J¨¹rgen Klopp, perdedor en la gloria
John W. Henry, due?o del Liverpool, emple¨® el modelo matem¨¢tico de un f¨ªsico de Cambridge para seleccionar el fichaje del t¨¦cnico en el peor momento de su carrera
M¨¢s pendientes de la opini¨®n p¨²blica que de su propio criterio, la mayor¨ªa de los presidentes de los grandes clubes de Europa solo fichan entrenadores avalados por resultados exitosos recientes. No es el caso de John W. Henry, el propietario del Liverpool que en el verano de 2015 decidi¨® fichar a un perdedor. El elegido ven¨ªa de clasificar a un potente Borussia Dortmund en s¨¦ptima posici¨®n de la Bundesliga despu¨¦s de rozar el descenso; hab¨ªa perdido las ¨²ltimas cuatro finales coperas disputadas y sus jefes no dejaban de criticarle cada vez que pisaban un palco. Cuando sus hom¨®logos, interesados en contratar un t¨¦cnico, le preguntaban por su entrenador, el presidente borussier Reinhard Rauball respond¨ªa, seg¨²n diversos agentes, que se trataba de un tipo complicado, de car¨¢cter explosivo y af¨¢n controlador. El hombre en cuesti¨®n se llamaba J¨¹rgen Klopp y estaba a punto de recibir la oferta de su vida.
Los due?os estadounidenses de los clubes de la Premier suelen mantenerse ajenos a la administraci¨®n deportiva. Joel y Avram Glazer, propietarios del Manchester United, permanecieron en Estados Unidos el d¨ªa que su equipo levant¨® la ¨²ltima Champions, en 2008. Los ejecutivos del United comentaron entonces que dudaban mucho de que sus patrones hubiesen seguido aquella final por televisi¨®n, distra¨ªdos como estaban por sus muchos negocios.
El f¨²tbol no suele interesar a los empresarios americanos que se vinculan a equipos de la Premier. La excepci¨®n es John W. Henry. C¨¦lebre por inspirar a uno de los personajes de la pel¨ªcula Moneyball, el milmillonario propietario del Boston Globe y los Boston Red Sox pas¨® de gestionar fondos de materias primas a aficionarse por las estad¨ªsticas avanzadas. Familiarizado con los modelos matem¨¢ticos aplicados al an¨¢lisis del mercado de valores, se empe?¨® en desentra?ar los elementos aleatorios del b¨¦isbol y el f¨²tbol para afinar los fichajes de jugadores y t¨¦cnicos. En 2010 compr¨® el Liverpool y en 2015, seg¨²n The New York Times, el informe de un doctor en f¨ªsica te¨®rica por la Universidad de Cambridge le recomend¨® que fichara a Klopp.
Ian Graham, el autor del informe, elabor¨® un modelo matem¨¢tico que eliminaba los numeros¨ªsimos elementos aleatorios del f¨²tbol para extraer una conclusi¨®n sin distorsiones. El dict¨¢men trascendi¨® la banalidad del marcador o la clasificaci¨®n para determinar el nivel real del Dortmund del curso 2014-15. Graham asegura que jam¨¢s mir¨® v¨ªdeos de partidos ni de futbolistas porque las im¨¢genes, dice, contienen un poderoso sesgo. Su ponderaci¨®n fue puramente num¨¦rica. La valoraci¨®n de las estad¨ªsticas le indicaron que en la temporada 2014-15 el entrenador con peor suerte del mundo hab¨ªa sido Klopp. Seg¨²n sus c¨¢lculos, el juego del equipo del t¨¦cnico alem¨¢n fue el que m¨¢s se alej¨® de los resultados que le asignaban las probabilidades. En el modelo matem¨¢tio de Graham, aquel Dortmund hizo m¨¦ritos para acabar la Bundesliga en segunda posici¨®n y no s¨¦ptimo.
Convertido en jefe de analistas del Liverpool, Graham mont¨® un laboratorio en el centro de entrenamientos de Melwood. All¨ª convoc¨® a dos colegas que le ayudan a detectar talentos en el mercado de fichajes: Dafydd Steele, campe¨®n de ajedrez con posgrado en matem¨¢ticas, y Will Searman doctor en f¨ªsica por Harvard y exfuncionario del equipo de la Organizaci¨®n Europea para la Investigaci¨®n Nuclear que descubri¨® el bos¨®n de Higgs. Searman perfecciona un modelo que pondera los partidos en sus detalles m¨¢s dif¨ªciles de calcular: la calidad de los pases y la calidad de los movimientos sin bal¨®n. En su base de datos bailan 100.000 futbolistas de todo el mundo.
Entre Klopp y los analistas se jactan de haber revalorizado a un porcentaje muy elevado de los fichajes. El balance de compras y ventas desde 2015 es de 160 millones de euros. Las principales adquisiciones, Salah, Man¨¦, Firmino, Robertson, Wijnaldun, Becker y Van Dijk, han conformado la columna vertebral del equipo que este s¨¢bado en Madrid levant¨® la sexta Champions para los reds. Van Dijk, incorporado por 84 millones, fue el m¨¢s caro y el m¨¢s rentable. Sus estad¨ªsticas le sit¨²an como el mejor central del planeta: nadie ha podido regatearle en los ¨²ltimos 64 partidos.
El Liverpool de Klopp fue primero una idea de John W. Henry. El f¨²tbol es un sistema complejo. La verdad est¨¢ en los n¨²meros. El ganador es el perdedor. ?
"Nos seguiremos dando patadas en el culo con Guardiola"
Despu¨¦s de perder seis finales coperas sucesivas, J¨¹rgen Klopp confes¨® su satisfacci¨®n tras ganar la Champions en Madrid. ¡°Me siento muy aliviado", dijo; "especialmente por mi familia, porque no fue grato irnos de vacaciones con esas seis medallas de plata¡±.
El entrenador del Liverpool nunca abandon¨® el tono ir¨®nico y mordaz. El viernes comenz¨®a tejer su discurso: "Yo no me siento en esta sala de conferencias y pienso en mi mismo y digo: 'perdedor'. Y si gano la Champions no me sentar¨¦ aqu¨ª y pensar¨¦: 'ganador'".
Llevaba d¨ªas escuchando c¨®mo le repet¨ªan la misma pregunta una y otra vez con diferetes variaciones. ?Qu¨¦ se siente perder seis finales seguidas? Si pierde la s¨¦ptima, ?podr¨ªa decirse que usted es un hombre con mala suerte?? ?Despu¨¦s de perder la Premier ganando 97 puntos se considera desafortunado...?
Al calor de la fiesta en el Metropolitano Klopp tambi¨¦n revel¨® que Guardiola le envi¨® un mensaje a trav¨¦s de Lee Nobes, un amigo com¨²n, fisioterapeuta que trabaj¨® en el City hasta hace pocos meses. ¡°Nuestro jefe de fisios se vino con nosotros porque quer¨ªa ganar una Champions ¡ªes broma¡ª. Nos prometimos [con Guardiola] mutuamente que nos seguiremos dando patadas en el culo la temporada que viene¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.