Landa controla a los favoritos la v¨ªspera de la gran etapa dolom¨ªtica
Victoria del colombiano Chaves antes de la jornada decisiva, que Carapaz afronta con 1m 54s sobre Nibali
Carapaz y sus colegas comparten hotel en Treviso con un equipo de rugby ingl¨¦s, lo que les da pie para reflexionar sobre dos asuntos. Uno ya les sonaba: se puede ser gran deportista, grand¨ªsimo, midiendo dos metros y pesando 120 kilos y tambi¨¦n midiendo 1,69m y pesando 50 kilos; cuando van a por los huevos revueltos y comprueban que los rugbistas se han adelantado y las bandejas est¨¢n secas, aceptan una segunda reflexi¨®n: no se puede dar nada por descontado, ni siquiera que en el Giro pueda haber huevos para todos.
Pedaleando luego hacia San Martino di Castrozza ¡ªel pen¨²ltimo final en alto del Giro premia a Chaves, el colombiano que recupera la moral y la fuerza un a?o despu¨¦s de fundirse en el Etna¡ª todos quedan hipnotizados, como todos, por la vista de los Dolomitas, las monta?as p¨¢lidas de San Martino, la Madonna, la Pala, el Sass Maor sobre todas, blancas, en alta definici¨®n recortados contra el cielo azul celeste, y el sol, brillantes intentando alcanzar la belleza perfecta con la que salen retratados en las tarjetas postales. Ser¨ªan Plateros de la piedra que tanto sorprendi¨® al ge¨®logo franc¨¦s marqu¨¦s de Dolomieu que la bautiz¨® con su t¨ªtulo nobiliario, tan suaves que parecen de algod¨®n. Casi las pueden tocar con los dedos en el prolongado sprint con chispas a 28 por hora entre los favoritos, que Landa, fidel¨ªsimo, apaga r¨¢pido por encargo de Carapaz, y solo unos segundos de ventaja para Superman, con el que se sube, tan r¨¢pido. Y Carapaz ensalza a Landa: ¡°M¨¢s que un coequipero, Landa es m¨ª l¨ªder que tan bien me gu¨ªa¡±.
No os fi¨¦is de su belleza enga?osa y tan cursi, les pueden advertir los paisanos, los Dolomitas son monta?as terribles cuando el viento sopla como un hurac¨¢n como hizo la ¨²ltima noche de Halloween en la cima del Manghen que os espera el s¨¢bado y derriba cruel bosques enteros de abetos de resonancia, esa madera tan buena que tanto gusta a los lutieres para hacer violines. Y Carapaz y sus amigos de coraz¨®n ligero y piernas aladas les podr¨ªan responder, tranquilo, amigo, en el Manghen, el puerto m¨¢s largo y duro del Giro, primero, y en el Rolle, y al final en el Monte de Avena, tan duro y tan corto, no pensamos en un concierto de viol¨ªn, jeje, sino de truenos y rel¨¢mpagos, de tambores y metales, una cabalgata muy wagneriana. Nos jugamos el Giro, amigo.
Quiz¨¢s hablar¨ªan as¨ª, tan exagerado, impresionados por lo que se le¨ªa en la prensa italiana de la ma?ana. En el Corriere, Ivan Basso dice que para ganar a Carapaz, uno que pudo con el Mortirolo, a Nibali solo le valdr¨ªa un milagro, y los amigos de La Gazzetta le responden los milagros de San Vincenzo, el Tibur¨®n del Estrecho de Messina. Recuerdan que hace tres Giros, estaba Nibali a casi cinco minutos del l¨ªder Kruijswijk a cuatro d¨ªas para el final, y c¨®mo con un solo ataque suyo tras moto en un descenso, el holand¨¦s se dio de bruces contra un bloque de nieve y Chavito y Valverde, que estaban por delante en la general, se quedaron descolgados. La victoria en aquel Giro, su segundo Giro, acab¨® con un rival por los suelos; su ataque en el pav¨¦s empapado de Arenberg en el Tour del 14 coincidi¨® con la ca¨ªda de Froome. Y, a?aden, no hay que olvidar que el Giro es la carrera de los terremotos: ?qui¨¦n iba a pensar que se iban a hundir como se hundieron Yates y Pinot en solo dos d¨ªas y que Froome acabar¨ªa ganado el Giro del 18?
Un ¨²ltimo estudio cient¨ªfico dice que hasta los m¨¢s ateos creen en alguna fuerza sobrenatural porque el ser humano no es tan racional como se cree, pero cuando lee estas cosas, Dracarys Txente y Max Sciandri, la pareja que gu¨ªa a Carapaz y al Movistar, se echan a re¨ªr y anticipan: Nibali nos har¨¢ otro Mortirolo, ser¨¢ otra vez el buld¨®cer que allane nuestro camino hasta la cima. Y cuando Nibali anima a Landa a atacar el s¨¢bado, para ¨¦l aprovecharse, el jefe de todo esto, Carapaz, responde: ¡°Nos quieren probar, deshacer el equipo, pero que sepan que el equipo est¨¢ muy bien, y que Mikel est¨¢ al total servicio m¨ªo, y lo digo con las propias palabras con las que me lo dijo ¨¦l. Y lo demostr¨®¡±.
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