Revive Messi, muere Argentina ante Brasil
La Canarinha supera a la Albiceleste en semifinales de la Copa Am¨¦rica con goles de Gabriel Jesus y Firmino, en un partido vibrante y tras una destacada actuaci¨®n del 10 azulgrana
Como si nunca hubiese dado el pistoletazo inicial, la Copa Am¨¦rica pareci¨® empezar y terminar en el Brasil-Argentina de semifinales. Un duelo precioso, por intenso, pero sobre todo por vibrante, acompa?ado de un Mineirao en llamas, que mim¨® a la Canarinha, ovacion¨® a Messi y se dividi¨® con la presencia de Bolsonaro. Poco se sab¨ªa de Messi en este torneo de Brasil, m¨¢s activo en las zonas mixtas que en el juego, fastidioso en el tapete y alegre ante los micr¨®fonos. Apareci¨® Messi cuando Argentina m¨¢s lo necesitaba. No fue suficiente: los palos, Alisson y, esencialmente, la eficacia de Brasil, certera para marcar, dura para defender, condenaron a una Argentina vac¨ªa de t¨ªtulos desde 1993. La Canarinha ya tiene su final, una m¨¢s en su casa, a la espera de Chile o Per¨².
Al Mineirao no le duele el 1-7 por mucho que los argentinos (burlones, por naturaleza) se empecinen en recordarle a la torcida brasile?a el tortazo ante Alemania en el Mundial de 2014. De hecho, la casa del Cruzeiro ahuyent¨® r¨¢pido el fantasma de la hist¨®rica paliza ante Alemania cuando le estamp¨® un duro 3-0 a Argentina en las eliminatorias sudamericanas en 2016. Fueron tres y pudieron ser m¨¢s, pero la complicidad de Neymar con Messi no es la misma que la de David Luiz con Schweinsteiger.? El Mineirao es c¨®mplice y cruel con el 10 de Argentina, que no sabe lo que es ganarle a Brasil en un partido oficial. Belo Horizonte ovacion¨® al rosarino cuando era un pipiolo en 2007, tambi¨¦n en esta Copa Am¨¦rica 2019. El estadio se encendi¨® cuando la megafon¨ªa cant¨® su nombre como cuando el azulgrana sacaba de paseo a uno de sus muchachos. De bonus track, pas¨® lo nunca visto hasta ahora en esta Copa: por primera vez se llen¨® un estadio.
Tan bonito como intimidante, tan festivo como belicoso, intimid¨® el Mineirao cuando se puso a cantar a capela el himno de Brasil. Ambiente de cl¨¢sico, el partido de los partidos, de nuevo grande para recibir a la Argentina de Messi, que no falt¨® a la gran cita de Am¨¦rica. Por fin repiti¨® un once Scaloni. La primera que lo hace el t¨¦cnico en sus 14 partidos en el banquillo, pero hay que sumar hasta 40 duelos para encontrar dos alineaciones consecutivas calcadas de la Albiceleste. Brasil no tiene ese problema. Tite encontr¨® su equipo sin Neymar. Un conjunto que camina a paso firme en su casa, con ganas de ganar la Copa que no levanta desde 2007.
Sin agobiarlo, Brasil no dejaba salir a Argentina. El duelo arranc¨® como el estadio. Peleador, a ritmo fren¨¦tico, sin nadie que se animara a darle un descanso al bal¨®n. La Albiceleste dispuesta a ser un equipo corto, cubri¨® la bandas y Brasil mand¨® a partir de Arthur, esta vez con Coutinho de socio, m¨¢s presente Dani Alves que Gabriel Jes¨²s y Everton para ensanchar el campo. Con el 10 todav¨ªa en modo Copa Am¨¦rica 2019, el primero que apareci¨® en Argentina fue Paredes con un potente remate, sin susto para Allison. Brasil controlaba al equipo de Scaloni, vac¨ªo en la medular con la necesidad de que Messi bajara a buscar un bal¨®n que le resultaba imposible que le acercaran Acu?a y De Paul. Paredes, mientras tanto, estaba m¨¢s metido en la lucha que en el juego y los centrales, especialmente Otamendi, saltaban de pifia en pifia. O como Foyth, tan atrevido como err¨¢tico, que perdi¨® una pelota inexplicable, que Gabriel Jesus no pudo condenar.
La ac¨²stica del Mineirao enganchaba, ir¨®nica con los errores de la Canarinha, sarc¨¢stica con los de Argentina, en¨¦rgica cuando Gabriel Jesus se amig¨® con la red, despu¨¦s del pase de Firmino, asistido por un gran Dani Alves, tan decisivo a los 36 a?os como a los 26. Entonces, cuando la Albiceleste parec¨ªa condenada a la goleada, apareci¨® el 10. Instalado de enganche, pase¨® a Casemiro que lo mand¨® al c¨¦sped. El rosarino le puso el bal¨®n en la cabeza a Ag¨¹ero y el travesa?o salv¨® a Allison. Revivi¨® Messi, en versi¨®n partido de ida ante el Liverpool, seguro de que iba a vender cara la derrota. Estaba roquero para recuperar el bal¨®n desde el suelo, tanguero para sacar a bailar a Casemiro en el ¨¢rea, gesto celebrado por el Mineirao.
Messi de regreso y hab¨ªa cl¨¢sico en Brasil. Fiesta en las gradas y Jair Bolsonaro no quiso perderse la oportunidad de hacerse notar. Con los jugadores en los vestuarios, el presidente se mand¨® a una orilla del campo, cogi¨® una bandera de Brasil y la onde¨® al ritmo de ¡°Mito, mito, mito¡±. Ya no hubo unanimidad en el Mineirao. Reaccion¨® otra parte del estadio, s¨ªmbolo de que Bolsonaro no une al pa¨ªs como lo hace la Canarinha. No le gust¨® a Tite el repunte de Argentina y toc¨® el equipo en el entretiempo: Willian por Everton, m¨¢s m¨²sculo para controlar el despertar del 10. Tiene un karma con Argentina y con Alisson. El rosarino jam¨¢s pudo batir al meta. Sac¨® un zurdazo fort¨ªsimo que le rechaz¨® el poste, misma impotencia en una falta directa que el portero del Liverpool se la descolg¨® de la escuadra. Ni la fortuna ni tampoco el ¨¢rbitro se puso del lado de la Albiceleste, que reclam¨® dos penaltis: el primero de Alves a Ag¨¹ero y otro de Arthur a Otamendi.
Argentina dignificaba el cl¨¢sico en ataque, pero se perd¨ªa en defensa, un mal que arrastr¨® en toda la Copa. Un caramelo para un delantero de calle como Gabriel Jes¨²s. Con la Albiceleste acampando en tierra brasile?a, el punta del City aprovech¨® de la ingenuidad de la zaga argentina para recular y en una galopada inmensa dej¨® a Firmino que empujara la pelota al gol. ¡°Eliminados, Eliminados, Eliminados¡±, estall¨® el Mineirao. Y ten¨ªa raz¨®n. En el mejor partido de Argentina, Brasil fue m¨¢s eficaz en ataque, siempre seguro en defensa, imbatido en lo que va de Copa. Sin Neymar, la Canarinha ya tiene su billete para la final Maracan¨¢, ahora habr¨¢ que ver c¨®mo se reinventa Argentina. Ya sabe, en cualquier caso, que Messi no quiere claudicar.
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