Lowry, por Irlanda y por Europa

Los meteor¨®logos acertaron. Cay¨® el diluvio sobre Royal Portrush. No era d¨ªa para grandes vueltas. Mejor lavar y guardar la ropa. A Shane Lowry le bast¨® con entender el mensaje, no meterse en ning¨²n l¨ªo importante y conservar su c¨®moda ventaja para ganar el Open Brit¨¢nico, a los 32 a?os su primer grande. El irland¨¦s se doctor¨® con una tarjeta final de 269 golpes, 15 bajo par, seis de ventaja sobre Tommy Fleetwood, ocho sobre Tony Finau y nueve sobre Lee Westwood.? Para Jon Rahm no hubo ni amago de remontada. Carg¨® con un doble bogey en el primer hoyo y termin¨® 11?, a un dedo de otro top ten, con +4 en un d¨ªa duro y -3 en total, a 12 de la cabeza. A otro par de palmos el otro espa?ol superviviente el fin de semana (de siete que partieron), Sergio Garc¨ªa, +6.

Por Irlanda y por Europa. Fuera de juego los chicos de casa norirlandeses ¡ªRory McIlroy no pas¨® el corte pese a su ¨¦pica remontada del viernes, tampoco Darren Clarke, y Graeme McDowell no estaba en la pomada¡ª, la jubilosa hinchada local, algunas cervezas mediante, se entreg¨® a Lowry con todo el calor que permit¨ªa un d¨ªa de perros.

Tuvo sus dudas el barbudo pelirrojo. Un bogey para arrancar pod¨ªa haber despertado los fantasmas de su derrota en el US Open de 2016, cuando part¨ªa tambi¨¦n con cuatro golpes de ventaja y se le esfumaron. Pero el fortach¨®n conserv¨® el temple y tampoco por detr¨¢s le apretaron demasiado las tuercas. Dif¨ªcil con ese tiempo dedicarse a muchas proezas. Sobrevivir era suficiente. Ni siquiera cuando Lowry entr¨® en un bache de verdad, tres bogeys entre los hoyos 8 y 11, cuando ya enfilaba la recta final hacia la gloria, los rivales le achucharon. Por entonces, Fleetwood, Finau, Westwood y Koepka cargaban con sus propios demonios, m¨¢s pendientes de no perder puntos que de sumarlos. El broche lleg¨® en el 14. El ¨²ltimo tembleque de Lowry se tradujo en un bogey que pod¨ªa dar algo de emoci¨®n al final de la pel¨ªcula, pero Fleetwood, a esas alturas ya su ¨²nico perseguidor, le regal¨® un doble bogey. Punto final. Lowry se pase¨® ya hasta el 18 como campe¨®n. Hijo de un jugador de f¨²tbol ga¨¦lico, el chico que aprendi¨® solo a jugar al golf, campe¨®n del Open de Irlanda en 2009 como amateur, no pod¨ªa dejar de sonre¨ªr.

Ante el pu?o de hierro de las figuras de Estados Unidos en los grandes ¡ªTiger ha ganado este curso en el Masters, Koepka en el PGA y Gary Woodland en el US Open¡ª, Lowry dej¨® el British en las islas y en el viejo continente. En 148 ediciones, es la segunda vez que lo conquista un irland¨¦s, despu¨¦s de Padraig Harrington en 2007 y 2008, sucede al italiano Francesco Molinari como poseedor europeo de la Jarra y salva la honrilla de los chicos de la Ryder. Los golfistas estadounidenses se han impuesto este curso en los tres majors disputados en sus campos. El Open se les ha resistido. Tiger Woods cay¨® noqueado por la espalda a las primeras de cambio, y Koepka, la gran baza yanqui, ha dado en este torneo una lecci¨®n de c¨®mo jugar desde el tee y otra de c¨®mo no patear.

Jon Rahm qued¨® atrapado muy pronto en la tempestad. En el tee del 1, amold¨® su corpach¨®n, descarg¨® el drive y su bola vol¨® irremediable en direcci¨®n al b¨²nker por m¨¢s que el vasco le gritara Stop. Desde la arena, Rahm atac¨®. Sab¨ªa que solo jugar a todo o nada pod¨ªa darle alguna m¨ªnima oportunidad de victoria, ¨²nico lenguaje que entiende este depredador. En lugar de un golpe conservador a la calle, fue a por bandera. Las leyes de la f¨ªsica ten¨ªan otro plan. La bola rebot¨® en la pared del b¨²nker y regres¨® a sus pies. Mensaje comprendido. Vuelta a la calle, golpe corto a green y dos putts para un doble bogey que reventaba cualquier atisbo de haza?a. Y aunque es cierto que ha dado pasos de gigante en su madurez en un campo de golf, a Rahm le cuesta jugar a algo que no sea ganar.

La mala onda por ese patinazo de arranque le dur¨® toda la lluviosa jornada a Rahm. No hizo birdie en el par cinco del 2, cometi¨® otro bogey en el 3 con un approach complicado, un golpe de m¨¢s en el 5, el par cinco del 7 de nuevo sin recortar... La primera vuelta la clausur¨® con 39 golpes. La segunda, con 36, para un total de +4 en la ronda y -3 en la tabla, und¨¦cimo.

El Grand Slam baja la persiana de 2019. El curso ser¨¢ recordado por la resurrecci¨®n de Tiger en Augusta a los 43 a?os, su 15? grande, a tres de Jack Nicklaus, y tambi¨¦n por unos problemas f¨ªsicos que condicionan cada golpe que da; Koepka confirm¨® que es el Se?or de los Grandes, y que en el resto de torneos su motivaci¨®n baja muchos enteros; y Woodland y Lowry se unieron al club de los primeros ganadores de un grande. Ah¨ª donde sue?a con estar Rahm.

Clasicaci¨®n completa del Open Brit¨¢nico.