El Mallorca completa la heroicidad y sube en dos a?os de Segunda B a Primera
Tres goles en Son Moix remontan una eliminatoria que el Deportivo llevaba enfilada de Riazor y que pudo llevarse con un remate en la última jugada que se fue junto al palo
El Mallorca remontó dos goles de desventaja para subir a Primera División y frustrar las ilusiones del Deportivo, un equipo armado para dar el salto de categoría. Un a?o más, como el anterior, los tres recién descendidos cayeron engullidos por una categoría cainita que el Mallorca abandona con goles de Budimir, Salva Sevilla y, el decisivo, de Abdón a diez minutos del final. Lo celebró toda la isla, incluído Rafa Nadal, entuasiasta en el graderío.
El último en lograr algo semejante había sido el Eibar en 2014. Y a punto estuvo de conseguirlo el Nàstic en 2016 con Vicente Moreno al frente. Se desquitó de aquella decepción el entrenador valenciano que como futbolista ya había hecho historia con el Xerez. Que el fútbol devora a cualquiera lo percibió cuando seis meses después de devolver a Tarragona no solo al fútbol profesional sino a las puertas de Primera División presentó su renuncia y se fue al paro.
El Mallorca le llamó cuando en la primavera de 2017 consumó su descenso a Segunda B, una categoría en la que era como un trasatlántico en una piscina. El paso por ese purgatorio fue tan efímero como duro, pero tuvo un efecto reconstituyente. Moreno armó un equipo amparado en la paciencia de la propiedad norteamericana. Robert Sarver, due?o de los Phoenix Suns de la NBA, procede de una cultura que acepta procesos más largos de lo habitual en Europa en la construcción de equipos. Y no ha dejado de inyectarle dinero a la entidad. El Mallorca apenas se quedó con tres futbolistas tras el descenso. Ahora sube a Primera con un once muy definido en el que siete de sus titulares ya lo eran en la división de bronce.
Así, en una categoría en la que abundan las prisas, el Mallorca se ha cocinado a fuego lento, sin presiones por estar en los puestos cabeceros de la tabla, pero sin abandonarlos. Nunca cayó en toda la temporada más abajo del noveno y en las diez últimas jornadas no solo no abandonó los puestos de promoción sino que hasta acarició la idea del ascenso. Penó por sus problemas para puntuar a domicilio, faceta en la que apenas ganó en cuatro ocasiones. Pero se amparó en Son Moix, un feudo que a primera vista no da la impresión de ser un fortín, nunca abarrotado como en esta final por el ascenso, siempre con lonas en las gradas para disimular el vacío. Pero allí se ha conformado una magia especial: “Afición y jugadores vamos de la mano desde hace tiempo”, valora el veterano meta Manolo Reina, capitán del equipo, pretoriano del entrenador en Tarragona y durante las dos últimas campa?as en Mallorca.
Porque el equipo se ha conformado sobre la base de gente experta. Salva Sevilla también aceptó el reto de la Segunda B tras una campa?a poco lucida en Primera con el Espanyol y futbolistas con cartel en Segunda como Raíllo o Lago Junior decidieron continuar tras el descenso. Los refuerzos tras el ascenso fueron quirúrgicos. El eslovaco Martin Valjent apuntaló el centro de la zaga, el coru?és Dani Rodríguez le dio empuje a la medular, el joven venezolano Estupi?án fue un pu?al en la zurda y Leo Suárez un agitador en la mediapunta. Los cuatro llegaron con hambre y ganas de hacerse un nombre en un equipo que jamás ha especulado, afecto a la presión alta y a las transiciones rápidas, pero que tampoco dudó en replegarse cuando no robaba la pelota en los primeros segundos. O que tampoco tuvo reparos en buscar el juego directo con cualqueiera de sus tres delanteros acostumbrados a bajar la pelota, Abdón, ?lex López o el croata Budimir, un acierto del mercado invernal.
El Mallorca vuelve a Primera después de seis a?os de ausencia, tras una edad de oro que había iniciado en 1997. Hasta entonces solo había jugado once temporadas en la élite. La campa?a venidera será la vigésimooctava.
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