Los socios de la Real Sociedad dicen no al patrocinio de casas de apuestas

En el Atano III, el front¨®n aleda?o al campo de Anoeta, cuentan, hubo apostantes que perdieron el caser¨ªo en un partido de pelota, y eso en tiempos en los que las apuestas estaban prohibidas en Espa?a salvo en el deporte vasco; en los frontones, en los desaf¨ªos rurales. En las traineras, los corredores ¨Cintermediarios entre un apostante y otro¨C cantaban los momios de las apuestas cuando Franco presenciaba las regatas de la Concha desde el yate Azor.

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Sin embargo, cada vez suenan m¨¢s altas las voces contra la plaga de casas de apuestas que se introducen en el mundo del deporte a trav¨¦s de todos los medios de comunicaci¨®n, e incluso de los clubes de f¨²tbol.

En la Real Sociedad recogieron esta inquietud, y aunque hasta hace unos meses mantuvieron el patrocinio de una de esas empresas, apenas hace dos semanas, el presidente, Jokin Aperribay anunci¨® en la asamblea general que consultar¨ªa con los socios y accionistas la posibilidad de descartar la publicidad de apuestas online.

Seg¨²n apunt¨® en ese momento, ¡°a nuestra directiva le da reparo promover una actividad cuyo abuso, con may¨²sculas, genera una preocupaci¨®n social cada vez mayor. La Real tiene la responsabilidad de cuidar los mensajes que transmite¡±.

Dicho y hecho. Los socios y accionistas mayores de 16 a?os tuvieron la posibilidad de votar en la consulta, que no es vinculante, y que se cerr¨® con una abrumadora mayor¨ªa en contra de las casas de apuestas. En total votaron 6.638 personas, de las cuales 5.715 dijeron ¡°no¡± a la pregunta de si los socios y accionistas aprobaban que la Real Sociedad suscriba acuerdos de patrocinio con casas de apuestas en el futuro. Favorables a hacerlo fueron 841 socios, 73 votaron en blanco y hubo nueve votos nulos. Un 86% de quienes aceptaron participar en la consulta expresaron por mayor¨ªa rotunda que no quieren que su equipo se vincule con las casas de apuestas.

Aperribay ya adivirti¨® que el refer¨¦ndum no es vinculante, pero parece poco probable que no haga caso del mandato de su masa social.