Baloncesto global
En 'El ritmo de la cancha', el periodista Jacobo Rivero recoge "historias del mundo alrededor del baloncesto"
La pel¨ªcula Annie Hall, dirigida por Woody Allen, se llev¨® cuatro premios en la ceremonia de los Oscar de 1978. Y ello a pesar -o precisamente por el hecho- de haber dejado fuera del metraje final una escena peculiar: un encuentro de baloncesto entre fil¨®sofos y los New York Knicks de mediados de los 70. De un lado, Kant, Nietzsche o Kirkegaard. Del otro, jugadores de baloncesto profesionales. ¡°Se trataba de ensalzar el concepto de lo f¨ªsico frente a lo cerebral¡±, declar¨® el director. Los deportistas arrasaban a los pensadores.
El Eurobasket de 1949 se disput¨® en Egipto. Adem¨¢s del pa¨ªs anfitri¨®n, participaron Francia, Holanda, Turqu¨ªa, Grecia, L¨ªbano y Siria. Eran tiempos en los que la URSS se negaba a organizar una cita que, como campeona de Europa, le correspond¨ªa. O en el que Gran Breta?a se negaba a participar por el conflicto que afectaba al control y gesti¨®n del Canal de Suez. El torneo se disput¨® al aire libre, a poca distancia de las pir¨¢mides, en pleno desierto, sobre el que se levant¨® una pista de madera y una grada. Egipto venci¨® en la final a Francia (57-36). El calor y la presi¨®n del p¨²blico marcaron la diferencia, seg¨²n los perdedores.
En El ritmo de la cancha (Clave Intelectual), el periodista Jacobo Rivero recoge ¡°historias del mundo alrededor del baloncesto¡±. De Estados Unidos a Palestina, pasando por Venezuela o Vietnam. Tambi¨¦n por los Balcanes, en donde el 3 de abril de 1993 varios jugadores rompieron el cerco de Sarajevo para disputar el campeonato de Europa en Alemania. Tuvieron que correr, para escapar de las bombas y de los francotiradores. O a Somalia, donde Suweys Ali Jama, capitana de la selecci¨®n nacional, recibi¨® una advertencia: o dejaba el baloncesto o la matar¨ªan. Ser mujer y practicar deporte no entraba en la cabeza de los radicales. Tras la victoria ante Catar en los Juegos ?rabes, las deportistas lloraban de alegr¨ªa. Las l¨¢grimas no eran solo por la victoria.
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