Gresca pat¨¦tica entre dos h¨¦roes ol¨ªmpicos
Los maratonianos Mo Farah y Gebrselassie se enzarzan en acusaciones mutuas y chantajes por un robo en un hotel
Las carreras de fondo se corren a ritmo pero se resuelven al sprint, se dice siempre. O en un cuadril¨¢tero a mamporros, se a?ade ahora cuando se contempla la gresca terrible y pat¨¦tica en la que se han enzarzado Haile Gebrselassie y sir Mo Farah, dos de los m¨¢s venerados atletas de fondo.
El mundo del atletismo asiste con la boca abierta, entre sorprendido y dolido, a una pelea entre campeones cuyas razones nadie entiende, que no se sabe d¨®nde acabar¨¢ y que se inici¨® el mi¨¦rcoles en la conferencia de prensa previa a la marat¨®n de Londres, que se disputa el domingo y en la que Farah es uno de los favoritos. En ella, sin venir a cuento, sin que nadie le preguntara, Farah, brit¨¢nico de 36 a?os, comenz¨® contando que se hab¨ªa preparado durante tres meses en Etiop¨ªa pero que el d¨ªa de su cumplea?os, el 23 de marzo pasado, le robaron en la habitaci¨®n del hotel Yaya Village 3.000 d¨®lares, dos tel¨¦fonos y un reloj Tag Heuer que le hab¨ªa regalado su mujer. ¡°Y lo peor¡±, a?adi¨®, ¡°es que Gebrselassie, que es el due?o del hotel, no hizo nada por ayudarme. Ni respondi¨® a mis mensajes. Y solo quiero que asuma la responsabilidad del robo¡±.
Al ataque directo, que consider¨® gratuito, Gebrselassie, de 46 a?os, respondi¨® pocos minutos despu¨¦s con un comunicado en el que desment¨ªa que se hubiera evaporado respecto al asunto. Cont¨® que colabor¨® con la polic¨ªa y que tuvo que aguantar el enfado de sus empleados porque cinco de ellos estuvieron detenidos durante tres semanas en comisar¨ªa hasta que se demostr¨® su inocencia. Tambi¨¦n dijo que Farah era un ingrato al que hac¨ªa un descuento del 50% por ser ¨¦l quien era y que encima se hab¨ªa ido sin pagar los extras de su estancia, que ascend¨ªan a 3.000 d¨®lares. ¡°Y el ¨²nico mensaje que recib¨ª de ¨¦l parec¨ªa antes que nada una amenaza, un chantaje¡±, a?adi¨®. ¡°Me dec¨ªa: ¡®Querido Haile, quiero informarte de que estoy muy decepcionado de que no hayas hecho ning¨²n esfuerzo para encontrar ni dinero robado ni, especialmente, el reloj... Tienes que saber que no soy responsable de lo que diga en la conferencia de prensa de Londres ni de c¨®mo pueda influir en tu personalidad o en tus negocios. Saludos de un amigo muy decepcionado. Sir Mo¡¯¡±.
Y, no contento con ello, Gebrselassie, uno de los m¨¢s grandes de la historia del atletismo et¨ªope, de la estirpe de Abebe Bikila y Kenenisa Bekele, y exitoso hombre de negocios, prolong¨® con dureza su contraataque recordando c¨®mo, precisamente, ¨¦l le hab¨ªa salvado a Farah de una detenci¨®n policial unas semanas antes. Cuenta Gebrselassie que estando en el gimnasio un d¨ªa de enero, Farah se mosque¨® con una pareja y agredi¨® a patadas y pu?etazos a ambos. ¡°La polic¨ªa le quer¨ªa detener, pero les ped¨ª que no lo hicieran¡±.
Las relaciones de Farah, h¨¦roe de los Juegos de Londres, con la prensa brit¨¢nica no se podr¨ªan definir como fluidas. Al atleta, que lleg¨® de Somalia, huyendo de la guerra, cuando era un ni?o, se le ha recordado ¨²ltimamente que le gusta rodearse de personalidades sospechosas por sus v¨ªnculos con el dopaje, tales como Alberto Salazar, el entrenador con el que se prepara en California, o Jama Aden, el t¨¦cnico de origen somal¨ª detenido hace unos a?os por los Mossos d'Esquadra en Sabadell en una operaci¨®n contra el dopaje. A la acusaci¨®n de haber agredido a una pareja, Farah respondi¨® por medio de su abogado: ¡°Un et¨ªope se estaba burlando de los ejercicios de Mo en el gimnasio e intent¨® agredir a su compa?ero de entrenamiento. Mo le defendi¨® soltando el pu?o, pero luego se tuvo que defender de una mujer, que le atac¨® armada de unas mancuernas¡±.
La afici¨®n acostumbra a medir a sus h¨¦roes por sus marcas y por sus t¨ªtulos, a recordar el marat¨®n en 2h 3m 59s de Gebre, en 2h 5m 11s de Mo; los cuatro t¨ªtulos ol¨ªmpicos y seis mundiales en 5.000m y 10.000 m del brit¨¢nico, los dos y cinco del et¨ªope. Ahora, perpleja, olvida los cron¨®metros y las medallas, y espera reteniendo el aliento a ver qui¨¦n da el golpe de KO.
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