El Baskonia cae ante el l¨ªder en Estambul
La reacci¨®n final del equipo vitoriano se queda a medias ante el Fenerbahce (96-87)
Zeljko Obradovic ya lo advirti¨® en una entrevista a este peri¨®dico hace pocos meses: ¡°No puedo decir: por favor, hagan esto, ?no me jodas!¡± Se refer¨ªa a las charlas t¨¦cnicas en los tiempos muertos, a los micr¨®fonos que se meten entre el entrenador y los jugadores. No puede, no. El rostro se le enrojece, la adrenalina se le dispara. Grita, ordena, pone orden; borra compulsivamente la pizarra, vuelve a llenarla de garabatos que s¨®lo ¨¦l y sus jugadores entienden. Por eso es quien es, el t¨¦cnico m¨¢s laureado en Europa.
Obradovic casi siempre encuentra respuestas a las preguntas m¨¢s complicadas; es capaz de encontrar la min¨²scula pieza que completa el puzzle. Parece que deja que el rival haga, pero en realidad es su equipo el que hace, de una forma o de otra. El Baskonia aprieta, pero el Fenerbahce ahoga. Con sus tiros de tres, con su intensidad defensiva. Las antol¨®gicas broncas de Obradovic surten efecto, hasta el punto de que llega un momento en el que, satisfecho, a la vista de lo que sucede en la cancha, le basta con cruzarse de brazos y observar, embutido en su impecable traje azul oscuro, lo que se celebra en el parqu¨¦ de color caramelo del Ulker Sports de Estambul.
Entonces mira sereno, con el gesto serio, siempre respetuoso, porque todo le sale bien a su equipo: los tiros, los rebotes, la defensa. Es para entonces el Baskonia, un equipo desnortado, que necesita cuatro tiros para anotar uno, que se estrella impotente, diezmado por las bajas; por las ausencias de Shengelia, de Granger, de Garino y de Sedekerskis.
La impaciencia de Obradovic est¨¢ cargada de paciencia, y veteran¨ªa. No importa el camino, sino llegar a la meta, y por eso es consciente de que el Baskonia no regalar¨¢ nada, pero lo macera con mimo, primero apoy¨¢ndose en sus bombarderos, replicados con tino por el equipo de Perasovic, que consigue un marcador ajustado y largo en el primer cuarto (27-25). Para entonces, el entrenador del equipo gualdinegro ya ha abroncado un par de veces a los suyos, ya ha enrojecido otras tantas en la banda.
Pero los ajustes defensivos y en el rebote van minando la resistencia vitoriana antes del descanso, y la diferencia se amplia, casi de manera clandestina, hasta los siete puntos (48-41).
Entonces ya parece agotado el Baskonia, ya da s¨ªntomas de debilidad mientras el Fenerbahce se crece hasta la c¨²spide de su liderato en la Euroliga, y le sale todo. Los triples, los ajustes defensivos, el rebote. La diferencia se ampl¨ªa hasta cifras que parecen definitivas. 19 puntos ante el equipo turco, frente a Obradovic, son casi imposibles de recuperar. Por eso el serbio cruza los brazos, se queda quieto en su sitio. Es Perasovic el que habla consigo mismo, el que despotrica.
Ni ¨¦l mismo se espera la reacci¨®n de coraje de los suyos, que achica las ventajas turcas. De repente, como en una pesadilla para Obradovic, el Baskonia se pone a un punto. Vuelve el rostro enrojecido, la conversaci¨®n con el ¨¢rbitro Lamonica. Son viejos conocidos. La falta antideportiva de Poirier, la personal en ataque de Hilliard que pita el italiano, y las cosas vuelven a su ser. A los brazos cruzados de Obradovic, al pabell¨®n convertido de nuevo en un infierno y los nueve puntos de ventaja para el Fenerbahce, tranquilizadores de nuevo. El arre¨®n de orgullo vitoriano no tiene fruto. Lo sabe ya el t¨¦cnico local, que por fin se sienta en el banquillo despu¨¦s de 39 minutos en pie. Otra victoria para el viejo zorro serbio. El Baskonia cae despu¨¦s de un partido decente. Tendr¨¢ que seguir remando.
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