El gol angustia a Espa?a
La selecci¨®n de Luis Enrique sella un triunfo apurado ante una Noruega ramplona gracias a un penalti marcado por Sergio Ramos tras desperdiciar el equipo numerosas ocasiones
Una Espa?a desproporcionada, con una catarata de ocasiones para solo dos goles, arranc¨® en la fase de clasificaci¨®n para la Eurocopa 2020 con una apurada victoria ante Noruega, que no es precisamente la apoteosis del f¨²tbol. A la Roja se le resiste de tal manera el gol que en la etapa de Luis Enrique, tras el desfile de 43 jugadores, el pichichies un centinela defensivo: Sergio Ramos. En Mestalla, clave con su penalti ganador. Con m¨¢s juego que punter¨ªa, el equipo espa?ol, que no va sobrado de armadura en el territorio de De Gea, acab¨® apurado por un rival de f¨²tbol remoto. Una Noruega sin ning¨²n futbolista con huella, ni siquiera el desapercibido Odegaard, extraviado por Valencia.
ESPA?A, 2 - NORUEGA, 1
Espa?a: De Gea; Navas, Ramos, I. Mart¨ªnez, Alba; Busquets, Ceballos (Canales, m. 74), Parejo (Rodri, m. 76); Asensio, Rodrigo y Morata (Jaime Mata, m. 89). No utilizados: Kepa, Sergi G¨®mez, Gay¨¢, Sa¨²l, Hermoso, Bernat, Muniain y Sergi Roberto.
Noruega: Jarstein; Elabdellaoui, Ajer, Nordtveit, Aleesami; Odegaard (M. Elyounoussi, m. 56), Henriksen, Sealnes, Johansen (Kamara, m. 77); King y Tarik Elyounoussi (Johnsen, m.55). No utilizados: Grytebust, Fossum, Hovland, Bratveit, Sorloth, Linners, Svensson y Daehi.
Goles: 1-0. M. 16. Rodrigo. 1-1. M. 64. King, de penalti. 2-1. M. 71. Sergio Ramos, de penalti.
?rbitro: Andris Treimanis (Letonia). Amonest¨® a Ceballos, I. Mart¨ªnez, Ajer, T. Elyounoussi, Johansen y M. Elyounoussi.
Mestalla: 39.752 espectadores.
Tan borrosa es esta Espa?a ante el gol que hasta Noruega termin¨® por angustiarla. Tampoco es ya la Roja gloriosa que sin mucho gol se apa?aba de maravilla con la pelota en exclusiva y el contrario a rebufo. Hoy, la panor¨¢mica es otra y a esta selecci¨®n, con menos recursos para abrochar los partidos, no le sobra de nada. No es firme en su cueva y en la porter¨ªa ajena le falta colmillo. De ¨¢rea a ¨¢rea s¨ª fue un equipo expansivo, pero son las zonas calientes las que penalizan o alivian.
La Roja se articul¨® a partir de las bandas sonoras de Navas y Jordi Alba, que inyectaron una y otra vez lo mejor del ataque espa?ol. Extinguidos los extremos, en estos tiempos quienes surcan por las orillas son los laterales. Aunque sean postizos, caso de Navas y Alba, extremos en su origen y extremos hoy, aunque con una marcha atr¨¢s y otra etiqueta. Por sus rutas de evacuaci¨®n amenaz¨® Espa?a a Noruega, atornillada ante cada despegue del andaluz y el catal¨¢n. Ambos encontraron pista, bien activados desde el observatorio de Busquets, Parejo y Ceballos. Y bien secundados por Rodrigo por la derecha y Asensio por la izquierda. Lo de Navas y Alba no eran centros sorteados. Todos, con buen ojo y buen pie, ten¨ªan picante. Al equipo de Luis Enrique solo le faltaba el punto terminal, especialmente el de Morata. Su cat¨¢logo de cabezazos se qued¨® en nada, ya fuera por mansos, por mal dirigidos o por el acierto del meta Jarstein.
Turbado Morata, del gol se encarg¨® Rodrigo, atacante con un gran muestrario, dentro y fuera del ¨¢rea. Una estupenda trenza entre Asensio y Alba deriv¨® en una asistencia cl¨ªnica del lateral azulgrana para el delantero valencianista, que estamp¨® el gol del descorche espa?ol. A la Roja no le faltaba soltura, con una notable velocidad de bal¨®n. Y poco a poco cogi¨® peso Parejo, como Rodri, distinguido aguador de Busquets para dar salida al juego. Pese a algunas imprecisiones, el capit¨¢n de Mestalla, en plena madurez, se vislumbra como uno de los mejores socios posibles del barcelonista, al que el seleccionador hizo mutar tras el descanso. De entrada, Busquets, muy solvente toda la jornada, se incrust¨® entre Sergio Ramos e ??igo Mart¨ªnez como un tercer central para despachar el juego desde la trinchera. Pero alguna embestida visitante pill¨® a Espa?a abierta de par en par. Si en el ¨¢rea de Jarstein flojeaba la Roja con la ¨²ltima tecla, en el de De Gea titube¨® m¨¢s de la cuenta ante un adversario sin mucho rango. Un par de cesiones deficientes apuraron al meta del United. Y, de forma incomprensible, Elyounoussi, con la porter¨ªa en los morros, remat¨® en direcci¨®n contraria.
De vuelta del intermedio, Busquets se ancl¨® m¨¢s a menudo por delante de la zaga, ya con los centrales m¨¢s cerrados. No se alter¨® el gui¨®n. Espa?a flu¨ªa hasta la sala de espera del gol, donde no atinaba Morata. Y tampoco blindaba del todo a De Gea. A Ramos se le fue un remate con todo a favor por un dedo y al instante el ¨¢rbitro advirti¨® un penalti en una selva plagada de agarrones, llaves de yudo y enredos entre unos y otros. Sin VAR en esta competici¨®n, al juez el enganche de ??igo Mart¨ªnez a Johnsen le pareci¨® el m¨¢s flagrante. King marc¨® de penalti y lleg¨® el suspense. Y la rutina de la noche: otro cabezazo de Morata desajustado. Hasta que una torpeza de Nordtveit dej¨® a la intemperie a Jarstein, que sin remedio caz¨® a Morata dentro del ¨¢rea. Ramos, a lo Ramos, conden¨® definitivamente a Noruega y salv¨® los puntos para una Espa?a a¨²n no cuajada. Luis Enrique pide tiempo. Y no hay entrenador que lo tenga m¨¢s que un seleccionador.
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