El Bar?a invita al h¨¦roe de Florida: ¡°He visto cosas muy feas¡±
Anthony Borges, el joven venezolano tiroteado en un instituto de EE UU por proteger a sus compa?eros, cumple el sue?o de conocer a su equipo
Anthony Borges tiene 16 a?os y naci¨® en Ciudad Ojeda (Venezuela). Echa de menos las cachapas de su tierra. Es introvertido y dulce. Tambi¨¦n valiente. Y hoy est¨¢ abrumado. El club de sus sue?os, el Barcelona, le ha tra¨ªdo hasta Espa?a para vivir una experiencia ¨²nica: unas vacaciones en la Ciudad Condal, un partido de Champions en el Camp Nou, y un rato con sus ¨ªdolos. ¡°Todav¨ªa no me lo creo¡±. Su historia bien vale una recompensa as¨ª.
A los 15 a?os, se convirti¨® en uno de esos ¨ªdolos que tanto aprecia la cultura americana. ?l es el h¨¦roe de la matanza del instituto de Parkland (Florida) en el que en febrero del a?o pasado murieron 17 personas. Era el d¨ªa de San Valent¨ªn. Y cuando se desat¨® el caos, Anthony se encerr¨® con otros 20 compa?eros y una profesora en un aula. Los dos se quedaron tras la puerta para que el tirador no pudiera pasar: ¡°Fui el primero que se encontr¨® con ¨¦l cara a cara. Se me pasaron mil cosas por la cabeza, pens¨¦ que no lo contar¨ªa, pero decid¨ª cerrar la puerta, hacerlo por mis compa?eros. Me dispar¨® en la pierna y me venc¨ª. Pero me levant¨¦¡±. Y siguieron los tiros.
Recibi¨® hasta cinco disparos: tres en la pierna, el resto por la espalda, uno de los cuales le alcanz¨® el h¨ªgado. Se vieron afectados el pulm¨®n y tambi¨¦n los intestinos. La maestra que bloqueaba aquella puerta con ¨¦l falleci¨® a su lado, en aquella aula. Pero Anthony logr¨® salvar a sus 20 compa?eros. ¡°Ahora, f¨ªsicamente estoy bien. Ya puedo hacer casi de todo. He vuelto a correr un poco. Y he vuelto a jugar al f¨²tbol. Mentalmente, s¨¦ que costar¨¢, que he visto cosas muy feas, pero me siento fuerte¡±, explica Anthony, de quien el Barcelona estuvo pendiente todos estos meses al conocer que el chico hab¨ªa sido en 2016 uno de los alumnos de la Bar?a Academy que el club ten¨ªa en Florida.
El joven fue portada de The New York Magazine, la imagen de un reportaje que quer¨ªa evidenciar las consecuencias de los tan habituales tiroteos en Estados Unidos, el da?o que provocan las armas. Fue fotografiado con el torso desnudo: mostraba sus grandes cicatrices y hasta la colostom¨ªa que se le tuvo que practicar para facilitar la expulsi¨®n de la materia fecal. ¡°Quiso mostrar su cuerpo, para que se supiera lo que vive uno cuando pasan estas cosas. Aquello caus¨® un gran impacto en la sociedad¡±, explica Roger, su padre. ¡°No me lo pens¨¦. No me da verg¨¹enza ense?ar mi cuerpo como est¨¢ ahora. Es algo que forma parte de mi vida. Adem¨¢s, nadie es perfecto, todos tenemos defectos¡±, apunta Anthony.
Por su generosidad, el hogar de los Borges en Parkland recibi¨® miles de cartas. ¡°?Hasta de China! Nunca pens¨¦ que alguien desde tan lejos pudiera pensar en nosotros. Nos sentimos agradecidos porque est¨¢ vivo, pero todav¨ªa queda mucho para que nos recuperemos de esto¡±, dice Roger, que no puede evitar las l¨¢grimas. Tantos meses despu¨¦s.
¡°Esto es un milagro¡±, sigue el padre. ¡°Estaba en un estado en que, a menudo, se preguntaba: por qu¨¦ yo, por qu¨¦ me qued¨¦ as¨ª, mejor si me hubiese ido. Tuvo momentos de debilidad. Y los fisioterapeutas le obligan a forzar con la recuperaci¨®n. ¡®Tenemos que ser un poquito m¨¢s duros con ¨¦l¡¯, me dec¨ªan. Y yo cerraba los ojos y asent¨ªa. Si no, no se hubiera recuperado¡±, a?ade Roger, que asegura que pas¨® casi tres meses sin dormir. Su hijo pas¨® por 13 operaciones. Temieron por su vida.
Hoy, los dos sonr¨ªen. Nada m¨¢s llegar a Barcelona este martes toda la familia se fue a la Barceloneta a comer una paella. Por la tarde, visitaron la Sagrada Familia. ¡°Es hermosa. Parec¨ªa un castillo de Disney¡±, dice Anthony, que en estos meses ha tenido muchas pesadillas, ¡°sobre todo los primeros d¨ªas tras el tiroteo¡±. Sus anhelos eran tan sencillos ¡ª¡°quer¨ªa caminar, poder ba?arme, hacer las cosas por m¨ª mismo¡±, dice¡ª que todav¨ªa no se cree d¨®nde est¨¢. Este jueves le espera Messi en la ciudad deportiva para dar unos toques con la pelota. ¡°Que me dejen jugar un poco con ellos¡±, suplica.
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