Sprint para Groenewegen en un d¨ªa de desgaste y calma
Con el viento de cara, el pelot¨®n se tira seis horas de sudor a 38 por hora para acabar con la etapa m¨¢s llana del Tour y Nairo da un susto
Tan Tour son las carreteras en las que sudan los ciclistas como las autopistas por las que los seguidores viajan veloces de salida a meta, y sus gasolineras, que se impregnan de la carrera y donde el camionero que lleva hacia Espa?a un cami¨®n cargado de coches le dice al periodista: ¡°?d¨®nde acaba hoy la etapa? Tendr¨¦ que ir r¨¢pido para que no me adelante Valverde, jeje¡±. No fue necesario que acelerara el transportista, que dijo que era de Valencia, ni Valverde ni sus compa?eros estaban muy dispuestos a pegarse por derrotar al tiempo, y el viento de cara les ayud¨® a decidir que tocaba d¨ªa tranquilo.
Pero, como bien saben, de todas maneras, es f¨¢cil arrepentirse de haber pedido calma. A una media de 38 por hora, la etapa se alarg¨® a m¨¢s de seis horas, y tanto tiempo sobre la bici despacito aburre, despista, duerme al sol suave del valle del R¨®dano. A 30 de la meta, Nairo estaba tan fuera de la etapa que no se le ocurri¨® sino parar a orinar justo cuando los mensajes de cambio de viento cercano hab¨ªan hecho sonar la alarma. Qued¨® descolgado. Perdido ante el viento de cara. Medio Movistar debi¨® retrasarse para devolverle al pelot¨®n y superar el ataque de nervios. Juntos y nerviosos llegaron a Chalon, junto al Saona, donde el cuarto sprint masivo lo gan¨® un cuarto sprinter diferente. A Ewan, que ser¨¢ el pr¨®ximo, y al habitual Sagan les derrot¨® Dylan, como Bob, Groenewegen, el holand¨¦s que se cay¨® en Bruselas. En simple homenaje al pueblo en el que naci¨® Nic¨¦foro Ni¨¦pce, el inventor de la fotograf¨ªa, los comisarios debieron recurrir a la foto finish, tan ajustada fue su victoria. Ciccone sigue l¨ªder.
A estos valles narrativos entre cap¨ªtulos chisposos en los que el lector entra en letargia les llaman etapas de desgaste: no conducen a ninguna parte, el gasto en relaci¨®n al beneficio es escandaloso. Y el despiste de Nairo supuso para sus gregarios una carga de desgaste extra, con el que no contaban, lo que a?adi¨® unos gramos de fatiga a la generada por la acumulaci¨®n de kil¨®metros en las largas etapas llanas y a las largas horas regaladas, las que seleccionan los organismos m¨¢s aptos para la monta?a. De esto hablaba justamente en la salida David Brailsford, el jefe del Ineos, y lo hac¨ªa como si estuviera impartiendo una conferencia. ¡°Hay que gastar al equipo lo menos posible¡±, dec¨ªa el gal¨¦s. ¡°As¨ª nos planteamos la etapa de La Planche¡ La dejamos en manos del Deceuninck y luego entr¨® el Movistar, y eso nos vino muy bien a nosotros¡±.
Una interpretaci¨®n tan prosaica de la t¨¢ctica del equipo de Landa y Nairo, que decidi¨® a falta de 60 kil¨®metros que el ritmo de la etapa lo marcaban ellos, rompe en cierta forma el encantamiento que procura el ciclismo, un romanticismo escondido entre estrategias de marketing. ¡°Decidimos agarrar la etapa aun sabiendo que otros se aprovechar¨ªan de nuestro trabajo porque no se puede llegar al Tour pensando solo en ser segundo, como hace la mayor¨ªa. Todos dicen: que el Ineos decida lo que quiere y despu¨¦s elegimos nosotros¡±, dice Jos¨¦ Luis Arrieta, director del Movistar. Nosotros hemos querido romper ese esp¨ªritu de sumisi¨®n. Y los corredores lo disfrutaron. Y sacamos beneficios: es el Tour en el que m¨¢s cerca estamos de ellos. Y antes, de La Planche, siempre sal¨ªamos deprimidos¡±.
¡°Rompimos su din¨¢mica en su terreno¡±, se?ala Imanol Erviti, el capit¨¢n de ruta del equipo. ¡°Ya no nos llevaron los Ineos a su ritmo, que nos machacaba antes de la ¨²ltima subida. No hubo recompensa aparente, pero mereci¨® la pena¡±.
Landa atac¨® y ni gan¨® la etapa ¨Cobjetivo imposible¡ªni sac¨® ventaja a nadie. Nadie dej¨® a nadie m¨¢s de 10 metros. ¡°Era un final complicado para sacar diferencias¡±, dice el alav¨¦s, que sali¨® crecido. ¡°Pero se vio que estamos fuertes y hacemos da?o, y somos parte importante de la carrera. El equipo est¨¢ bien y yo tambi¨¦n. Alguna esperanza de estar en el podio tengo, o m¨¢s arriba, y no, no pienso para nada si haber corrido el Giro me pasar¨¢ factura. La otra vez que dobl¨¦ me fue muy bien¡¡±
Solo Txente Garc¨ªa Acosta, el fogoso oficial, ten¨ªa un peque?o resquemor. ¡°Con lo bien que estamos sin llamar la atenci¨®n hasta que damos¡¡±, dice. ¡°Ahora todos saben que seremos una fuerza en el Tour¡±.
Sobre el cielo azul azul de estos d¨ªas se dibuja entonces el guion ideal de una pel¨ªcula que nunca termina como se piensa, la dial¨¦ctica del Tour que a todos consume: la resoluci¨®n de la tensi¨®n entre el lneos de Bernal y Thomas y el Movistar de Landa y Nairo, apuntada en La Planche, deber¨ªa dar a luz al campe¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.