Aduriz enciende San Mam¨¦s
Un golazo del veterano ariete resuelve a ¨²ltima hora un partido dormido y mal jugado por un desfigurado Barcelona
Hay goles que valen por un partido, y m¨¢s cuando llegan en el momento m¨¢s inesperado, cuando acaba el partido, m¨¢s dormido que nunca, y el autor es un delantero de la grandeza de Aritz Aduriz, un ariete a la antigua, siempre al acecho, incluso ahora en que ha anunciado su retirada a final de temporada, eternamente aclamado en San Mam¨¦s. Aduriz, cumplidos los 38, sustituy¨® a Williams, el veterano por el joven, y a la salida de un saque de banda, remat¨® de chilena un centro precioso de Capa aplaudido por el Bar?a. El campe¨®n no perd¨ªa en un estreno liguero desde hace 11 a?os, cuando los tiempos de Guardiola, abatido en Los Pajaritos.
No parec¨ªa que hubiera empezado LaLiga hasta que sali¨® Aduriz. No hab¨ªa habido ni tan solo una jugada de m¨¦rito en un partido tan serio y esperado como un Athletic-Bar?a. Tampoco se advert¨ªa a un futbolista destacado en La Catedral. Apenas se contaban dos tiros a la madera de los azulgrana y, por el contrario, se sumaba un lesionado muscular m¨¢s a la lista de damnificados: Luis Su¨¢rez. La serie de amistosos de pretemporada machaca a los futbolistas, los directivos mercadean y los entrenadores reniegan por no tener todav¨ªa las plantillas completas, sobre todo los que son exigidos desde el inicio como es el caso de Valverde. Los aficionados, mientras, quedaban a la espera de que pasara alguna cosa, de que despertara el f¨²tbol, de que apareciera un jugador, y entonces sali¨® el inoxidable Aduriz para abatir a un soso Bar?a.
La provisionalidad azulgrana se reflej¨® en el once titular y tambi¨¦n en los cambios: Carles P¨¦rez y Rafinha acabaron en la cancha en ausencia de Messi y de Luis Su¨¢rez mientras Griezmann no daba se?ales de vida en su estadio favorito cuando vest¨ªa la zamarra de la Real y el Atl¨¦tico. Los barcelonistas fueron un equipo muy chato ante un expectante San Mam¨¦s. La hinchada, tan paciente como su equipo, solo rompi¨® a rugir con Aduriz, el cambio que redimi¨® a Garitano y complic¨® la vida a un atrevido Ernesto Valverde.
A la espera de Messi y mientras Bartomeu juguetea con Neymar, el t¨¦cnico azulgrana mir¨® al campo de entrenamiento y apost¨® por los futbolistas que se supone est¨¢n m¨¢s en forma, j¨®venes como Sergi Roberto y Ale?¨¢, antes que por las figuras ya sabidas (Busquets o Rakitic), reci¨¦n incorporados al campo de pr¨¢cticas (Arthur y Arturo Vidal) o jugadores que est¨¢n en el escaparate (Coutinho, que parece a punto de recalar en el Bayern, o Rafinha, ahora mismo en tierra de nadie por la lucha de poder en el Valencia). El entrenador se reivindic¨® desde la alineaci¨®n, y especialmente desde la l¨ªnea de medios, el punto neur¨¢lgico del equipo, sin atender a la n¨®mina de la plantilla ni a la jerarqu¨ªa del vestuario en un momento todav¨ªa de mucha oferta y demanda y en el que la hinchada pide m¨¢s protagonismo para la Masia.
Aunque pudiera parecer experimental, recurr¨ªa Valverde a una formaci¨®n meritoria y ¨¢gil para combatir al fogoso Athletic. No hay equipo que tenga m¨¢s autoestima en el mundo que el de San Mam¨¦s. No necesita de ning¨²n fichaje para enfrentar con determinaci¨®n y confianza al campe¨®n de Liga. Juega de memoria, fuerte e intenso, punzante en las bandas y directo por la velocidad de Williams. Las llegadas del ariete presidieron el arranque del partido ante la pasividad del Bar?a. Los cambios no variaron la imagen azulgrana respecto al a?o pasado porque De Jong, encimado por Ra¨²l Garc¨ªa, no daba con la l¨ªnea de pase para Demb¨¦l¨¦ ni Griezmann. Ni bien ni mal, el Bar?a no sab¨ªa a nada, espectador del choque, resguardado por el 0-0.
Alcanzada la media hora, la ¨²nica noticia barcelonista fue la lesi¨®n de Luis Su¨¢rez despu¨¦s de mandar al palo un bal¨®n regalado por Unai L¨®pez. No se dio el gol del cojo y Rafinha ocup¨® la plaza del uruguayo mientras Griezmann se situaba de 9. A falta de desequilibrio, el franc¨¦s se adornaba con gestos t¨¦cnicos inocuos, f¨¢ciles de defender para el Athletic. A veces, sin embargo, no se necesita dominar el partido ni tener autoridad para generar ocasiones, sobre todo cuando se cuenta con delanteros sutiles y sorprendentes que tienen vida propia como Rafinha, que remat¨® al larguero despu¨¦s de intervenir Unai Sim¨®n. El disparo intimid¨® al Athletic y anim¨® al Bar?a. La entrada de Rakitic por Ale?¨¢ aceler¨® el ritmo porque el croata mezclaba mejor con De Jong.
Ning¨²n jugador retrata mejor al Bar?a que Rakitic. No hay verano en el que no figure en la lista de posibles traspasos para despu¨¦s afirmarse como el futbolista m¨¢s importante del grupo por su facilidad para el despliegue, para atacar el espacio, para la llegada, para el tiro, para llenar el campo cuando se parte el equipo de Valverde. Al Bar?a, sin embargo, le faltaba profundidad y picante para superar a la zaga del Athletic. No le qued¨® m¨¢s remedio a Valverde que corregir su plan inicial con la retirada del segundo interior ¡ªSergi Roberto despu¨¦s de Ale?¨¢¡ª y recurrir a Carlos P¨¦rez.
La rueda de sustituciones fue banal en el Bar?a y result¨® decisiva en el paciente Athletic porque apareci¨® Aduriz para reivindicar al viejo ariete que nunca se da por vencido, ni siquiera en el ¨²ltimo minuto, muy por encima de estrellas apagadas como Demb¨¦l¨¦ o Griezmann. Ahora mismo no se sabe muy bien qu¨¦ equipo es el campe¨®n Bar?a, anoche muy desfigurado, sin velocidad ni finura, y no hay dudas sobre la identidad del Athletic. Un mal asunto para Valverde, fiable en la Liga cuando se le acusaba de resultadista y abatido ayer cuando quiso ser valiente con una alineaci¨®n que no cuadr¨® ante la ausencia de Messi.
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