Abran paso al equipo de Erdogan
El Basaksehir, l¨ªder in¨¦dito de la Superliga turca, forma parte de un proyecto impulsado con empresas vinculadas al Estado y dirigido de cerca por el presidente de la Rep¨²blica
Endeudados por su mala gesti¨®n y la crisis de la lira, los grandes clubes del f¨²tbol turco pasan por su peor momento en d¨¦cadas, y la Superliga de Turqu¨ªa est¨¢ dominada por clubes desconocidos para la mayor¨ªa de futboleros europeos. Por ello esta puede ser la temporada del Medipol Basaksehir, que lidera la tabla pese a ser un equipo casi sin seguidores y construido pr¨¢cticamente de la nada en los ¨²ltimos a?os.
Basaksehir comenz¨® a levantarse en 1995 en el extrarradio de Estambul. El entonces alcalde de la megal¨®polis turca, Recep Tayyip Erdogan, pretend¨ªa convertirlo en un barrio modelo para la poblaci¨®n m¨¢s conservadora del pa¨ªs, la misma que lo hab¨ªa aupado al Ayuntamiento y lo llevar¨ªa m¨¢s tarde al Gobierno y a la Presidencia de la Rep¨²blica. Una apacible ciudad-jard¨ªn de urbanizaciones cerradas donde vivir de acuerdo a los valores m¨¢s tradicionales y a las normas de decoro del Islam sin ser importunados por esos laicos que beben alcohol y visten ropa ajustada. ¡°La raz¨®n m¨¢s importante para quienes compran un piso en Basaksehir es el sentimiento de pertenencia a un lugar que tiene una identidad conservadora y la voluntad de crear una comunidad alrededor de estos valores religiosos¡±, escribe la acad¨¦mica Selin G¨¹rg¨¹n en su tesis sobre Basaksehir. Los nombres de sus calles hacen referencia a pol¨ªticos, poetas e intelectuales de fuerte tradici¨®n isl¨¢mica, la mayor¨ªa de las mujeres se cubren con velo y en los parques est¨¢ prohibido pasear a perros y montar en bicicleta.
Pero, adem¨¢s, el proyecto Basaksehir deb¨ªa servir para abrir a la urbanizaci¨®n y a nuevos negocios los terrenos bald¨ªos del extrarradio de Estambul, solidificando la alianza entre pol¨ªticos islamistas y constructores que ha cimentado el poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan. El distrito de Basaksehir se ha expandido y hoy alberga casi 400.000 habitantes, que ser¨¢n m¨¢s en el futuro a tenor de las gr¨²as que levantan nuevos bloques de pisos por doquier.
Los destinos del barrio y del equipo de f¨²tbol se entrelazaron definitivamente en 2014. Hasta entonces, el club se llamaba Municipal de Estambul y lo presid¨ªa, desde 2006, G?ksel G¨¹musdag, concejal del AKP y casado con una sobrina de la esposa de Erdogan. G¨¹musdag hab¨ªa logrado llevar al Basaksehir a la Primera Divisi¨®n del f¨²tbol turco, pero sus planes iban m¨¢s all¨¢. Ese 2014 se forz¨® la privatizaci¨®n del equipo ¡ªfue adquirido por un grupo de empresas cercanas al Gobierno a un precio de 2,5 millones de euros¡ª y se rebautiz¨® como Istanbul Basaksehir. El barrio modelo islamista ya ten¨ªa un equipo al que animar. Se le construy¨® un moderno estadio con capacidad para 17.000 espectadores y se inaugur¨® por todo lo alto: coincid¨ªa con la recta final de las elecciones que convertir¨ªan a Erdogan en duod¨¦cimo presidente de la Rep¨²blica tras tres legislaturas como primer ministro. El propio mandatario ¡ªque en su juventud jug¨® en ligas amateur¡ª se luci¨® sobre el c¨¦sped marcando tres goles. Desde aquel partido inaugural, el dorsal 12 que visti¨® el presidente ha sido retirado. No puede usarlo ning¨²n jugador.
El club emprendi¨® entonces una agresiva pol¨ªtica de fichajes que le ha llevado a firmar a grandes nombres de las ligas europeas como Adebayor, Clichy, Robinho o Arda Turan. Y ascendi¨® hasta los puestos m¨¢s altos de la tabla, de los que no se ha despegado: ha sido dos veces finalista de Copa y en las ¨²ltimas cuatro temporadas ha terminado siempre entre los cuatro primeros.
Patrick Keddie, periodista y autor del libro The Passion, sobre f¨²tbol y pol¨ªtica en Turqu¨ªa, escribe que el hecho de ser una empresa privada y no tener socios ¡ªy por ende menos presi¨®n por los resultados a corto plazo¡ª permite a la direcci¨®n del Basaksehir una mejor planificaci¨®n. El club ha invertido en el f¨²tbol base y en hallar estrellas escondidas del f¨²tbol turco que luego puede rentabilizar, c¨®mo Cengiz ?nder, que adquiri¨® por 500.000 euros a un modesto club y vendi¨® a la Roma por 15 millones.
Pese a ello, el club no despierta grandes simpat¨ªas entre los aficionados turcos, que lo ven como un proyecto pol¨ªtico. No en vano, sus colores naranja, azul y blanco son los mismos que los del partido gobernante. Apenas algunos cientos de hinchas acuden a animar al Basaksehir: son los integrantes de la pe?a 1453, nombre que hace referencia a la fecha de la conquista otomana de Costantinopla, fetiche para los nacionalistas e islamistas turcos. ¡°?C¨®mo puede ganar la Superliga un equipo sin seguidores?¡±, se preguntaba una periodista local. La entrada media del estadio Fatih Terim es de 2.464 y en ocasiones hasta la afici¨®n rival supera en n¨²mero a los locales, algo que enerva al presidente turco. ¡°Las gradas del Basaksehir deben llenarse¡±, exigi¨® Erdogan en una reuni¨®n de su partido: ¡°Mientras no estemos presentes en este campo, tambi¨¦n seremos d¨¦biles pol¨ªticamente¡±.
La principal inc¨®gnita es de d¨®nde sale el dinero para convertir un club de tercera en un claro aspirante al t¨ªtulo cuando la recaudaci¨®n por las entradas ¡°no llega ni para pagar la electricidad del estadio¡±, seg¨²n el diario Cumhuriyet. El salario de la plantilla ¡ªestimado en 40 millones de euros anuales¡ª no est¨¢ al alcance de cualquier equipo. El club no ha respondido a las preguntas de EL PA?S. A falta de m¨¢s informaci¨®n, la clave de su financiaci¨®n parece ser la importante red de empresas con las que ha firmado acuerdos de patrocinio. Algunas de ellas son p¨²blicas (Turkish Airlines, el banco Ziraat o la panificadora municipal de Estambul) y otras tienen jugosos contratos con las administraciones del Estado: por ejemplo, el consorcio que ha levantado el tercer aeropuerto de Estambul o la constructora Makro, con extensas obras en Basaksehir y que abona el salario de cuatro millones de euros anuales m¨¢s primas de Arda Turan, cedido por el FC Barcelona hasta 2020.
El palco del estadio del Basaksehir constituye el ¨¢gora del f¨²tbol turco actual y la mejor v¨ªa para conectar comercialmente con la Administraci¨®n. Adem¨¢s de la relaci¨®n familiar que une al presidente de la entidad y a Erdogan, otro de los directivos del club es el empresario y actual ministro de Cultura y Turismo, Mehmet Ersoy, quien en las reuniones del Gobierno sin duda hablar¨¢ del equipo con el titular de Sanidad, Fahrettin Koca, pues ¨¦ste es fundador del consorcio de sanidad privada Medipol, el principal esp¨®nsor del Basaksehir.
Varios concejales de Estambul, el director de la empresa municipal de obras, el director de la empresa municipal de turismo y catering, empresarios de la construcci¨®n, la miner¨ªa y el turismo se sientan en el consejo directivo del club, y muchos tienen negocios en com¨²n. Por ejemplo, Kagan Sahin, concejal del AKP y cuyas empresas familiares han ganado una treintena de concursos p¨²blicos municipales, varios de ellos licitados por Bel-Tur, empresa del Ayuntamiento Metropolitano de Estambul cuyo director es Ahmet Ketenci, s¨ª, tambi¨¦n directivo del Basaksehir y tambi¨¦n emparentado con los Erdogan: es cu?ado de uno de los hijos del presidente de Turqu¨ªa.
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