Maite Cazorla y lo aut¨¦ntico
La grancanaria recibi¨® una beca de baloncesto de la Universidad de Oregon, y resulta que se ha convertido en la primera espa?ola en disputar una Final Four de la NCAA
De vez en cuando me da por preguntar a los j¨®venes que se acercan por primera vez a nuestros dominios s¨ª tienen alguna idea de c¨®mo naci¨® este juego del baloncesto, tan global. Y se quedan muy sorprendidos con la respuesta. Cuando son espa?oles, suelo recomendarles que busquen en internet una preciosa f¨¢bula de Gonzalo V¨¢zquez, ex compa?ero de andanzas period¨ªsticas. La dej¨® escrita hace casi diez a?os en su blog alojado en la web de ACB con el t¨ªtulo de El hombre que vio el cielo a diez pies. Gonzalo nos va metiendo en la cabeza de James Naismith, el profesor canadiense de educaci¨®n f¨ªsica que, por culpa de otra g¨¦lida ma?ana de invierno en Sprinfield, Massachussets, acab¨® colocando dos cestas de melocotones a esa distancia del suelo en el gimnasio del colegio, y redactando en su despacho a toda prisa m¨¢s de una docena de reglas que sus alumnos convertir¨ªan en la primera clase de basketball de la historia.
Aunque fuera de sus fronteras es el entorno profesional de la NBA el que han utilizado para darse a conocer, haciendo de ¨¦l un negocio global, el seguidor medio de nuestro deporte en Estados Unidos lleva varias semanas mucho m¨¢s pendiente de las historias vitales de chavales casi adolescentes como Zion Williamson, o de apenas veintea?eras como Maite Cazorla, que de los inenarrables triples dobles de Russell Westbrook, James Harden o Giannis Antetokounmpo. Marzo es el mes de su locura del baloncesto universitario (NCAA). Y es en la competici¨®n entre colegios y universidades donde todo comenz¨® a hacerse m¨¢s grande.
Cuando se publique esta carta, algunos de ustedes ya habr¨¢n o¨ªdo hablar de la Universidad de Virginia o de Texas Tech, que este lunes contra pron¨®stico pelear¨¢n por el t¨ªtulo masculino de la NCAA. De igual modo que tantos otros supimos hace tiempo de la existencia de la Universidad de UCLA, o de North Carolina, y por supuesto de la de Duke, en la cual por cierto despunta el chaval Williamson, un superdotado f¨ªsico que probablemente abandonar¨¢ sus estudios en primero de carrera con el objetivo de ser la pr¨®xima superestrella planetaria.
Y en todo este elenco de perfiles rimbombantes, quiz¨¢ se pregunten entonces qu¨¦ pinta aqu¨ª la joven Maite Cazorla, con ese nombre tan nuestro y seguramente tan desconocido para la gran mayor¨ªa. Les dejo algunos datos. Maite (Las Palmas de Gran Canaria, 1997) es la hermana peque?a de Juan Pedro y Carlos, dos exjugadores ACB (Baskonia, Fuenlabrada, Sevilla¡), ambos ya cuarentones. Hace cuatro a?os, Maite recibi¨® una beca de baloncesto de la Universidad de Oregon, y resulta que se ha convertido en la primera espa?ola en disputar una Final Four. Sus Ducks (patas), lo hac¨ªan tambi¨¦n por primera vez en la historia, perdiendo el pasado viernes en semifinales en un disputad¨ªsimo partido frente a las Osas de Baylor, principales favoritas. Debido a la importancia que en los colegios y universidades se da al baloncesto y a tantos otros deportes, Maite es sin duda una de las alumnas m¨¢s relevantes de los ¨²ltimos a?os en dicha Universidad. Ella y Oti Gildon, norteamericana, son las senior del equipo; jugadoras de ¨²ltimo a?o y absolutas referentes en el campus. Las dos mujeres que m¨¢s partidos de baloncesto han ganado en la historia de Oregon.
En el reportaje previo a la Final Four que les ha hecho su peri¨®dico, ambas han coincidido en que el ¨¦xito del equipo ha estado en su ¡°uni¨®n en la pista y en la atm¨®sfera tan de familia que tenemos fuera¡±. Una de las personas m¨¢s relevantes de ese clan al que Maite hace referencia, es nada menos que el se?or Phil Knight. Tras formar parte, mientras estudiaba la carrera, del equipo del equipo de atletismo de los Ducks de finales de los 50, Knight acab¨® creando la empresa Nike, y se ha convertido, por tanto, en uno de los ejecutivos m¨¢s influyentes en la historia moderna de Estados Unidos. No s¨¦ si tendr¨¢ despach¨® todav¨ªa (anda por los 81 a?os), pero si lo tiene, les garantizo que en la pared dedicada al baloncesto, y no muy lejos de la foto de Michael Jordan, andar¨¢ buscando un hueco para colocar las de Oti Gildon y Maite Cazorla; dos compa?eras de escuela durante cuatro a?os que, gracias al baloncesto, formar¨¢n parte para siempre de la historia m¨¢s aut¨¦ntica y brillante en su entorno universitario.
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