Andrea Esteban: ¡°Llegu¨¦ a dar la vida por una rodilla¡±
La exdelantera del Valencia charla con EL PA?S sobre los momentos m¨¢s duros de sus lesiones, la soledad, la rabia que le daba recibir un abrazo y la coraza que se puso
Andrea Esteban tiene 23 a?os y ha tenido que dejar el futbol porque sus rodillas han dicho basta. Ha sufrido 4 roturas del ligamento cruzado en la rodilla derecha y una en el ligamento de la izquierda. La delantera del Valencia -seg¨²n Jorge Vilda, el seleccionador nacional, una de las jugadoras con m¨¢s talento y proyecci¨®n que ha entrenado- atiende a EL PAIS en la ciudad deportiva del equipo che. Ahora est¨¢ al frente de la selecci¨®n valenciana sub-15 y dice que est¨¢ en fase de duelo. Todav¨ªa no ha asimilado que ya no puede volver a jugar; pero s¨ª puede hablar de ello. Y su testimonio es duro. Se disculpa por subir y bajar lentamente las escaleras que llevan a la grada. ¡°Ando un poco tiesa todav¨ªa¡±. De ni?a so?aba con ser futbolista, se recuerda a si misma como "un nervio" que s¨®lo le ten¨ªa miedo a las tormentas. Cuando ca¨ªa una, corr¨ªa a casa para estar con su madre.
Pregunta. Escribi¨® en su carta de despedida: ¡°lo m¨¢s duro es darse cuenta de que en el f¨²tbol no existe una relaci¨®n directa entre esfuerzo y recompensa¡±¡
Respuesta. Es muy duro. Es as¨ª en el f¨²tbol y en la vida. Es complicado darte cuenta de que nos ha podido dar m¨¢s de ti y no se te ha devuelto en el modo en el que t¨² quer¨ªas. T¨² luchabas por volver a jugar al f¨²tbol, has vuelto, pero no has podido. Es complicado ver que tu d¨ªa a d¨ªa, tus 24 horas durante seis-siete a?os no han tenido la recompensa; lo que siempre te daba las fuerzas de recuperarte era ver ese objetivo y no ha llegado.
P. ?Cu¨¢ntas veces se ha repetido: por qu¨¦ yo?
R. Muchas; y lo complicado es darte cuenta de que no hay una respuesta. Empezaba con las comparaciones: por qu¨¦ yo, yo que me cuido, que descanso, que me alimento bien, que me entreno equis, que mejoro este musculo. Hac¨ªa todo eso y segu¨ªa sin poder. ?Por qu¨¦ yo? ?Qu¨¦ he hecho para que me pase a m¨ª?
P. ?C¨®mo canaliza la rabia?
R. Estaba en un bucle; la m¨ªa era una obsesi¨®n. Obsesi¨®n por entrenarme porque as¨ª canalizaba la rabia y al final no te das cuenta de que a veces m¨¢s es menos. Mi vida era la rodilla y era incapaz de desconectar porque el desconectar era estar un d¨ªa m¨¢s lejos del objetivo de volver.
P. ?En qu¨¦ la ayud¨® el psic¨®logo?
R. En quitarme la responsabilidad, en darme cuenta de que hay factores incontrolables que t¨² no puedes controlar. Intentaba que yo me hiciese responsable s¨®lo de lo que estaba en mi mano y eso es lo que me ha hecho tener la conciencia tranquila de poder mirar atr¨¢s ahora mismo y decir: no pod¨ªa hacer m¨¢s. Estaba dando mi vida por una rodilla, durante mucho tiempo no fui futbolista, no me sent¨ªa futbolista.
P. ?Encima lleg¨® a responsabilizarse?
R. S¨ª, al final pensaba: esto lo pod¨ªa haber mejorado, en ese momento pod¨ªa haberme cuidado m¨¢s, haber ido m¨¢s al gimnasio. Era como que toda la culpa era m¨ªa. El psic¨®logo me ayud¨® mucho, es algo que he trabajado para intentar aceptarlo todo de la mejor manera posible.
P. ?Lo ha asimilado ya?
R. No, es un proceso de duelo con sus fases. Lo ten¨ªa claro, fui capaz de decirlo y ahora toca asimilarlo. Cre¨ªa que lo ten¨ªa asimilado y no. Y eso que fue hace seis meses. Ahora es el momento de intentar ver el d¨ªa a d¨ªa y no buscar responsables.
P. Cont¨® en la carta de despedida que muchas veces prepar¨® su adi¨®s sentada delante de un ordenador, pero que la hoja se quedaba en blanco¡
R. Me pon¨ªa a escribir pero nunca quer¨ªa ese momento. Me pon¨ªa excusas: hoy estoy cansada, hoy no. Me pon¨ªa y me derrumbaba, no sal¨ªa. Al final lo consegu¨ª porque ve¨ªa que llegaba la fecha y no lo ten¨ªa. Sab¨ªa m¨¢s o menos lo que quer¨ªa decir y lo consegu¨ª plasmas. Cambi¨¦ p¨¢rrafos hasta el d¨ªa anterior por la ma?ana. Nunca me parec¨ªa que lo que estaba diciendo era lo adecuado.
P. ?Cu¨¢nto de duro es que el cerebro asimile un adi¨®s que no depende de ¨¦l sino del f¨ªsico?
R. Es algo que siempre voy a tener. Me cuesta mucho ver un partido y no decir: si yo hubiese podido, d¨®nde estar¨ªa. Siempre se me quedar¨¢ esa espinita. Para la cabeza es: vale me ha tocado vivir esto, voy a intentar aprender y disfrutar del f¨²tbol de otra manera y ayudar a otras personas que pasen por una situaci¨®n parecida a la m¨ªa porque no quiero que nadie pase lo que he pasado yo.
P. El hecho de que est¨¦ hablando de ello es un pasito m¨¢s.
R. S¨ª. La fase anterior era que estaba lesionada y la gente me preguntaba: ?cu¨¢nto te queda? Indefinido, respond¨ªa siempre. Pero era incapaz de decir: no voy a volver y eso que lo ten¨ªa claro desde octubre. Al equipo se lo dije en diciembre y poco a poco se lo fui diciendo a mi entorno. Pero hay amigos m¨ªos que no lo han sabido hasta hace nada porque era incapaz de soltarlo. Llega un momento en el que te duele la palabra ¡®¨¢nimo¡¯. Me daba rabia que me trataran de otra manera por pena. Y en realidad eso estaba en mi cabeza. Me daba rabia hasta recibir un abrazo. Me pon¨ªa una coraza¡ y a ser muy fr¨ªa.
P. ?C¨®mo se lo dijo a sus padres?
R. Les ment¨ª cuando fui a ver el doctor Cugat. Yo ten¨ªa la decisi¨®n tomada, sab¨ªa que lo iba a dejar porque mi rodilla no me dejaba rendir m¨¢s. ?l me dijo: si fueses hija m¨ªa durante un minuto te dir¨ªa que parases pensando en tu futuro porque no quiero que de aqu¨ª a 20 a?os tengas que llevar una pr¨®tesis. Yo no quer¨ªa jugar con mi salud. Cuando me llamaron mis padres les dije que todo ok y que nos ver¨ªamos el finde y cuando los vi me derrumb¨¦. Para mis padres, que siempre me han apoyado, era complicado venir a verme jugar: mi madre sufr¨ªa en los entrenamientos. Lleg¨® un momento en el que tema rodilla era tab¨² en casa. Tambi¨¦n en mi c¨ªrculo de amistades: yo no hablaba de mi rodilla. Ahora soy feliz viviendo el f¨²tbol de otra manera y no es un riesgo, mi madre no va a estar aqu¨ª en la grada viendo que me lesiones otra vez. Ellos son los que realmente han visto el dolor en el d¨ªa a d¨ªa.
P. ?scar Su¨¢rez, su ¨²ltimo entrenador, se acerc¨® a sus padres el d¨ªa la rueda de prensa y les dijo: ¡°Nos hace sentir muy peque?itos a los dem¨¢s. No s¨¦ de d¨®nde saca tanta fuerza¡±.
R. Ni siquiera yo lo s¨¦. No quiero adem¨¢s que esto se vea como que he tirado la toalla. En ning¨²n momento la tir¨¦. Hace dos-tres operaciones que me repet¨ªa: es la ¨²ltima bala. Vas y te rompes otra vez y dice: bah, pero he llegado a competir bien, va una m¨¢s. Fichas por el Valencia y dices: es que no puede ser que esto no tenga recompensa, la rodilla no va, te vuelves a operar y dices: ?la ¨²ltima! Miras atr¨¢s y dices¡ en los ¨²ltimos seis a?os he vivido una obsesi¨®n. La fuerza me ven¨ªa de intentar buscar esa recompensa y es muy duro ver que no ha llegado. En ning¨²n momento he actuado pensando: esto es lo que tengo que hacer, era mi manera de afrontar la situaci¨®n. Me merec¨ªa era recompensa y daba un poquito m¨¢s y un poquito m¨¢s y ese poquito m¨¢s al final era una monta?a.
P. ?Recuerda la ¨²ltima vez que se entren¨® sin dolor?
R. No. En octubre era capaz de entrenar, supongo que por la adrenalina, pero en mi casa era incapaz de ir al cine porque hab¨ªa tardes que ten¨ªa tanto dolor que no pod¨ªa, no pod¨ªa salir a cenar. No pod¨ªa ir a un concierto porque no pod¨ªa estar de pie tres horas seguidas, con 23 a?os. Ese es el momento en el que me digo: la vida es mucho m¨¢s y tengo que parar.
P. ?C¨®mo lleg¨® a convivir con las preocupaciones y el miedo a volverse a lesionar?
R. Es un trabajo psicol¨®gico muy importante porque lleg¨® un momento en el que cuando me imaginaba un partido, en vez de imagin¨¢ndome marcando un gol, mi visualizaci¨®n era que me romp¨ªa la rodilla. Eso fue despu¨¦s de la segunda lesi¨®n, creo. Son cinco roturas, pero yo he pasado por diez operaciones: hubo un tornillo que se sali¨®, un refuerzo del cruzado, otro tornillo que se sali¨®, una limpieza. Era entrar a quir¨®fano y volver al principio y todo eso lo haces sola. Al gimnasio vas sola, a correr por la ma?ana vas sola. Venir aqu¨ª a entrenarte los d¨ªas de fiesta o el 1 de enero lo haces sola.
P. ?En los momentos m¨¢s complicados de las recuperaciones, qu¨¦ deseaba con m¨¢s fuerzas?
R. Muchas veces quer¨ªa irme, irme lejos porque no lo pod¨ªa controlar y no pod¨ªa dar m¨¢s. Esa soledad al final lo que hace es que no te apoyes en nadie, aunque tengo la suerte de tener a gente que son las patas de mi mesa que han estado ah¨ª desde la primera lesi¨®n aguantando malas caras, malos d¨ªas y mi rabia contra el mundo. Ten¨ªa rabia de todo: de que te intenten apoyar, de que te den un abrazo, de que las cosas por las que luchas no salen y no sabes por qu¨¦. Mis padres me dec¨ªan a y saltaba, me dec¨ªan b y saltaba. Lo que quer¨ªa era saltar y ellos no sab¨ªan c¨®mo actuar. Para ellos tambi¨¦n fue complicado.
P. ?Y ahora?
R. Ahora dicen que soy otra persona. Y es verdad. Eso s¨ª, yo pod¨ªa estar en mi casa llorando hundida y venir aqu¨ª y era la primera en hacer bromas en el vestuario. Pocas personas sab¨ªan lo que hab¨ªa detr¨¢s. Yo viv¨ªa pendiente de mi rodilla incluso cuando no jugaba. No sal¨ªa, no disfrutaba de nada, no me permit¨ªa un d¨ªa libre, ni dos, ni tres, porque ten¨ªa una obsesi¨®n complicada de controlar. Ahora me doy cuenta de que si estoy cinco d¨ªas sin hacer nada tampoco pasa nada. No hac¨ªa cosas porque no quer¨ªa correr riesgos, no me habr¨ªa perdonado que me pasara algo.?
P. Parece que se ha quitado un peso de encima.
R. S¨ª, es as¨ª. Lo viv¨ª todo como una responsabilidad. Quer¨ªa cumplir con todos los que hab¨ªan estado viviendo las lesiones conmigo y cargaba tambi¨¦n con ese peso. Y ese peso era llegar a odiar algo que no me estaba dando nada bueno, en mi f¨ªsico, en mi vida. No viv¨ªa, no ten¨ªa nada m¨¢s que mi rodilla. Estaba en casa y me pon¨ªa hielo y no hab¨ªa una noche en que no me pusiera hielo y si no lo ten¨ªa iba a la una de la ma?ana a la gasolinera. Eso es algo que no se sabe y que es dif¨ªcil de contar.
P. ?Qu¨¦ le hace sentir m¨¢s orgullosa?
R. La repercusi¨®n que ha tenido esto, ver la gente que traslada lo que he vivido a cualquier aspecto de su vida. Ya no s¨®lo deportistas. Esforzarte y poder superarlo. Ver que puedo servir de ejemplo.
P. ?Se puede disfrutar del f¨²tbol de otra manera?
R. S¨ª, siempre va a ser diferente, no voy a mentir. Pero lo que estoy viviendo de entrenadora te hace ver la otra parte del f¨²tbol que muchas veces las jugadoras no sabemos ponernos en ese lugar. Es otra manera de llegar a las futbolistas, de ayudarlas a ser mejores.
P. ?Qu¨¦ tipo de entrenadora le gustar¨ªa ser?
R. Una entrenadora en el que el equipo fuese capaz de apoyarse en ella. Creo que es muy importante tener una figura que respetes, pero que te pueda ayudar.
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