Campazzo rinde al monstruo serbio

La Argentina de Campazzo conmueve en China. Un duende de apenas 1,80m acab¨® con un monstruo de 2,05m de altura media. Con una determinaci¨®n febril y la sobresaliente actuaci¨®n del Facu, la albiceleste elimin¨® del Mundial a la todopoderosa Serbia. En una actuaci¨®n para la enciclopedia, el base del Madrid se disfraz¨® de superh¨¦roe y se convirti¨® en la kriptonita de los subcampeones mundiales, ol¨ªmpicos y europeos. Con 18 puntos, 6 rebotes, 12 asistencias, 3 robos y 27 de valoraci¨®n en 29 minutos en pista, gobern¨® la haza?a con el respaldo y la supervisi¨®n del incombustible Scola (20 puntos).

Fue precisamente el capit¨¢n, de 39 a?os, el que lanz¨® el mensaje de fe antes de partir de Buenos Aires. En v¨ªsperas de afrontar su quinta Copa del Mundo, Scola avis¨® a todos de que este equipo le recordaba a la selecci¨®n de Indian¨¢polis 2002. Palabras mayores para un pa¨ªs que siente aquella plata ante Yugoslavia de hace 17 a?os como el punto de inflexi¨®n definitivo que propuls¨® a la Generaci¨®n Dorada, el pr¨®logo de un viaje apasionante que toc¨® el cielo con el oro ol¨ªmpico en Atenas 2004 y prolong¨® sus batallas hasta los Juegos de R¨ªo 2016. Scola, el ¨²ltimo superviviente, reconoci¨® en este grupo de jugadores el car¨¢cter grabado a fuego por los Gin¨®bili, Wolkowyski, Oberto, Nocioni, Delfino y compa?¨ªa y detect¨® el punto de ebullici¨®n justo cimentado en torno a un triple motor, el que marcan Campazzo, Laprovittola y Vildoza.

Los dos primeros terminaron su temporada en la liga espa?ola como MVP de la temporada regular con el Joventut y MVP de la final de la ACB con el Madrid respectivamente, un doble galard¨®n que nunca coleccionaron juntos todos sus mayores emigrantes en la ACB y que avisaba del potencial de un equipo con 27 a?os de media pero mucho cuajo y experiencia en el baloncesto europeo. Con los Deck, Garino, Brussino, Delia y el propio Vildoza siguiendo la estela del Facu y Laprovittola. Con todos siguiendo el liderazgo tot¨¦mico de Scola, m¨¢ximo anotador (17,8) y reboteador (7,3) del equipo. Entre todos obraron la gesta. Descabalg¨® la Serbia de Jokic, Bogdanovic y Djordjevic. ¡°Si nos creemos lo que dicen de nosotros llegar¨¢ alguien y nos barrer¨¢¡±, dijo el t¨¦cnico serbio cuando su equipo parec¨ªa un coloso. En Dongguan, el gigante fue Campazzo, indetectable para los radares serbios.

Destemplados ante Espa?a, los de Djordjevic se hundieron en el div¨¢n de las dudas. Se les descolg¨® el cartel de favoritos en plena batalla y se les convirti¨® en un lastre que les llev¨® directos al hoyo. Sali¨® intr¨¦pida Argentina en busca de la semifinal, subida a la moto de Campazzo. Con seis puntos y cinco asistencias en los primeros ocho minutos, que marcaron lo que iba a ser el partido. No llegaba Argentina a semifinales desde aquellas de 2006 en Jap¨®n ante Espa?a. El d¨ªa en el que el triple de Nocioni que se estrell¨® en el aro cruz¨® los caminos de la Generaci¨®n Dorada y los J¨²niors de oro. Dos equipos que, en paralelo, han marcado un sello de car¨¢cter que han sabido transmitir por el cord¨®n umbilical de los hist¨®ricos que apuraron su viaje para educar a las generaciones que se lanzaron a seguir su huella.

Con Campazzo como ansioso recolector de la herencia ganadora argentina, la sorpresa salt¨® en Dongguan. Avanzaron los minutos y nada fue casualidad. Al toque de corneta de Djordjevic respondi¨® Serbia redoblando la intensidad en la segunda mitad. Pero Argentina no perdi¨® ni en el debate de la bravura ni en el del juego. Una t¨¦cnica al propio Djordjevic retrat¨® el nerviosismo balc¨¢nico en un partido claustrof¨®bico para ellos. Con una suma de filigranas rematadas por la asistencia de Garino a Delia la hinchada albiceleste comenz¨® a creer. Aprovech¨® Serbia el viaje al banquillo de Campazzo para respirar y desatarse algunos grilletes. Pero no terminaron de carburar Bogdanovic y Jokic y el equipo de Sergio Hern¨¢ndez se convirti¨® en un muro de fe en el que se estrellaron los de Djordjevic. Siempre por delante en el marcador, los argentinos se lanzaron a culminar la haza?a con cuatro puntos consecutivos de Scola y un rebote providencial de un Campazzo inmenso. Bjelica apur¨® la resiliencia Serbia pero, para entonces, el d¨²o Campazzo-Scola era inabarcable para el otrora monstruo serbio. 13 a?os despu¨¦s, Argentina estaba en las semifinales del Mundial.