El Athletic reafirma su buen momento en Huesca

Desde que lleg¨® Gaizka Garitano al Athletic y se impuso el sentido com¨²n en el planteamiento sobre el campo y las alineaciones, las cosas se ven distintas en Bilbao. Su equipo se quit¨® de encima unos cuantos kilos del lastre que arrastraba desde los tiempos del nuevo seleccionador de Paraguay, Eduardo Berizzo. Se los carg¨® en las espaldas del Huesca, que en la primera vuelta se llev¨® un punto de San Mam¨¦s en los minutos finales y en El Alcoraz estuvo a un paso de conseguirlo tambi¨¦n en la recta definitiva, cuando intent¨® meter una marcha m¨¢s con todo en contra ya. El equipo aragon¨¦s sigue ¨²ltimo en la clasificaci¨®n y tendr¨¢ que seguir penando para que su presencia en la m¨¢xima categor¨ªa no sea un destello fugaz.

El Huesca llegaba de una buena racha, de jugar bien, marcar y no encajar goles, pero seg¨²n avanzaba el partido frente al Athletic, empez¨® a perder los nervios, sin causa aparente. Fue eso, seguramente, lo que le perdi¨® al final. Intenso al principio, asust¨® a Hererr¨ªn en varias ocasiones, aunque la m¨¢s clara fue en un remate sobre su propia porter¨ªa de Be?at.

Tal vez por un par de oportunidades perdidas en el inicio, o por el penalti sobre I?igo Mart¨ªnez ¨Cde los que no necesitan VAR¨C, en el minuto 19 y que puso por delante al Athletic, el equipo de Francisco entr¨® en modo ebullici¨®n. Los jugadores andaban m¨¢s pendientes de lo que dec¨ªa el ¨¢rbitro, que se equivoc¨® menos de lo que pretend¨ªan, que de jugar la pelota con sentido, y buscar la porter¨ªa del Athletic.

Puede que, porque desde el banquillo, confundieron la intensidad con la histeria y convirtieron cada decisi¨®n del ¨¢rbitro en un agravio, los futbolistas se contagiaran. En esta guerra, en la que intentaron no inmiscuirse, ganaron los rojiblancos, que desactivaron al Huesca, sobre todo desde el gol que les pon¨ªa por delante. La primera parte acab¨® entre protestas oscenses, tranquilidad total en el Athletic y apenas llegadas a una y otra ¨¢rea. El escenario ideal para el equipo que iba por delante.

Con el descanso, casi por necesidad, los nervios se atemperaron en el Huesca, que trat¨® de asediar la porter¨ªa de Herrer¨ªn, mediante otros m¨¦todos, pero el Athletic, muy bien ordenado, con Yeray e I?igo Mart¨ªnez omnipresentes, cerr¨® todas las v¨ªas, y adem¨¢s encontr¨® las mejores ocasiones, sobre todo por la conexi¨®n entre Ra¨²l Garc¨ªa y Williams. El primero agarr¨® un disparo potent¨ªsimo que Santamar¨ªa pudo despejar; el segundo, recibi¨® un bal¨®n filtrado por el navarro y se plant¨® ante el guardameta, que le adivin¨® las intenciones.

El equipo visitante, sin embargo, no consigui¨® cerrar el partido con un segundo gol, as¨ª que Francisco, porque no ten¨ªa otra opci¨®n, puso en el c¨¦sped a toda su artiller¨ªa y trat¨® de asediar la porter¨ªa bilba¨ªna. Al equipo de Garitano no le sentaron del todo bien los cambios. Ni C¨®rdoba ni Ibai cerraron las bandas y el Huesca, por insistencia, empez¨® a encontrar el ¨¢rea del Athletic. El gol rond¨® durante varios minutos la porter¨ªa vasca. Fueron momentos de lucidez de los aragoneses, que no acabaron en el empate, gracias a Herrer¨ªn, que se impuso entre los palos y en sus salidas a por todas en los centros laterales.

El objetivo final del Huesca se frustr¨® pese al acoso, y ante la felicidad de un par de centenares de seguidores del Athletic que apoyaron desde la grada. El equipo de Garitano se llev¨® los puntos de El Alcoraz y deja ya bastante lejos la zona caliente de la clasificaci¨®n, donde el Huesca es residente habitual.