El Barcelona gana casi sin querer en Madrid

El cl¨¢sico ha degenerado en un partido menor, a veces incluso vulgar, falto de juego, sin m¨¢s rivalidad que la sostenida por los aficionados y los medios de comunicaci¨®n de Madrid y Barcelona. El f¨²tbol parece suspendido a la espera de que despierte Messi, acierte Vinicius o desequilibre Demb¨¦l¨¦. Un paisaje f¨¢cil de gestionar para el Bar?a, que tiene m¨¢s oficio que el desenfocado Madrid. A Vinicius le falta punter¨ªa para acabar las jugadas, reflejo de un equipo que est¨¢ por hacer, a medio camino de no se sabe d¨®nde, mientras el argentino regula sus esfuerzos, selectivo en sus apariciones, sabedor de que el Bar?a es un equipo de momentos desde que lleg¨® Valverde.

Hay momentos para resistir, como se advirti¨® en la primera parte, convertido el Barcelona en un colectivo sin m¨¢s preocupaci¨®n que la de vigilar al Madrid. Los muchachos de Solari fueron m¨¢s r¨¢pidos y m¨¢s fuertes que los de Valverde. Los duelos directos ca¨ªan siempre del bando del Madrid, igualmente superior en las transiciones, m¨¢s ambicioso y desacertado que el Bar?a. A los azulgrana les faltaba grandeza, incapaces de responder al cartel de favoritos por la n¨®mina de jugadores que capitanea Messi. Jugador por jugador, el Bar?a tiene m¨¢s plantel que el inflado Madrid.

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Demb¨¦l¨¦ funde al Madrid

El momento invitaba a los barcelonistas a resguardarse en el arco de Ter Stegen. Y han jugado ya tantas veces as¨ª, llevan tantos partidos en la sala de espera, aguardando y soportando, encomendados a su portero, que habitualmente les sale bien, incluso en Chamart¨ªn. Ya no vive el Barcelona necesariamente del pase, ni de la circulaci¨®n r¨¢pida del bal¨®n, tampoco de la finura, sino que marca las diferencias en las ¨¢reas, a partir del guardameta y de los desmarques profundos de Demb¨¦l¨¦. En cada encuentro llega el momento Demb¨¦l¨¦, que no necesita del equipo para desbordar, indetectable para la defensa del Madrid.

Demb¨¦l¨¦ atac¨® al espacio en dos ocasiones y ambos centros fueron rematados por Luis Su¨¢rez, superior a Varane, que colabor¨® en el 0-2. El 0-1 desmoraliz¨® al Madrid y el tercer gol fue una cuesti¨®n personal del 9. No necesit¨® el Bar?a ni siquiera del momento Messi para liquidar al Madrid. A los azulgrana les alcanz¨® con su versi¨®n efectiva y contundente, muy pragm¨¢tica, para llegar a su sexta final consecutiva de Copa. ¡°Aqu¨ª no tiramos nada¡±, advirti¨® Messi.

Hubo un momento en que pareci¨® que el torneo no interesaba a nadie en el Bar?a, obsesionado con la Champions. Todav¨ªa se recuerda la alineaci¨®n de Chumi y la derrota de Nervi¨®n. El t¨¦cnico y la plantilla trampeando la cosa hasta el 6-1 con el Sevilla. Y a partir de entonces se comprometieron a ir a por la Copa porque en medio se cruz¨® el Madrid. Nada mejor para celebrar el centenario de Valverde que un triunfo rotundo en el Bernab¨¦u. Aunque el partido result¨® igualado, la victoria fue tan f¨¢cil y rutinaria ¡ªha salido vencedor varias veces y de muchas maneras¡ª¡ª que dio la sensaci¨®n de que el Bar?a ganaba ayer sin querer a un afeitado Madrid. El cl¨¢sico continuar¨¢ el s¨¢bado con el partido de la LaLiga. Un momento diferente, quiz¨¢ con jugadores tambi¨¦n diferentes, igual ya con Messi.