Los j¨®venes tienen m¨¢s fe en las apuestas deportivas que en la Loter¨ªa de Navidad
Apenas el 20% de los compradores del sorteo del Gordo es menor de 34 a?os frente al 56% que prueba suerte en locales de juego
En la madrile?a calle Alcal¨¢, apenas 400 metros separan una peque?a administraci¨®n de Loter¨ªa de un local de apuestas deportivas de la cadena Orenes. Pero la distancia generacional entre quienes entran a un local y a otro es mucho mayor. Los loteros, que repartieron el a?o pasado el tercer premio (06914), reciben a jubilados y personas de mediana edad que acuden buscando ese rastro de suerte. Clientes que?tienen la Loter¨ªa de Navidad como compra estrella en esta ¨¦poca del a?o. Pero los j¨®venes que entran en el local de apuestas deportivas, que ocupa media manzana, no buscan d¨¦cimos de Loter¨ªa. All¨ª no se venden.
Tanto las apuestas como la Loter¨ªa de Navidad tienen un gran componente social, seg¨²n los expertos. Pero el sorteo del 22 de diciembre apenas tiene tir¨®n entre las nuevas generaciones: solo el 20% de los compradores tiene menos de 34 a?os, seg¨²n el ¨²ltimo informe de percepci¨®n social del juego en Espa?a que elabora la Universidad Carlos III de Madrid. Prefieren apostar (casi el 56% de menores de 34 lo hace en locales), aunque eso no quiere decir que no compren d¨¦cimos en el futuro, seg¨²n vayan entrando en la vida adulta, como apunta el soci¨®logo de esta universidad?Jos¨¦ Antonio G¨®mez.
Los cinco perfiles de los jugadores de azar
La psicoterapeuta y miembro de Top Doctors, Marisol Rodr¨ªguez Guti¨¦rrez, explica que existen complejos procesos psicol¨®gicos detr¨¢s de cada apuesta como las emociones. Y alerta de que existen cinco perfiles de jugadores de azar:
El explorador y aventurero. Le gusta arriesgar grandes cantidades de dinero, sin aplicar la l¨®gica, y no se deja guiar por supersticiones. No tiene l¨ªmites para jugar y no teme apostar.
El competitivo.?Solo juega para ganar. No obtener el resultado que deseaba, le supone un importante desasosiego.
El estratega.?El azar no entra entre sus planes. Juega buscando combinaciones num¨¦ricas y usando la raz¨®n a la hora de apostar.
El amigo.?Aunque este jugador busca la experiencia compartida con familiares y amigos, suele sentir envidia preventiva y, por lo tanto, a la hora de jugar a la loter¨ªa suele tener muy presente el pensamiento "y si toca a los dem¨¢s".
El supersticioso.?Recurre a amuletos, apuesta un d¨ªa en particular y juega siempre los mismos n¨²meros para demostrar que est¨¢ por encima de la suerte. Este tipo de jugador est¨¢ influenciado por las tradiciones y por la educaci¨®n recibida.
Es s¨¢bado por la tarde y tres amigos que no superan los 26 a?os apuran un cigarrillo en la entrada de Orenes Magic. Comentan la jornada de liga de f¨²tbol que se est¨¢ disputando y discuten las combinaciones que han elegido para apostar. Todos niegan con la cabeza cuando se les pregunta si han comprado Loter¨ªa: ¡°Son solo numeritos, es pura suerte¡±, apunta Pablo L¨®pez (24), que trabaja de repartidor. Su amigo, Lucas Navarro (26), asiente y a?ade: ¡°Bastante juegan mis padres ya¡±. Los dos se r¨ªen y dan la raz¨®n a Carlos, el tercero de ellos, que no quiere dar su apellido ni edad, porque sus progenitores no saben que apuesta. Este joven resume as¨ª la situaci¨®n: ¡°Aqu¨ª controlo m¨¢s, porque sabemos de f¨²tbol. No es tirar el dinero, es m¨¢s una inversi¨®n, yo llevo tiempo haci¨¦ndolo y a final de mes siempre salgo ganando¡±, zanja.
El lotero de la administraci¨®n de la calle Alcal¨¢, Jos¨¦ Albert, reconoce que ha notado "algo" en las ventas el tercer premio del a?o anterior. Pero no est¨¢ siendo gracias a los j¨®venes. Estos, seg¨²n cuenta, compran muy poco. "Alguno hay, pero la mayor parte de los clientes son mayores. Es normal, muchos lo ven como algo que hacen sus padres¡±, aventura Albert. Seg¨²n el informe de la Carlos III, el grueso de las compras de Loter¨ªa de Navidad recae sobre los mayores de 35 a?os. En los ¨²ltimos tres a?os, de media, solo el 4,3% de los compradores ten¨ªa entre 18 y 24 a?os. El 14,6% entre 25 y 34. La mayor¨ªa, el 60%, estaba entre 35 y 65 a?os. Son quienes dan solidez a la tradici¨®n.
Jos¨¦ Antonio G¨®mez sostiene que detr¨¢s de la pulsi¨®n de los j¨®venes por las apuestas deportivas est¨¢ la afici¨®n al f¨²tbol. ¡°Apostando, los j¨®venes demuestran que saben¡±. Y ese el motivo por el que las prefieren antes que la loter¨ªa, que seg¨²n G¨®mez, es un juego pasivo. ¡°Solo es comprar un billete; algo que no les atrae, porque no se pueden implicar en acertar¡±, comenta por tel¨¦fono.
Aunque G¨®mez mantiene que a pesar de que son muy pocos los j¨®venes que adquieren d¨¦cimos, estos los acaban comprando a medida que se socializan como adultos e ingresan en el mundo laboral y forman una familia. Existen dos motivos por los que se juega a la loter¨ªa en Espa?a. El primero es lo que el soci¨®logo de la Carlos III llama ¡°envidia preventiva¡±. Es decir, participar en el sorteo ante el temor de que alg¨²n familiar o compa?ero de trabajo sea uno de los agraciados con alguno de los codiciados premios. El segundo es la tradici¨®n, que en Espa?a se remonta m¨¢s de 200 a?os. El primer sorteo de Loter¨ªa de Navidad se celebr¨® en 1812.
La propia Loter¨ªa Nacional asume que quienes est¨¢n dispuestos a comprar d¨¦cimos oscilan "entre 35 y 54 a?os¡±. Y que casi el 80% acaba jugando. Sin embargo, para la empresa p¨²blica, ¡°lo m¨¢s importante del sorteo no es el individuo que compra, sino qui¨¦n participa¡±. Es decir, las compras colectivas de loter¨ªa que se realizan en el trabajo, con los amigos y la familia o con grupos de ocio. ¡°Existe la figura del comprador o promotor y los compradores o participantes. Entre todos ellos, hay una enorme base de poblaci¨®n de todas las edades¡±, concluye Loter¨ªas del Estado.
En total, 24 millones de personas recuerdan haber comprado loter¨ªa de Navidad en 2017. Y lo hicieron m¨¢s mujeres que hombres, aunque la diferencia es de apenas tres d¨¦cimas (70,3% frente a 70%).
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