Roglic y Pogacar, la alegre pareja eslovena, dominan en Los Machucos
Valverde, Superman y Nairo ceden m¨¢s tiempo en la inveros¨ªmil subida c¨¢ntabra, donde gana el m¨¢s joven y su compatriota consolida su liderato
Son Los Machucos, una subida inveros¨ªmil, y arriba, entre los prados donde pacen y sestean las vacas del Pas indiferentes al sudor de los ciclistas en las rampas verticales, ?scar Cabedo, que ha hecho la ascensi¨®n de su vida (38?) lamenta lo duro que es luchar por quedar entre los 50 primeros porque todos los chicos suben mucho y son muy buenos, y Marc Soler se queda parado a mitad de una contestaci¨®n a los periodistas distra¨ªdo y at¨®nito cuando ve justo delante de sus ojos a uno de los jefes de la Vuelta inveros¨ªmilmente empujar a un auxiliar del Dimension Data y arrancarle del cuello la acreditaci¨®n al grito hist¨¦rico de aqu¨ª mando yo.
Huele a violencia y tristeza y para destensarlas hay quien prefiere hacer malos juegos de palabras para pensar en otra cosa, en la ascensi¨®n, por ejemplo, a Los Machucos, donde los machitos pierden y lloran ¡ªHiguita, Superman¡ª, los que van de machos se hacen la guerra ¡ªNairo, Valverde¡ª y la pierden, y los machotes machacan a todos y r¨ªen a carcajadas y se abrazan y se dicen cosas al o¨ªdo en esloveno, su idioma materno. Roglic, los ojos brillant¨ªsimos, por primera vez aparente y plenamente feliz en toda la Vuelta, habla de hacer historia y de fiesta nacional en Eslovenia, porque ¨¦l ha dado el golpe quiz¨¢s definitivo a la Vuelta y su alegre compatriota imberbe, el casi ni?o Pogacar, le ha ayudado en la faena y como recompensa se ha llevado la etapa y el maillot blanco del inconsolable Superman, que hace trabajar a todo su equipo porque tendr¨ªa que ser su d¨ªa y, llegado el momento decisivo, descubre que no tiene ¡°mucha pierna¡±.
El d¨ªa del descuento fue el d¨ªa del aumento y de la coronaci¨®n de Pogacar, ganador de su segunda etapa tras la de Andorra, como campe¨®n del presente ya. ¡°Me iba muy bien esta subida¡±, amenaza Roglic despu¨¦s de su segundo gran pu?etazo tras la contrarreloj que dej¨® a todos sin habla. ¡°Y me van muy bien las que vienen¡±. La pasada es de las que se hacen con desarrollos de mountain bike, de tricotosa en el vac¨ªo. Las que vienen son de monta?a de toda la vida.
En la cima de Los Machucos, donde a Superman, cuentan los colegas colombianos, m¨¢s que lanzarle preguntas le lanzan aliento, tan triste lo ven, con tanta desesperanza en sus ojos, Roglic aument¨® a 2m 25s su ventaja sobre el segundo, el pele¨®n Valverde, la esperanza espa?ola a¨²n a los 39 a?os, con edad ya para ser el padre de Pogacar, el tercero. ¡°Mi amigo Tadej¡±, le dice Roglic, y sonr¨ªe, que est¨¢ a 3m 1s, y Superman y Nairo, la Colombia a la que le cuesta seguir creyendo en ella, a 3m 18s y 3m 33s, respectivamente. No cree Roglic que el jovencito sea su rival a¨²n, sino en el futuro, pero no piensa as¨ª Pogacar, una ambici¨®n hecha cuerpo tierno, que se presenta ante la prensa tan modestamente que no parece el mismo corredor dominador y tremendo que tras el ataque frustrado de Nairo, a cinco kil¨®metros de la cima acelera a medias con Roglic y entre los dos destrozan toda oposici¨®n y amargan todos sus sue?os. ¡°Soy de Eslovenia¡±, dice, ¡°un pa¨ªs peque?o pero de muy buena gente. Soy ciclista porque mi hermano mayor iba en bici. Empec¨¦ a los nueve a?os, en 2008. Vivo en Eslovenia, en Komenda, a media hora de Liubliana, y me gusta estar con la familia y con mi novia¡±.
En la lejan¨ªa, Superman desaparece y los tres Movistar del m¨ªnimo grupo sobreviven como pueden, cada uno con su cabeza, sus piernas y su idea. Cuando Nairo se recupera, ataca Valverde. Y Nairo va en su busca y le disputa el sprint por el cuarto puesto, y lo pierde. ¡°No era terreno para hacer t¨¢ctica o estrategia¡±, lamenta Soler.
Sin t¨¢ctica ni estrategia com¨²n y colectiva de sus rivales m¨¢s fuertes, deprimido Superman, la alegre pareja eslovena, Roglic y Pogacar felices y sonrientes, se enfrentar¨¢n domingo y lunes a la monta?a de Asturias, a la que todos los dem¨¢s empiezan a temer m¨¢s que a desear.
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