinos de Europa, que tiene al f¨²tbol como un v¨ªnculo fundamental de pertenencia con su pa¨ªs, pueden vivir lo que siempre tienen que ver por televisi¨®n. Es un acto de justicia para grandes seguidores del f¨²tbol.
P. ?Coincide con aquellos que dicen ¡°nos robaron el partido¡± o que ahora la copa debe llamarse Copa ¡°conquistadores¡±?
R. Nadie le rob¨® la fiesta a Argentina, fue Madrid como podr¨ªa haber sido Miami o cualquier otra ciudad. El hecho de que sea en Espa?a y se llame Copa Libertadores ¡ªy se supone que nos liberamos de Espa?a¡ª hace que se la llame Copa Conquistadores. Por ah¨ª el juego de palabras invita a decirle eso, pero no hay disgusto con Espa?a. Ya hay motivos para la felicidad de los que lo ver¨¢n all¨¢ y porque un escenario de tanto prestigio como el Bernab¨¦u le dar¨¢ una internacionalidad mayor al hecho. El hecho es pat¨¦tico, es un bochorno, pero en su vientre viajan algunas cosas positivas.
P. ?Puede haber incidentes el s¨¢bado en el Bernab¨¦u?
R. Lo que pueda pasar en Espa?a es imprevisible, porque hinchas de River est¨¢n comprando entradas donde est¨¢n los de Boca e hinchas de Boca entradas donde est¨¢n los de River. Van a tener que coincidir, cualquier brote de violencia, cualquier chispa enciende una bomba. El peligro est¨¢ latente y no solo por las barras bravas, sino tambi¨¦n por la intolerancia que est¨¢ latente entre los argentinos hoy en d¨ªa. El hecho de que sean mayor¨ªa los que viven fuera y la nostalgia futbolera puede ser una invitaci¨®n a que Argentina sea un ejemplo de convivencia que aqu¨ª ser¨ªa inimaginable, pero la venta de entradas arroja un pron¨®stico complicado.
P. ?C¨®mo llegan las barras bravas a adquirir tanto poder?
R. Las barras, que antes se peleaban club con club, hace 20 a?os comprendieron que pod¨ªan participar del negocio. Por eso hay divisiones entre las propias barras, son m¨¢s frecuentes las peleas entre barras de un mismo equipo. Ha habido asesinatos entre River y Boca, se han matado por la participaci¨®n en el negocio. El barra es un hombre que en el amor por el club anda por el club, acompa?a a los jugadores, es un defensor de otros hinchas, se gana una estima y de la visi¨®n directa que tiene de la corrupci¨®n es que empieza a pedir participaci¨®n: entradas, la seguridad en los estacionamientos en las inmediaciones del estadio, las entradas para los festivales que se realizan en esos estadios. Y eso es un enorme negocio que defienden con u?as y dientes. Y los dirigentes no pueden controlarlos.
P. ?El ataque al bus de Boca fue obra de los barras de River?
R. No fueron directamente los barras, fueron espont¨¢neos entre los que no estaban los barras, al menos no org¨¢nicamente, porque alguno podr¨ªa haber. Es una agresividad que tiene que ver con el f¨²tbol y la violencia que se vive en Argentina en general. Tenemos una ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que es una [JAIR]Bolsonaro en mujer. Ha jugado ese c¨®ctel m¨¢s la violencia general que se vive desde el ascenso de un Gobierno neoliberal.
P. ?C¨®mo espera el partido en lo futbol¨ªstico?
R. Ser¨¢ un partido muy tenso, la situaci¨®n es l¨ªmite para los dos, la convivencia con la derrota es cada vez peor en el mundo y el segundo es un pobre desgraciado. Y esto puede sonar raro, pero creo que el partido no se pudo jugar porque el terror a perder de todos los hinchas empujaba a que no se jugara ese partido tan deseado. En la no aceptaci¨®n de la derrota, es m¨¢s fuerte el miedo a la derrota que la alegr¨ªa de la victoria. El triunfo es un pique de gloria que se vive en el momento, pero despu¨¦s es como el m¨¦dico que se queda en la escalinata de la facultad con su t¨ªtulo y dice que ese ser¨¢ el mejor d¨ªa de su vida y luego no sabe qu¨¦ hacer. La derrota es algo que va a habitar al perdedor durante toda su vida, una instancia como esta no es como perder un campeonato. A veces creo que las voluntades sumadas empujan a que los hechos sucedan. Previamente a lo que ocurri¨®, ten¨ªa la percepci¨®n de que muchos ten¨ªan un enorme temor a la derrota y que todos se empujaron a esta realidad que ahora tenemos. Para todos era m¨¢s c¨®modo que se resolviese en los escritorios, porque nadie tendr¨ªa que lamentar esa derrota.
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