El cielo espera a Shane Lowry
El irland¨¦s, en busca de su primer grande, defiende con -16 una amplia ventaja ante una jornada final que amenaza con jugarse bajo un temporal. Rahm, a nueve golpes
Un Open Brit¨¢nico se juega mirando al cielo. El viento y la lluvia pueden ser el mejor aliado o el peor enemigo, seg¨²n a qui¨¦n azoten o sobre qui¨¦n caigan. Jon Rahm pide que este domingo caiga el diluvio universal sobre Royal Portrush, una tormenta tal que ponga patas arribas el torneo (se esperan rachas de m¨¢s de 50 km/h) y le conceda alguna oportunidad de una remontada que parece imposible. El vasco es octavo en la tabla con siete golpes bajo par, a nueve de distancia de un l¨ªder que ha puesto mucha tierra de por medio. El irland¨¦s Shane Lowry, de 32 a?os, busca cerca de? casa su primer grande. Le valdr¨¢ con gestionar un mullido colch¨®n: cuatro impactos de renta sobre el ingl¨¦s Tommy Fleetwood, seis sobre J. B. Holmes, siete sobre Brooks Koepka y Justin Rose, ocho sobre Rickie Fowler y Lee Westwood. Un abismo.
Lowry entr¨® en el hoyo 18 con los mofletes colorados y la sonrisa sobresaliendo sobre su pelirroja barba. Ten¨ªa motivos. Se dispon¨ªa a entregar una tarjeta inmaculada de ocho golpes bajo par, ocho birdies y ning¨²n bogey, un registro de campe¨®n. Son -16 en el total, 197 impactos, el registro m¨¢s bajo tras 54 hoyos en la historia del Open, superando por uno la marca de Tom Lehman en 1996. Y eso que su ¨²ltimo putt se qued¨® a un cent¨ªmetro de caer y de igualar as¨ª la mejor vuelta vista en un British. El l¨ªder lo hizo todo bien. Dej¨® muchos golpes cerca de bandera desde la calle, y cuando necesit¨® echar mano del juego corto a media distancia, afin¨® como un cirujano.
Clasificaci¨®n tras la tercera jornada
1. Shane Lowry (Irl), 197 golpes, -16.
2. T. Fleetwood (Ing), -12.
3. J. B. Holmes (EE UU), -10.
4. B. Koepka (EE UU) y Justin Rose (Ing), -9.
6. R. Fowler (EE UU) y L. Westwood (Ing), -8.
8. D. Willett (Ing), Jon Rahm, T. Finau (EE UU) y J. Spieth (EE UU), -7.
36. Sergio Garc¨ªa, -1.
Tv: Este domingo, ¨²ltima jornada. A partir de las 10.00, hasta el final del torneo, en Movistar Golf.
Que Shane Lowry tiene el Open en la mano es tan cierto como que puede perderlo. Son muchas las grandes ca¨ªdas que ha visto el golf cuando la gloria est¨¢ tan cerca, y cuando en juego interviene un factor tan decisivo e impredecible como el tiempo, el asunto se complica. Claro que las mismas gotas y el mismo aire castigar¨¢n al irland¨¦s que a sus m¨¢s directos rivales. Ser¨¢ un s¨¢lvese quien pueda, y ah¨ª Lowry tiene las mejores cartas. Adem¨¢s, ya sabe lo que es perder cuatro golpes de ventaja en la ¨²ltima ronda de un grande. Lo sufri¨® en sus carnes en el US Open de 2016. Entonces vio c¨®mo esa distancia se le esfumaba ante el empuje del voraz Dustin Johnson. La lecci¨®n parece aprendida.
Fleetwood, a cuatro golpes, aguant¨® el tir¨®n como pudo. El h¨¦roe de la Ryder de Par¨ªs (junto a Molinari), uno de los golfistas llamados a defender la bandera europea ante las estrellas de Estados Unidos, tiene una doble misi¨®n. A los 28 a?os, persigue su primer grande, y carga con la mochila de dar a Inglaterra un Open que no prueba desde Nick Faldo en 1992. En esa empresa le acompa?¨® durante buena parte de la ronda Lee Westwood, quien adem¨¢s del deber patri¨®tico juega contra la historia.
A los 46 a?os, Westwood es el golfista en activo que m¨¢s grandes ha disputado, 82 contando este de Portrush, sin ganar ninguno. Sergio Garc¨ªa par¨® su cuenta en 74 cuando se visti¨® con la chaqueta verde en el Masters de 2017. Ahora ese extra?o liderato recae en Westwood, que de ganar ser¨ªa tambi¨¦n el tercer vencedor de m¨¢s edad en un major, despu¨¦s de Julius Boros y Old Tom Morris. Westwood ha sido seis veces tercero y tres veces segundo en un grande, y tiene pinta de que esta vez volver¨¢ a sumar un acc¨¦sit. Su progresi¨®n qued¨® truncada cuando la bola acab¨® metida entre los hierbajos bajo un ¨¢rbol en el hoyo 10. Hasta ah¨ª hab¨ªa remado, renacido despu¨¦s de su victoria del a?o pasado, la primera en cuatro temporadas, en Sud¨¢frica, con otra cara y mejor ¨¢nimo desde que su novia es quien le lleva la bolsa de palos.
Westwood cerr¨® con -8, la misma cifra que acariciaba Jon Rahm. El vasco se hab¨ªa sacudido los fantasmas del d¨ªa anterior en el hoyo 2 (doble bogey) con un birdie que incluso pudo ser un premio mayor, y a cada paso se situaba en posiciones de recortar golpes a la tarjeta. Solo los putts en unos greens muy traicioneros le privaron de escalar m¨¢s posiciones. Fueron muchas las ocasiones en las que tir¨® al palo mientras desde fuera de las cuerdas se o¨ªa el ?Aupa Jon! y el Go, Rahmbo!. El resbal¨®n lleg¨® en el 6, un par tres con una bandera pu?etera en el que err¨® desde dos metros, y, m¨¢s desviado esta vez desde el tee, no aprovech¨® los pares cinco del 7 y el 12. S¨ª reaccion¨® con todo en un tramo final en el que hizo birdies en el 14, el 16 y el 17. Con el subid¨®n, midi¨® mal la salida en el 18, cay¨® a b¨²nker, se dej¨® un golpe en salir y pese a una soberbia llegada a green, fall¨® por una pesta?a el putt final.
Rahm se qued¨® entonces de brazos cruzados, mirando la bola, furioso por el bogey. Es el Open.
Clasificaci¨®n completa del Open Brit¨¢nico.
Emparejamientos de la jornada de este domingo.
Una Ryder en Portrush
En Portrush se libra una mini-Ryder. Europa contra Estados Unidos. Los golfistas norteamericanos dominan en los grandes de igual manera que los europeos han hecho suya la competici¨®n por equipos. Individualmente, mandan las estrellas de EE UU. Si se trata de arrimar el hombro, reina Europa.
Seis de los siete ¨²ltimos ganadores de grandes, 14 de 19, son estadounidenses. Tiger (Masters), Koepka (PGA) y Woodland (US Open) dejan solo al italiano Molinari (Open) como representante europeo entre los vigentes vencedores en el Grand Slam. Territorio Koepka, triunfador en cuatro de los ¨²ltimos nueve majors. Si un golfista de EE UU se impone en Portrush, habr¨¢ un pleno, cuatro de cuatro, in¨¦dito desde 1982. Entre los 11 primeros de la tabla hay cinco estadounidenses, pero por primera vez en los ¨²ltimos 17 grandes el l¨ªder ante la jornada final es de otro pa¨ªs.
La diferencia hist¨®rica es abismal. De 450 grandes disputados, los jugadores estadounidenses suman muchos m¨¢s (273) que el resto de pa¨ªses juntos (177).
Pero ese dominio no es tal en la Ryder. La ¨²ltima victoria europea, en Par¨ªs 2018, fue la cuarta en el duelo bienal en las cinco ¨²ltimas ediciones, siete de nueve. Desde que hace 40 a?os los jugadores continentales capitaneados por Seve se unieran a los brit¨¢nicos, Europa ha ganado 12 de 20 Ryder, y no pierde en casa desde 1993.
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