Las mujeres no podr¨¢n ir solas a la Supercopa italiana en Arabia Saud¨ª
La venta de entradas al duelo que Juventus y Milan disputar¨¢n en Yeda seguir¨¢ la pol¨ªtica discriminatoria habitual en ese pa¨ªs
Un estadio pr¨¢cticamente reservado para hombres. Eso es lo que han encontrado los aficionados que han tratado de comprar una entrada para la Supercopa de Italia que jugar¨¢n la Juventus y el Milan el pr¨®ximo 16 de enero en Yeda, Arabia Saud¨ª. La modalidad de la venta de entradas, que discrimina a las mujeres, ha desembocado en pol¨¦mica, deportiva y diplom¨¢tica. Todo el espectro pol¨ªtico italiano se ha expresado en bloque en la misma l¨ªnea, condenando la decisi¨®n de la Serie A, organizadora del encuentro, de trasladar el partido al pa¨ªs ¨¢rabe bajo estas condiciones y algunos aficionados y activistas han pedido incluso que se suspenda el juego.
El esc¨¢ndalo se desat¨® cuando la Liga italiana de f¨²tbol envi¨® este mi¨¦rcoles un comunicado explicando el funcionamiento para adquirir los billetes. Las entradas, que se pusieron el mismo d¨ªa a la venta, se dividen en dos categor¨ªas: los sectores se?alados como singles, reservados para los hombres, son los m¨¢s cercanos c¨¦sped y tienen mejor visibilidad; y los sectores de familia, que son para hombres y mujeres y est¨¢n situados en las gradas superiores del estadio, donde la visibilidad est¨¢ m¨¢s reducida. Las autoridades locales decidieron aplicar la norma que rige en el pa¨ªs ¨¢rabe para los eventos deportivos: las mujeres pueden ocupar solamente estos espacios y si van acompa?adas de hermanos, padres o cualquier otra figura masculina, mientras que el resto del estadio queda exclusivamente en manos de los hombres.
Al conocer que las mujeres no podr¨ªan acudir solas al estadio Rey Abdullah de Yeda, los titulares de los medios y los comentarios de los pol¨ªticos se desataron. ¡°Una verg¨¹enza absoluta¡±, ¡°Venden nuestros valores por dinero¡±, fueron las ideas m¨¢s repetidas ayer en la prensa.
El ministro de Interior, Matteo Salvini, fue uno de los m¨¢s tajantes: ¡°Que la Supercopa italiana se juegue en un pa¨ªs isl¨¢mico donde las mujeres no pueden ir al estadio si no van acompa?adas de un hombre es una tristeza, un asco. Yo ese partido no lo veo¡±, escribi¨® por la ma?ana en Facebook, y a?adi¨®: ¡°?D¨®nde est¨¢n las feministas italianas y las Boldrini de turno? Yo un futuro similar en Italia para nuestras hijas no lo quiero¡±, citando a la diputada y expresidenta de la C¨¢mara de los diputados y popular por su defensa de los derechos de las mujeres, Laura Boldrini, que tambi¨¦n hab¨ªa reprobado el traslado del partido en Twitter: ¡°?Pero estamos de broma? Que los se?ores del f¨²tbol vendan los derechos de los partidos pero que no comercien con los de las mujeres¡±.
El presidente de la Liga, Gaetano Miccich¨¦ intervino por la tarde, ante la avalancha de cr¨ªticas para tratar de aportar calma, aunque sin demasiado ¨¦xito. Explic¨® a trav¨¦s de una larga nota que las mujeres podr¨¢n acudir solas al estadio ¡°y ser¨¢ una primera vez hist¨®rica¡±. Y a?adi¨®: ¡°Cada cambio requiere tiempo, paciencia y voluntad de confrontaci¨®n con mundos distantes. Hasta el a?o pasado las mujeres no pod¨ªan asistir a ning¨²n evento deportivo y desde hace meses han accedido a amplios sectores del estadio, a los que han empezado a acudir con entusiasmo y nosotros estamos trabajando para que en las pr¨®ximas ediciones que juguemos en ese pa¨ªs puedan acceder a todos los asientos del estadio¡±.
Pero lo cierto es que la discriminaci¨®n sigue asegurada y las mujeres no podr¨¢n elegir asiento. Los mejores puestos contin¨²an reservados a los hombres.
Miccich¨¦ justific¨® tambi¨¦n la elecci¨®n de la pol¨¦mica sede del partido: ¡°La decisi¨®n de llevar el f¨²tbol a zonas que difieren por cultura y por tipolog¨ªa de Gobierno no es una decisi¨®n solo italiana. El deporte necesita plateas globales para crecer¡±. Y contin¨²a: ¡°Vamos a disputar una competici¨®n oficial a un pa¨ªs que tiene sus propias leyes sedimentadas desde hace a?os, donde las tradiciones locales imponen v¨ªnculos que no se pueden cambiar de la noche al d¨ªa¡±.
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