La hinchada del PSG lo condena con pitos y Neymar replica con un golazo
El brasile?o vive un drama en el Parque de los Pr¨ªncipes en su regreso con el equipo parisino tras cuatro meses de ausencia. "Todos saben que mi deseo era salir", dice
Durante 92 minutos Neymar J¨²nior sobrevivi¨® como un grande a la cascada de pitos que le dedic¨® su p¨²blico en el Parque de los Pr¨ªncipes. Pidiendo la pelota, mejorando la jugada en cada toque, asoci¨¢ndose a sus compa?eros y aventur¨¢ndose entre las l¨ªneas contrarias para hacer lo m¨¢s dif¨ªcil del f¨²tbol, que es desmarcarse hacia arriba para desequilibrar en donde no hay tiempo ni de respirar. Indiferente al tribunal popular que le sentenciaba, en el minuto 92 ahog¨® a sus detractores. Hizo el gol de la victoria. Un golazo. Revolvi¨¦ndose para rematar de espaldas un centro que no habr¨ªa podido interceptar de otro modo. Lo clav¨® de media chilena y dobleg¨® a un pobre Racing de Estrasburgo que con lo m¨ªnimo estuvo a punto de sacar un empate de Par¨ªs. As¨ª cerr¨® Neymar el pen¨²ltimo cap¨ªtulo de una carrera que ¨¦l mismo ha convertido en un viaje desaforado.
¡°Hoy soy jugador del PSG y lo voy a dar todo en la cancha¡±, dijo el brasile?o, con af¨¢n reivindicativo tras el partido. ¡°No tengo nada contra los hinchas, nada contra el PSG como club. Todos saben que mi deseo era salir y yo lo dejo bien claro. No voy a entrar en detalles de lo que pas¨® en las negociaciones. Es una p¨¢gina cerrada (...). No es la primera vez que me pitan... En Brasil, fuera de casa, ya me pitaron mucho (...) No necesito que griten mi nombre, que me alienten, lo importante es que apoyen al equipo¡±.
Este s¨¢bado soleado de finales de verano en Par¨ªs el f¨²tbol parec¨ªa una cosa execrable, artificialmente incrustada en el coraz¨®n del barrio se?orial del distrito XVI en donde se levanta el estadio del PSG, mole de hormig¨®n, anomal¨ªa cultural, motivo de convocatoria de gente malhumorada que acudi¨® al partido a quejarse. Los futboleros son los ¨²nicos infelices del distrito XVI porque, en su mayor¨ªa, no viven en el distrito XVI. Pero en su mayor¨ªa, en su amplia mayor¨ªa, pitaron a Neymar. No lo perdonaron. No hubo indulgencia cuando el brasile?o volvi¨® a ponerse el uniforme del PSG despu¨¦s de m¨¢s de 100 d¨ªas de alejamiento, de huida, de mot¨ªn, de casos policiales, de negociaciones desesperadas para salir del club que le paga 47 millones de euros netos por temporada, por todos los conceptos. Los hinchas del PSG fueron a ver el partido de Ligue 1 menos pendientes del duelo con el d¨¦bil Estrasburgo que de juzgar al tr¨¢nsfuga frustrado que, paradojas del juego, fue el mejor en la cancha.
La liga francesa es la menos competitiva de las seis mayores ligas europeas. All¨ª abundan los equipos como el Racing de Estrasburgo, laboratorios de estudios antropol¨®gicos, colecciones de atletas y malabaristas puestos a practicar el f¨²tbol menos sofisticado del continente, organizaciones fallidas en donde predominan los esp¨ªritus distra¨ªdos, los jugadores sin formaci¨®n t¨¢ctica moderna, y, ante la duda, la acumulaci¨®n defensiva y el pelotazo. As¨ª juega este Racing que apenas sumaba tres puntos en cuatro jornadas. As¨ª de mal est¨¢ el PSG, que hasta pasado el minuto 90 no supo resolver el problema elemental que le plante¨® su adversario. El persistente empate a cero denunci¨® una crisis de apariencia moral que si no se profundiz¨® fue ¨²nicamente porque Keylor hizo dos paradas mano a mano con Ajorque.
La tensi¨®n de Keylor Navas, debutante tras su traspaso del Real Madrid en el ¨²ltimo d¨ªa del mercado, contrasta con el ambiente algo fr¨ªvolo que le rodea. El PSG parece un equipo aburrido. Embotado en el tedio de la Ligue 1. Exhausto mentalmente despu¨¦s de un verano en el que lo ¨²nico que parec¨ªa preocupar a la directiva era negociar una salida honorable de Neymar, que finalmente no se produjo.
El Estrasburgo se protegi¨® en su ¨¢rea con diez jugadores y el PSG se aboc¨® a un asedio l¨¢nguido. Lesionados Cavani y Mbapp¨¦, en punta jug¨® Choupo-Moting. Por detr¨¢s, de derecha a izquierda, Di Mar¨ªa, Neymar y Sarabia. Entre l¨ªneas, buscando el ¨²ltimo pase, Neymar se expuso a la pitada. Desde que salt¨® al campo con el ce?o fruncido, con aire funerario, la hinchada le pit¨®. Cada vez que recibi¨® la pelota, cada vez que intent¨® un regate, cada vez que se arriesg¨®, que acert¨®, o que fall¨®. Ni los pitos cesaron ni ¨¦l se amilan¨®. Al rev¨¦s, pareci¨® estimularse ante la resistencia. En el minuto 92, a un centro de Gueye, respondi¨® Neymar zaf¨¢ndose del central en el medio del ¨¢rea. Se gir¨® y conect¨® el tiro de media chilena. Ni aun as¨ª dejaron de increparle algunos detractores.
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