Legan¨¦s y Celta suman y siguen
Tablas y ausencia de goles en un partido que no logr¨® romperse y que satisface a ambos en su objetivo de mantener la categor¨ªa
Puntuaron Legan¨¦s y Celta y no es mal plan cuando se acerca el postre y a¨²n queda hambre. M¨¢s caninos andan los gallegos, que adem¨¢s se queda un poco a expensas de que el Girona no gane al Sevilla este domingo para no volver a mirar de cerca el abismo con 37 puntos y nueve por poner en juego. El Legan¨¦s, con 42 puntos, puede considerarse pr¨¢cticamente en la l¨ªnea de meta por m¨¢s que al final su capit¨¢n Bustinza dijese que no consideraban completado el objetivo.
El partido tard¨® en romperse, tuvo sustancia, pero le falt¨® jugo porque no sobraron llegadas y s¨ª control. Del Legan¨¦s se intu¨ªa que podr¨ªa despistarse entre su tranquilidad clasificatoria y la solana que ca¨ªa sobre Butarque. No fue as¨ª. Tambi¨¦n ten¨ªa delante la posibilidad de liquidar la temporada sin tener ya que preocuparse de mirar hacia la retaguardia. Y, a mayores, su esp¨ªritu siempre le convierte en un pedernal. El Legan¨¦s tiene problemas con el gol porque s¨®lo el Valladolid marca menos, pero es complicado de abordar, un dolor de cabeza para cualquiera. S¨®lo hay cinco equipos menos batidos en el campeonato. As¨ª que no se fue de vacaciones y expuso de inicio un partido ¨¢spero, pleno de disputas, un mal rato para el Celta, mucho m¨¢s tibio, pero que acab¨® por adaptarse a las exigencias que le plantearon.
Al equipo gallego le cost¨® imponerse con el bal¨®n. Padeci¨® porque el Legan¨¦s aprieta y tiene unos automatismos en ese tipo de esfuerzos que le convierten en complicado de abordar. No se arregl¨® en esa l¨ªnea el Celta hasta la segunda parte. Fue entonces cuando empez¨® a jugar en campo contrario. Se encontr¨® un laberinto que ni Iago Aspas consigui¨® desentra?ar.
En medio de todo ese trasteo nadie llam¨® al f¨²tbol. Al otro f¨²tbol, al que consiste en manejar la pelota, juntar pases, superar marcajes y prevenciones y acercarse a la porter¨ªa rival. Al cuarto de hora un centro al ¨¢rea pill¨® a Cabral con el brazo extra?amente levantado. El videoarbitraje escrut¨® la acci¨®n, pero no apreci¨® infracci¨®n. Fue lo m¨¢s cerca del gol que estuvieron ambos equipos durante una larga hora.
La manta del Legan¨¦s le tapa por la cabeza. Los pies los tiene al aire, como ateridos. En-Nesyri y Braithwhite son delanteros de brocha gorda. El momento del Legan¨¦s en el partido no fue excesivamente lucido, pero ocurri¨®. Tuvo el control y lo dej¨® pasar sin acabar de obligar a Rub¨¦n Blanco. El Celta se rearm¨®, encontr¨® la pausa ante la fatiga rival. Baj¨® l¨ªneas del Legan¨¦s, lo que no ten¨ªa que ser por fuerza una mala noticia para ellos. Pero en ese escenario al Celta le resultaba m¨¢s sencillo encontrar a Aspas. Lo hizo en una pared que trenz¨® el internacional con Maxi G¨®mez para verse cara a cara con Cu¨¦llar. Nadie escondi¨® nada en el choque, el delantero meti¨® la punterita para dirigir la pelota hacia la porter¨ªa, pero hacia all¨ª corri¨® Omeruo para despejarla cuando medio esf¨¦rico ya hab¨ªa traspasado la l¨ªnea. No fue gol.
El tr¨¢nsito de los minutos agudiz¨® el respeto al marcador y le dio valor a los puntos que se repart¨ªan. El Celta, bien tapado tambi¨¦n, se guard¨® un punto m¨¢s de ambici¨®n, pero el partido hab¨ªa bajado su ritmo y no era eso lo que le conven¨ªa a un grupo de atacantes tan revoltoso como el que plante¨® al final Escrib¨¢, con Brais M¨¦ndez reaparecido tras lesi¨®n para jugar el cuarto de hora final y Boudebouz y Aspas en la b¨²squeda de una mezcla. Pero la ¨²nica alquimia que hubo en Butarque fue la que fabric¨® el empate de principio a fin.
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