Luis Su¨¢rez, el renacido del cl¨¢sico

Parece casi imposible separar la imagen de Luis Su¨¢rez de la de Lionel Messi. Siempre juntos, a veces con el mate, otras con el bal¨®n, en general vestidos de azulgrana, ocasionalmente de gala cuando comparecen con sus mujeres en alg¨²n evento glamuroso. Ya es una imagen habitual en la Ciudad Deportiva Joan Gamper que el argentino y el uruguayo se queden a practicar faltas directas despu¨¦s de los entrenamientos. Duelos nada amistosos, por cierto. ¡°Gana siempre Leo¡±, dice el entorno del 10. ¡°Est¨¢ parejo¡±, replican los que conocen al 9. A veces, se suma Ter Stegen y le lanzan penaltis. Y all¨ª parece que el asunto se pone m¨¢s disputado. ¡°Marc les para bastantes¡±, aseguran los que defienden la figura del alem¨¢n. Gane Messi o Luis Su¨¢rez, el encargado de lanzar faltas y penaltis es el rosarino. No este mi¨¦rcoles ante el Real Madrid. El capit¨¢n le cedi¨® la responsabilidad a su amigo, nada menos que en su tierra fetiche: el Bernab¨¦u.

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Y Luis Su¨¢rez no la desaprovech¨®. Hasta se dio el lujo de dejar un gol para el archivo. ¡°Decid¨ª tirarlo a lo Panenka cuando Messi me dijo que lo chutara¡±, confes¨® el uruguayo, nada m¨¢s sellar el pase a la final de la Copa, la sexta consecutiva para los azulgrana. La noche no hab¨ªa comenzado nada bien para el Barcelona, tampoco para Su¨¢rez. Los muchachos de Valverde andaban perdidos en Chamart¨ªn y el uruguayo ni hab¨ªa olido el ¨¢rea de Keylor Navas. ¡°Pudimos haber controlado el partido m¨¢s en el primer tiempo, pero para eso est¨¢n los entretiempos, para corregir y para meter las que se tienen¡±, asegur¨® el 9. Corrigi¨® Valverde, la meti¨® Luis Su¨¢rez.

La foto era, cuando menos, descriptiva. Antes de salir al campo en el segundo acto, mientras los jugadores del Barcelona esperaban en el t¨²nel de vestuarios que apareciera Messi (con m¨¢s o menos puntualidad, siempre tiene que ser el ¨²ltimo en dejar el camerino), Su¨¢rez se sent¨® en las escaleras. Cara de circunstancias, pensativo, al uruguayo le pesaba una sequ¨ªa goleadora (un gol en 11 partidos) que solo hab¨ªa dado por concluida gracias a una asistencia delicada de Messi ante el Sevilla para que sellara la victoria en el S¨¢nchez Pizju¨¢n. Una situaci¨®n especialmente ¨¢spera para el 9, despu¨¦s de que el Bar?a desperdiciara 25 remates ante el Lyon en la ida de los octavos de final de la Champions.

Nada preocupante

¡°Es dif¨ªcil prescindir de Luis Su¨¢rez, nos garantiza ocasiones¡±, lo defend¨ªa Valverde, despu¨¦s del duelo ante el cuadro franc¨¦s. En las eliminatorias de la Champions suma 16 partidos sin marcar cuando el Bar?a juega lejos del Camp Nou. Pero no le faltaba raz¨®n al Txingurri. El 9 remata una media de 3,54 veces por partido, una cifra similar a la de la temporada pasada (3,56), superior a la de su primera temporada en el Camp Nou (2,96). Y tampoco es que su promedio goleador haya mermado demasiado. Mientras el curso pasado ostentaba unos n¨²meros de 0,60 dianas por duelo, esta campa?a est¨¢ en 0,54. ¡°No me preocupa, lo har¨ªa si no tuviera acciones de gol, que es lo que se le pide a un delantero. El f¨²tbol es una cuesti¨®n de acierto. Los delanteros tienen rachas y lo mejor es que tenga ocasiones. Se estar¨¢ reservando¡­¡±, subrayaba el preparador azulgrana.

Y Luis Su¨¢rez se reserv¨® los goles para el Bernab¨¦u. Nada nuevo, lleva 11 en 13 cl¨¢sicos disputados. ¡°Si Luis no hubiera marcado nunca¡­ parecer¨ªa que estoy loco¡±, dijo Valverde. ¡°Pero¡±, a?adi¨®; ¡°es que no creo que haya muchos jugadores en la historia que le hagan dos veces tres goles al Madrid en la misma temporada. Es muy perseverante. Cuando est¨¢ en el ¨¢rea, est¨¢ al 200%, se relaciona muy bien con el gol, y siempre aparece¡±. No es la primera vez que a Luis Su¨¢rez se le nubla la punter¨ªa. Ocurre, sin embargo, que siempre encuentra la manera de limpiar la mirilla. ¡°Siendo el jugador que soy, s¨¦ que tengo que convivir con la cr¨ªtica y con los elogios. No hay que prestar atenci¨®n a momentos buenos o malos. Tengo el respaldo del club y de mis compa?eros¡±, sentenci¨® el 9, de nuevo renacido, ahora en el Bernab¨¦u.