Mallorca y Athletic empatan en un final de locura
Ambos equipos fallan sendos penaltis en los ¨²ltimos minutos del encuentro
Un peri¨®dico mallorqu¨ªn titul¨® en la previa que Aritz Aduriz, que se presentaba por ¨²ltima vez en Son Moix y fue recibido con una pancarta en la que la afici¨®n le daba las gracias, era el rival ¡°m¨¢s querido¡±. En el banquillo mallorqu¨ªn tambi¨¦n hab¨ªa un futbolista, Abd¨®n Prats, que se convirti¨® hace unos meses en icono bermell¨®n. Marc¨® el gol que le daba el ascenso a su equipo. Ese d¨ªa se lesion¨®. Reapareci¨® frente al Athletic saludado con una ovaci¨®n, cuando el partido parec¨ªa languidecer a falta de un cuarto de hora. Pero, al contrario, el choque estall¨® con Aduriz y Abd¨®n en el c¨¦sped en los minutos finales, y con la entrada de Kubo, a quien veneran en la isla como el nuevo profeta del f¨²tbol mallorqu¨ªn.
El japon¨¦s da motivos. Llevaba s¨®lo un ratito cuando le hizo la bicicleta a Yuri, el defensa del Athletic se trag¨® el enga?o como un alev¨ªn y zancadille¨® a la joven promesa madridista. La pelota la cogi¨® Abd¨®n, que so?¨® con un regreso apote¨®sico. Clavado frente a Unai Sim¨®n, cogi¨® carrera y lanz¨® fuera.
El partido iba hacia el empate a cero, cuando en el descuento, una pared entre Muniain y Yuri acab¨® en la mano de Baba. Gonz¨¢lez Fuertes tard¨® un rato en parar el partido, ir a ver la acci¨®n y se?alar penalti. El encargado de lanzar era Aduriz, que despu¨¦s de recibir una camiseta del Mallorca, una placa de las pe?as y ser aclamado al salir al campo, ten¨ªa el deber de apuntillar a su antiguo equipo. Pero tambi¨¦n fall¨®. Lanz¨® a su lado de seguridad y Reina adivin¨® la trayectoria. Los minutos finales, que se hab¨ªan convertido en una vor¨¢gine, no consiguieron, sin embargo, mover el marcador, porque adem¨¢s de los penaltis hubo tiros al palo por ambos bandos, y ocasiones varias, que no tuvieron reflejo en el resultado.
Alguien deber¨ªa regular el riego autom¨¢tico de los campos. Que no sea tan autom¨¢tico, vamos. En Son Moix, por donde pas¨® la gota fr¨ªa, funcionaban los aspersores en el descanso. Manguerazo lo llamaban cuando Javier Clemente pon¨ªa San Mam¨¦s a punto de caramelo. Pero ya nadie juega as¨ª, ni el Mallorca ni el Athletic, por eso se sintieron inc¨®modos los futbolistas en los primeros minutos, cuando los efectos de la tormenta que hab¨ªa retrasado dos horas la llegada por v¨ªa a¨¦rea de los bilba¨ªnos, comenzaron a disiparse.
As¨ª que cuando el bal¨®n empez¨® a rodar mejor, apareci¨® ligeramente el f¨²tbol, aunque el Mallorca confund¨ªa la velocidad con el frenes¨ª y el Athletic, la calma con la lentitud, y en esas se mov¨ªa el partido, aunque daba la sensaci¨®n de que eran los visitantes quienes andaban m¨¢s c¨®modos, no en vano los resultados le han acompa?ado m¨¢s durante el comienzo de la campa?a. Se acercaron m¨¢s los bilba¨ªnos a la porter¨ªa de Reina que los mallorquines a la de Sim¨®n, pero con parecida eficacia, es decir, ninguna.
Empez¨® la segunda parte, tras el riego, y todo fue parecido, aunque la salida de Aduriz y Abd¨®n, m¨¢s que un requiebro sentimental, se convirti¨® en un acicate para el resto de los futbolistas y la grada. Todo cambi¨®, a mejor. Los dos pudieron ganar, pero ninguno supo, y la emoci¨®n se alarg¨® hasta el ¨²ltimo segundo, cuando Alex Alegr¨ªa marc¨® de cabeza, pero en fuera de juego.
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