Espa?a lleva su orgullo indomable hasta la final del Mundial de baloncesto

La orgullosa y ag¨®nica aventura de Espa?a en China ya es, como poco, de plata. El conjunto de Scariolo dom¨® a la bestia australiana y disputar¨¢ este domingo ante Argentina la final del Mundial por segunda vez en su historia tras superar todo y m¨¢s en un duelo bravo y conmovedor resuelto tras dos pr¨®rrogas. Regresaba Espa?a a la pista donde firm¨® la mejor derrota de su enciclopedia. Aquella plata gloriosa en los Juegos de 2008 en la que la selecci¨®n plante¨® una r¨¦plica colosal al Dream Team de Kobe Bryant, Carmelo Anthony, LeBron James, Dwight Howard¡­ El d¨ªa en el que la Luna estuvo m¨¢s cerca, a unos pasos. Y, sobre ese mismo parqu¨¦, defendi¨® la selecci¨®n como una fiera su alma competitiva. Con un Marc Gasol gigantesco (33 puntos ¡ª4 en la primera mitad, 18 en la segunda y 11 m¨¢s en el tiempo extra¡ª) y un grupo aguerrido y pasional, Espa?a remont¨® todas las fronteras. Su l¨ªmite no estaba en Australia.

Con 69-70 en el marcador empez¨® el funambulismo. Se estrellaron en el aro los triples de Llull y Dellavedova. Espa?a se qued¨® con el bal¨®n con 28 segundos por delante. Bogut hizo falta a Marc que, a falta de 8s, anot¨® los dos tiros libres. Claver fren¨® despu¨¦s a Mills, que fue tambi¨¦n a la l¨ªnea de personal. Anot¨® el punto del empate y fall¨® el segundo lanzamiento. El triple de Ricky sobre la bocina no fue el de la gloria y el drama se ampli¨® cinco minutos m¨¢s (71-71). En la primera pr¨®rroga, Mills y Marc se retaron en un duelo majestuoso, monumental. Y su intercambio de golpes volvi¨® a quedar de nuevo equilibrado en un partido que empez¨® a abrirse paso en la enciclopedia de la Copa del Mundo. Al segundo tiempo extra, Espa?a y Australia llegaron empatadas a 80, y Marc y Mills a 29 puntos por barba. A los oce¨¢nicos les pes¨® el miedo a vencer y a la selecci¨®n se le desat¨® su memoria ganadora. Volvi¨® el muro y all¨ª se estrell¨® la roca. Dos triples de Llull colocaron a los de Scariolo a un paso de conquistar el mundo.

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Ricky fue de nuevo el impulso fantasista de una Espa?a preparada para la agon¨ªa. Se preve¨ªa un duelo escarpado entre los riscos australianos y la puesta en escena respondi¨® al nivel de contacto y revoluciones de los trances tortuosos. Afrontaron la ascensi¨®n los de Scariolo guiados por la br¨²jula del genio del Masnou y los puntos de Juancho como primeros argumentos en ataque. Ya estaban repartidos los grilletes para Mills y Dellavedova, buscando cortocircuitar el centro de operaciones aussie. Anot¨® dos triples fulgurantes el base de los Cavaliers col¨¢ndose por una rendija pero, a cambio, Mills not¨® el aliento espa?ol, qued¨® minimizado de salida y arranc¨® con una estad¨ªstica espesa (2 de 6 en tiros de campo; despu¨¦s lleg¨® a los 34 puntos).

Espa?a se hizo con las primeras ventajas de la semifinal y cerr¨® el primer parcial con un triple de la factor¨ªa Llull que sac¨® punta al optimismo. Pero, con el cambio de cuarto, flaque¨® la resistencia y se nubl¨® el ataque. Comenzaron a percutir Landale y Bogut y Mills escap¨® de todos los radares. El resultado fue un inquietante parcial de 2-11 en apenas cinco minutos con el que Australia se fue robusteciendo (24-32, m. 15). El plan de partido de Scariolo exig¨ªa igualar la energ¨ªa y el dinamismo del rival, contener su juego a campo abierto y multiplicarse en defensa ante un equipo con soluciones en cada tabla del parqu¨¦, con tiro y penetraci¨®n, con m¨²sculo y fibra. Y la manta comenz¨® a quedarse corta para tapar a un ogro en crecimiento.

Recurri¨® r¨¢pidamente Scariolo a su quinteto de seguridad (Ricky, Llull, Rudy, Claver y Marc) para escapar del atolladero a base de experiencia. Con los m¨¢s cl¨¢sicos en pista y varias defensas zonales, Espa?a cape¨® el temporal (30-34). Pero, de nuevo, la punter¨ªa se qued¨® descolgada en la carrera y Australia se march¨® al descanso por delante en el juego, el marcador y las sensaciones (32-37, m. 20). Para entonces, la selecci¨®n penaba con un 7 de 17 en tiros de dos y un 4 de 17 en triples. Su rival mejoraba todos los porcentajes de tiro, dominaba el rebote y circulaba mejor el bal¨®n. Y, adem¨¢s, faltaba Marc (4 puntos desde el tiro libre en los primeros 20 minutos).

El campe¨®n de la NBA apareci¨® en la reanudaci¨®n con cinco puntos consecutivos que aliviaron m¨¢s la contabilidad que las sensaciones de la selecci¨®n. Fue el pr¨®logo a su epopeya. A esas alturas, se jugaba a lo que quer¨ªa Australia y Espa?a era un quiero y no puedo. Mientras aparec¨ªa la lucidez se agarraron los de Scariolo a la defensa como argumento innegociable. Pero, cada pelota estrellada en el aro rival agrandaba la herida en el marcador. Con Mills produciendo a su ritmo habitual entre las dudas espa?olas, el conjunto oce¨¢nico lanz¨® un contundente demarraje (39-50, m. 25).

"Hist¨®rico", reacciones de Espa?a tras pasar a la final del Mundial de baloncesto

El castigo a los dep¨®sitos de queroseno despu¨¦s de mil horas de vuelo dejaba renqueante a las piezas m¨¢s expertas y abr¨ªa la pista a recursos vigorosos. Y Scariolo tir¨® de los hermanos Hernang¨®mez como arma de agitaci¨®n masiva. Con Ricky, Llull y Pau Ribas tensando la cuerda y la pareja Willy-Juancho peg¨¢ndose contra el mundo, Espa?a abraz¨® el "s¨ª se puede" y fue descontando puntos como quien se saca muelas del juicio. Apretando los dientes m¨¢s que nunca, los de Scariolo endurecieron su mand¨ªbula y encontraron de nuevo la sonrisa de Ricky en ataque. Con pulso y tacto, con tiento y galones, el base de los Suns dej¨® la contabilidad en t¨¦rminos abarcables antes de entrar en la recta de meta (51-55, m. 30).

Se presentaba Espa?a en la cita con la sensaci¨®n del deber cumplido tras haber garantizado el billete directo a los Juegos de Tokio en un campeonato hostil, pero con la ambici¨®n afilada para competir por un Mundial m¨¢s abierto de lo esperado. La sensaci¨®n de oportunidad ¨²nica se hab¨ªa repetido como un mantra en la v¨ªspera para definir un horizonte despejado de los cocos estadounidenses, serbios y griegos. Y la selecci¨®n se lanz¨® a por el sue?o a tumba abierta. Con 53-61 en el marcador llegaron siete puntos consecutivos de Marc, un triple de Pau Ribas y una canasta de Llull que ense?¨® a Australia el orgullo espa?ol (65-67, m. 37). Se le escap¨® despu¨¦s a Marc el bal¨®n en un par de acciones. Pero adem¨¢s de para hacer escurridizo el bal¨®n, el sudor le sirvi¨® a los de Scariolo para ense?ar su conmovedor agarre. Un orgullo Mundial que tras sobrevivir a todo y a dos pr¨®rrogas ya es, como poco, de plata.