El CSKA impone su her¨¢ldica ante el Efes
El conjunto ruso logra en Vitoria la octava Copa de Europa de su historia ante un equipo conmovedor al que no le bast¨® con los 29 puntos de Larkin
El CSKA alz¨® al cielo de Vitoria la octava Copa de Europa de su historia, la cuarta en la era moderna despu¨¦s de acumular sus cuatro primeros t¨ªtulos en la d¨¦cada que transcurri¨® entre 1961 y 1971. En el Buesa Arena, la Cabalgata de las Valkirias del conjunto de Itoudis de super¨® a la Marcha Radetzkydel Efes de Larkin. De Colo, Sergio Rodr¨ªguez, Higgins y el mvp Clyburn fueron un muro insalvable para la conmovedora persecuci¨®n del cuadro turco al que no le bast¨® con los 29 puntos de su estrella.
Apasionante desde el salto inicial, el duelo mezcl¨® el v¨¦rtigo y la percusi¨®n. Con Larkin y Micic propulsando el sue?o turco y Kurbanov y Hunter defendiendo la her¨¢ldica rusa el list¨®n f¨ªsico y mental se situ¨® en todo lo alto. Para el Efes era la primera final de su historia. Tras quedar colista de la liga regular la pasada temporada, los de Estambul sacudieron su proyecto a golpe de fichajes lustrosos hasta abrirse un hueco en una ¨¦lite en la que no estaban desde 2001. Para el CSKA era la 16? Final Four en 18 a?os (solo fall¨® en 2002 y 2011), con tres t¨ªtulos (2006, 2008 y 2016) y tres finales perdidas (2007, 2009 y 2012) en ese recorrido. Y, entre la experiencia y la contundencia, el cuadro ruso se present¨® arrollador (17-29, m. 9).
Como si de un choque contra una realidad rocosa y herc¨²lea se tratase, el Efes qued¨® aturdido ante semejante demostraci¨®n de fuerza. Mientras, Itoudis continuaba echando carb¨®n a la locomotora con la batuta de Sergio Rodr¨ªguez y la metralleta de Higgins (11 puntos en los seis minutos del primer cuarto en los que estuvo en pista).
La ventaja del CSKA alcanz¨® los 14 puntos a los 13 minutos (20-34), pero el Efes apret¨® la mand¨ªbula, ataj¨® a Higgins y comenz¨® a remar contracorriente con entusiasmo. Dunston equilibr¨® la batalla por el rebote y Larkin retom¨® su producci¨®n anotadora. Del 28-41 del minuto 16 se pas¨® al 42-44 con el que se cerr¨® el primer tiempo. Un triple de Simon en la reanudaci¨®n complet¨® la remontada parcial del cuadro de Ataman (45-44, m. 21).
Se cruzaron en el camino la efervescencia del perseguidor que se reengancha con las dudas del equipo cazado. Pero el CSKA hormigon¨® su esp¨ªritu de resistencia ante el Real Madrid en semifinales y no tard¨® en enderezarse de nuevo.
La final se convirti¨® en una cuesti¨®n de orgullo y el ¨²ltimo tramo del cuarto devino en un trepidante intercambio de golpes a base de parciales. La hucha del CSKA lleg¨® de nuevo a los 14 de renta (54-68, m. 28) hasta que la inspiraci¨®n febril de Larkin volvi¨® a hacer creer al Efes (62-68, m. 30).
No era la noche de Micic, ofuscado desde el triple (siete puntos, con un 1 de 8 desde el 6,75 a esas alturas) y, con la mitad del trabajo hecho, la defensa del conjunto de Itoudis se centr¨® el frenar al demonio Larkin. No lo consiguieron. Con una asistencia del base de Cincinnati para el mate de Dunston y un bravo contraataque de Moerman la final se qued¨® en un pa?uelo a falta de seis minutos (71-75).
En la s¨ªstole y di¨¢stole del partido, el CSKA siempre conserv¨® la ventaja y el pulso ante cada acercamiento del rival. A la producci¨®n de Higgins y Clyburn se sum¨® progresivamente, como ante el Madrid, De Colo. El franc¨¦s cerr¨® la primera mitad con cuatro puntos y escasa relevancia, pero volvi¨® a reclamar sus galones en los minutos de la verdad. El dep¨®sito de la cort¨ªsima rotaci¨®n de Ataman comenz¨® a quedarse en la reserva conforme se acercaba el desenlace.
Nunca se desenganch¨® del todo el Efes de las opciones de triunfo. Nunca las tuvo lo suficientemente cerca como para asaltar los cielos. Con reminiscencias del primer Madrid de Laso que se estrell¨® en la Final Four de Londres 2012 ante un Olympiacos m¨¢s duro y resabiado, los turcos se entregaron en cuerpo y alma a Larkin, el mejor con diferencia en el fin de semana vitoriano. Pero la excelencia no hace milagros. Venci¨® el CSKA. Sergio Rodr¨ªguez se convert¨ªa, vestido de blanco, en el primer espa?ol en ganar la Copa de Europa con la camiseta de un equipo extranjero. El conjunto ruso levant¨® en Vitoria su octavo t¨ªtulo continental.
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