Per¨² se acuerda de ganar
La selecci¨®n inca, estigmatizada como un equipo que jugaba bien pero perd¨ªa, se cuela en la final de la Copa Am¨¦rica ante Brasil
¡°Estos parecen Per¨², juegan lindo pero no le ganan a nadie¡±. La frase sonaba en cada rinc¨®n de Sudam¨¦rica. Ya ni importaba si el ambiente era futbolero o no, los herederos del Imperio Inca eran para los fundamentalistas del resultado una selecci¨®n perdedora. Capaz de desplegar un juego vistoso, incapaz de ba?arse de oro. Algo cambi¨® en Per¨². ¡°Hemos dejado atr¨¢s la cultura del derrotismo¡±, explica a EL PA?S Juan Carlos Oblitas, director de selecciones nacionales de Per¨². ¡°Ahora¡±; a?ade; ¡°tenemos que acostumbrarnos a ganar, pasar a la cultura del ¨¦xito¡±. Per¨² jug¨® como (casi) siempre y gan¨® como (casi) nunca. La selecci¨®n inca barri¨® a Chile en el cl¨¢sico del Pac¨ªfico (3-0) y jugar¨¢ una final de la Copa Am¨¦rica despu¨¦s de 44 a?os. ¡°Se acab¨® el ¡®qu¨¦ bonito juega Per¨²¡±, interviene Te¨®filo Cubillas, leyenda del f¨²tbol peruano; ¡°ahora Per¨² tambi¨¦n gana¡±.
¡°Chile nos menospreci¨®¡±
Per¨² ten¨ªa cuentas pendientes con Chile. La Roja andaba con el pecho inflado por Am¨¦rica. En su ¨²ltima visita al estadio Nacional de Lima los jugadores chilenos les dejaron un recado a sus vecinos: ¡°Por aqu¨ª pas¨® el campe¨®n de Am¨¦rica¡±. Nunca fueron buenas las relaciones entre peruanos y chilenos, situaci¨®n que se agudiz¨® antes de la cita en Mosc¨². En Chile se molestaron cuando Per¨² empat¨® con Colombia en las ¨²ltimas eliminatorias, resultado que dej¨® fuera de Rusia a Alexis S¨¢nchez y compa?¨ªa. Chile lleg¨® a Porto Alegre con ganas de mostrar quien manda en el cl¨¢sico del Pac¨ªfico. ¡°Chile menospreci¨® al equipo peruano. Ellos dec¨ªan que Per¨² no era lo que se ven¨ªa diciendo que era¡±, subraya Te¨®filo Cubillas.
Cuando el negocio ni asomaba por el f¨²tbol, Per¨² conquist¨® su primera Copa Am¨¦rica en 1939. Entonces, en su casa, se enfrentaron cinco selecciones: Uruguay, Ecuador, Chile, Paraguay y los anfitriones. Per¨² gan¨® todos los partidos. No estaban, claro, los dos gigantes de Sudam¨¦rica, entonces m¨¢s pendientes de sus egos que de fomentar el f¨²tbol en el continente. Pasaron 36 a?os hasta que el equipo de la banda roja volvi¨® a celebrar, en un torneo celebrado sin sede fija y con Brasil y Argentina presentes. Esta vez, s¨ª. No hubo excusas, de la mano de una camada brillante con jugadores como Cubillas, Sotil, Perico Le¨®n y H¨¦ctor Chumpitaz entre otros, volv¨ªa a tocar el techo del continente.
¡°Esa generaci¨®n hizo algo m¨¢s importante que ganar, salv¨® al f¨²tbol¡±, cuenta Oblitas, miembro de aquella camada. ¡°Antes de la Copa Am¨¦rica del 75, el gobierno militar de izquierda que mandaba en Per¨² quer¨ªa volver al amateurismo. Despu¨¦s pas¨® lo que suele pasar en pol¨ªtica, utilizaron el f¨²tbol como propaganda¡±. Per¨² ya se hab¨ªa ganado el respeto del continente. Qued¨® en el octavo puesto del Mundial del 78, pero en Espa?a 82 perdieron dos de los tres partidos que jugaron y se volvieron r¨¢pido para Lima. En M¨¦xico 86, fue justamente su actual entrenador, Ricardo Gareca, entonces vistiendo la camiseta de Argentina, el que lo dej¨® fuera con un gol ag¨®nico en el Monumental.
Y Per¨² se esfum¨® del primer plano. Solo un cuarto puesto en la Copa Am¨¦rica de 1997 como premio consuelo. ¡°Despu¨¦s de esa generaci¨®n fant¨¢stica, que dur¨® hasta 1985, lleg¨® un baj¨®n enorme. Ahora, sin embargo, ha aparecido este grupo de futbolistas y yo encuentro algo parecido: son competitivos, pueden ganar o perder, pero siempre van a competir¡±, dice Oblitas, miembro de aquella camada. Cubillas, en cambio, no quiere buscar coincidencias. ¡°No hay que hacer comparaciones, nosotros marcamos una ¨¦poca y estos chicos pueden marcar otra. De hecho, lo est¨¢n haciendo¡±.
Dif¨ªcil entender el presente de la selecci¨®n peruana sin Ricardo Gareca, su entrenador. El t¨¦cnico tom¨® las riendas del equipo en 2015 y escal¨® hasta el tercer puesto en Chile, termin¨® quinto en la Copa Am¨¦rica Centenario y clasific¨® a Per¨² para Rusia 2018. Una novedad para Sudam¨¦rica: la selecci¨®n inca se colaba en un Mundial despu¨¦s de 36 a?os. Sin embargo, no hay mejor escaparate que Maracan¨¢. Despu¨¦s de vencer a Uruguay y barrer a Chile, Per¨² se cita con Brasil en la final de la Copa Am¨¦rica.
¡°A m¨ª no me sorprende¡±, dice Cubillas a EL PA?S; ¡°los que hemos seguido la evoluci¨®n de la selecci¨®n de Gareca sab¨ªamos de lo que era capaz de hacer. Es verdad que han tenido momentos mejores y otros peores, pero yo disfruto con estos chicos¡±. No ha caminado sobre rosas Per¨² para meterse en la final: Brasil le estamp¨® cinco goles y en el camino perdi¨® a una de sus figuras, Farf¨¢n. ¡°La lesi¨®n de Farf¨¢n uni¨® al grupo¡±, dice Oblitas. En el medio, Gareca aguant¨® una tormenta de cr¨ªticas, simbolizado en un rifirrafe memorable con un periodista. ¡°No puedo hacer ning¨²n an¨¢lisis del partido porque usted ya ha dicho todo. No s¨¦ para qu¨¦ me pregunta¡±, le contest¨® el t¨¦cnico argentino.
¡°Todav¨ªa estamos fallando en algo¡±, concluye Oblitas; ¡°el f¨²tbol interno anda con la pata coja. A los clubes les falta profesionalizaci¨®n. Espero que sigan el ejemplo de la selecci¨®n de Gareca¡±. Y Cubillas advierte a Brasil: ¡°Si los dos equipos se expresan como saben puede ser una final muy bonita¡±. Se acab¨® la parodia al f¨²tbol peruano. Per¨² juega, ahora tambi¨¦n gana.
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