Fallece Jaume Mir, el hombre con bigote que esperaba a los ganadores en la meta
El hombre m¨¢s conocido del ciclismo en los a?os 70 ten¨ªa 90 a?os y hab¨ªa sido tambi¨¦n taxista, y actor
Martes al atardecer precoz en una Italia del norte en la que el ¡°primavera tarda¡± del Machado que sufr¨ªa la estepa soriana suena a iron¨ªa: la primavera, aqu¨ª, no tarda, la primavera no llega, el invierno sigue. Ponte di Legno. Termina la etapa bajo la lluvia helada. Tras un saludo de su masajista, Giulio Ciccone, el ganador, acelera veloz hacia una tienda de campa?a donde le espera el calor y un abrazo c¨¢lido y largo, donde le espera su m¨¢nager, Johnny Carera, que lo estruja feliz: uno, el ciclista, lograr¨¢ una prima; otro, el agente que negocia sus traspasos, un poco m¨¢s de comisi¨®n.
As¨ª es el ciclismo de ahora, tan feo que Jaume Mir no ha aguantado m¨¢s y ha decidido morirse. Ten¨ªa 90 a?os, un bigote que nunca le ha abandonado y unas gafas de enorme montura. Todo del mundo del ciclismo de antes, cuando el punto entra?able, aventurero, humano, feroz y fant¨¢stico, empeque?ec¨ªa las miserias.
A Jaume Mir todos los ciclistas le conoc¨ªan y todos los aficionados. Era ¨¦l, su bigote, sus gafas, su maillot del Bic o del Teka o del Lotus-Festina, o hasta de las cervezas Moritz, dependiendo de qui¨¦n pagara sus hoteles, gasolina y comida, el primero que deten¨ªa al ganador de cualquier etapa, lo abrazaba y, con mucha mala leche, proteg¨ªa del acoso de c¨¢maras y micr¨®fonos, y le tend¨ªa una toalla para que se secara el sudor. ?l ganaba todas las etapas, podr¨ªa decirse, y los patrocinadores sab¨ªan apreciarlo y los periodistas que le ten¨ªan en n¨®mina para ser ellos los primeros que llegaran al protagonista del d¨ªa. Cre¨® un personaje que el ciclismo se apresur¨® en pervertir.
Mir dej¨® el ciclismo hace una d¨¦cada, despu¨¦s de jubilarse como responsable de la caravana publicitaria de Festina, su ¨²ltimo trabajo en un pelot¨®n en el que hab¨ªa entrado a principios de los a?os 60 como ch¨®fer del Seat 600 en el que viajaban los enviados especiales del Mundo Deportivo al Tour de Francia. Era el fin natural de un proceso l¨®gico. Mir era taxista en Barcelona (y por eso su apodo eterno de Taxi Key, como el detective taxista en la Barcelona de los 40 protagonista de un serial radiof¨®nico de la ¨¦poca) y todos los domingos llevaba del estadio a la redacci¨®n del diario deportivo los carretes de fotos que le pasaban los fot¨®grafos.
En el ciclismo, en el que su relaci¨®n con Luis Oca?a, del Bic, su ¨ªdolo siempre, eclips¨® cualquier otro deseo, era un extra necesario como lo era tambi¨¦n en otro de sus oficios en la Espa?a de los supervivientes que tantas oportunidades daba a los aventureros n¨®madas en los a?os 60 y 70, la de doble en el cine, o especialista, como se llaman ahora. Cuando contaba su vida, exageraba a veces, pero parece verdad que era un habitual del desierto de Almer¨ªa en el que se rodaban los spaghetti western. Como extra, dec¨ªa, su papel estelar fue, aparte de su participaci¨®n en El bueno, el feo y el malo, de su amigo Sergio Leone, la ca¨ªda de caballo de Claudia Cardinale en Las petroleras, a la que dobl¨® con faldas y peluca, y un bigote que no se apreciaba en el plano, por supuesto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.