El atletismo topa con la ONU en el caso Semenya
Una resoluci¨®n de Naciones Unidas critica que la IAAF obligue a algunas mujeres a reducir su testosterona artificialmente
El Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) hab¨ªa prometido que antes del 26 de marzo, el martes pasado, har¨ªa p¨²blica su decisi¨®n m¨¢s esperada, la respuesta a una pregunta capital: ?deber¨¢n las mujeres con diferencia de desarrollo sexual (DSD) rebajar artificialmente su producci¨®n end¨®gena de testosterona para seguir tomando parte en competiciones de atletismo? O, en corto: ?Deber¨¢ Caster Semenya, la dominadora de los 800m la ¨²ltima d¨¦cada medicarse para competir, tal como pretende el nuevo reglamento de la federaci¨®n internacional de atletismo, la IAAF?
El 21 de marzo, sin embargo, un comunicado del TAS precisaba que la decisi¨®n se retrasar¨ªa unas semanas. ¡°Se anunciar¨¢ antes de que termine abril¡±, anunciaba el tribunal de Lausana, la ¨²ltima instancia en cuestiones deportivas. ¡°Despu¨¦s del final de la vista, el 22 de febrero, las partes [Semenya y la IAAF] han remitido nuevos informes, y est¨¢n de acuerdo en retrasar la decisi¨®n para poder tenerlos en cuenta¡±. Los nuevos informes a que se refer¨ªa el TAS en su comunicado se pod¨ªan resumir a uno solo, pero tremendamente importante ya que emanaba nada menos que del Consejo de Derechos Humanos de la Asamblea General de Naciones Unidas.
El 20 de marzo, 24 horas antes, el organismo internacional hab¨ªa adoptado una resoluci¨®n en la que expresa su preocupaci¨®n porque, afirma, obligar a mujeres y ni?as con diferencias de desarrollo sexual y de sensibilidad a los andr¨®genos a reducir m¨¦dicamente sus niveles de testosterona en sangre ¡°contravienen las normas y los principios internacionales de derechos humanos¡±. ¡°El reglamento de la IAAF no es compatible con las normas y los principios internacionales de derechos humanos¡±, a?ade la resoluci¨®n. ¡°No hay pruebas leg¨ªtimas que justifiquen el reglamento, de modo que podr¨ªa no ser razonable ni objetivo¡±.
La propuesta de proposici¨®n adoptada parti¨® de cinco pa¨ªses africanos, Eswatini (antigua Suazilandia), Mozambique, Sud¨¢frica, Zambia y Zimbabue, lo que no es en absoluto extra?o. Semenya, dos veces campeona ol¨ªmpica y triple campeona mundial, se ha convertido en un s¨ªmbolo para Sud¨¢frica, un pa¨ªs que la defiende desde que en 2009, la IAAF ya la obligara a medicarse para reducir su producci¨®n end¨®gena de testosterona para preservar la igualdad de oportunidades en el atletismo femenino (sobreentendido: la IAAF piensa que la producci¨®n end¨®gena de testosterona le da a Semenya ventaja injusta sobre las dem¨¢s mujeres). Semenya ten¨ªa 18 a?os y en Berl¨ªn hab¨ªa ganado el Mundial, mientras la prensa de todo el mundo se preguntaba abiertamente si era justo que compitiera contra mujeres normales. Una primera decisi¨®n del TAS dando la raz¨®n a una atleta india a quien no se dejaba competir oblig¨® a la federaci¨®n internacional a modificar su reglamento y a permitir competir a todas las mujeres sin restricciones. El nuevo reglamento para regular el llamado problema de la hiperandrogenia se aprob¨® en abril de 2018 y deber¨ªa haber entrado en vigor en noviembre pasado. Pero el recurso de Semenya ante el TAS lo paraliz¨®.
Para africanizar m¨¢s la cuesti¨®n, el asunto de la diferencia de desarrollo sexual es un asunto que parece afectar solo a atletas africanas de 800m. Junto a Semenya, las otras dos dominadoras de la distancia son la keniana Wambui y la burundesa Nyonsaba, que tambi¨¦n tienen un desarrollo sexual diferente. Las mismas caracter¨ªsticas presentaba la mozambique?a Maria Mutola, dominadora de la distancia en la primera d¨¦cada del siglo y referente de muchas mujeres africanas, tambi¨¦n de Semenya.
Por eso, tambi¨¦n, la resoluci¨®n de Naciones Unidas apela a la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos, subraya que ¡°algunas formas de discriminaci¨®n racial tienen un efecto singular y espec¨ªfico en la mujer¡± y solicita a la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos que ¡°prepare un informe sobre la confluencia de la discriminaci¨®n racial y de g¨¦nero en el deporte¡±.
Para pasmo y sorpresa de Sebastian Coe, el presidente de la IAAF que ha asumido casi como cuesti¨®n personal ¡°la protecci¨®n de la categor¨ªa femenina¡±, el debate ya no se circunscribe a una pregunta aparentemente cient¨ªfico-fisiol¨®gica sin m¨¢s matices (?la sobreproducci¨®n de testosterona respecto a los niveles considerados normales en las mujeres confiere una ventaja en algunas pruebas de atletismo?), sino que entra en los m¨¢s complicados territorios de la pol¨ªtica de g¨¦nero e inclusi¨®n.
Dudas cient¨ªficas
De todas maneras, tampoco Coe estaba muy feliz con la marcha del debate cient¨ªfico. La decisi¨®n de la IAAF de prohibir a las atletas con m¨¢s de cinco nanomoles por litro de sangre y probada sensibilidad androg¨¦nica (que la testosterona tiene efectos en su organismo) se bas¨® en un estudio estad¨ªstico muy cuestionado por la comunidad cient¨ªfica. El reglamento, adem¨¢s, prev¨¦ que si no toman estr¨®genos para reducir su testosterona, y soportan todos los perversos efectos secundarios de la medicaci¨®n hormonal, las mujeres solo estar¨ªan vetadas en carreras de entre 400m y la milla (1.612m), justo la horquilla en la que es excelente Semenya, m¨¢s vallas y pruebas combinadas, y no en las pruebas de lanzamientos, donde no hay apenas competidoras africanas y donde m¨¢s influencia ejercen los anabolizantes como la testosterona.
En su ¨²ltimo editorial, el British Medical Journal, una publicaci¨®n cient¨ªfica, se?ala que igual que la testosterona a solas no sirve para diferenciar hombres de mujeres, tampoco es un elemento definitivo para el rendimiento: ni hace de las mujeres hombres ni de atletas mediocres supercampeones. ¡°No se pueden definir ni el sexo biol¨®gico ni la funci¨®n f¨ªsica ateni¨¦ndose solo a los niveles de testosterona¡±, se?ala. Una conclusi¨®n que tambi¨¦n pone en duda la asunci¨®n habitual de la testosterona es lo que hace hombre al hombre.
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