Kroos para crear y apagar
El Madrid se agarr¨® al juego del alem¨¢n para contener la efusividad rojiblanca
Aunque su posici¨®n es la de mediocentro, Kroos suele dejarse caer habitualmente por la banda izquierda cuando planifica c¨®mo debe comenzar la jugada desde atr¨¢s. Apoyado en el giro hacia afuera que le da su pierna derecha, el alem¨¢n no solo disemina la actualidad de su zona, sino que eval¨²a cu¨¢l es la distancia apropiada a la que debe lanzar la pelota. Esa forma de observar el f¨²tbol, sin altiplanos, le sirvi¨® al Madrid ayer para detener las pulsaciones del Atl¨¦tico, y la fiera, calmada, es menos fiera.
Acompa?ado por Valverde y Casemiro, fue el uruguayo, la novedad en el once de Zidane, quien ejecut¨® esa presi¨®n alta que tan poco le gusta a Kroos, lo que situ¨® al alem¨¢n en el escenario propicio para asomarse al ¨¢rea de Oblak y probarle desde media distancia. Suyos fueron los remates m¨¢s peligrosos de su equipo en la primera mitad, y los ¨²nicos que obligaron al esloveno a ganarse el jornal. Golpea Kroos el bal¨®n con la derecha pero sus disparos son los propios de un jugador zurdo, por esa rosca que parece que solo ellos parecen capaces de domesticar. Navega, sin embargo, el medio del Madrid a una velocidad que mantiene un ritmo est¨¢tico, y que una vez contemplado por el rival ofrece pocas sorpresas.
Con una eficacia en la entrega del 93% (71 pases completados con ¨¦xito, 14 de ellos de larga distancia), el juego del Madrid tuvo a partir de las botas de Kroos adem¨¢s de orden un pragmatismo muy ¨²til para contener al Atl¨¦tico, m¨¢s af¨ªn al caos. Solo Thomas, del otro lado, sincroniz¨® su marca al tempo del alem¨¢n, lo que depar¨® una especie de juego de ajedrez entre dos tipos con las mismas ¨®rdenes. Esta empat¨ªa futbol¨ªstica lleg¨® a generar espacios de tiempo en los que las fichas mov¨ªan su posici¨®n, pero ninguna de ellas avanzaba filas. Cortocircuitaba el Atl¨¦tico por no poder ponerle electricidad al juego, y el Madrid se apagaba cuando la jugada exig¨ªa una apuesta individual que solo Bale pareci¨® dispuesto a realizar.
Con el paso de los minutos se vio obligado Kroos a asumir una serie de peligros que descuidaron su posici¨®n en el centro, y que con Casemiro fuera de marca Joao F¨¦lix aprovech¨® para revolver esa zona de la que no surgen m¨¢s que malas ideas. Con Hazard desaparecido todo el partido y superado en pulmones y piernas por Trippier, solo Bale asumi¨® que sus carreras podr¨ªan servir tambi¨¦n desde unos metros m¨¢s atr¨¢s. Empac¨® algo el centro del campo del Madrid el gal¨¦s, lo que ayud¨® a que Valverde cerrase m¨¢s espacio junto a Kroos, y a sofocar la serie de carreras sin bal¨®n que ahogaron por momentos al alem¨¢n. La ¨²nica vez que Thomas y Kroos intercambiaron alguna palabra fue tras una falta del medio del Atl¨¦tico que enerv¨® a su colega, cuando este levant¨® los brazos dando a entender una simulaci¨®n. No fue a m¨¢s porque la sangre de ambos tambi¨¦n se asent¨® en la misma temperatura.
Con la entrada de Modric por Valverde, a Kroos, y al juego del Madrid, se le abri¨® una nueva v¨ªa de salida y de llegada, ya que al croata le bast¨® un minuto sobre el c¨¦sped para generar la primera ocasi¨®n de peligro con un disparo que se march¨® desviado. Cercano a Bale, a Modric le toc¨® lidiar con las incorporaciones de Sa¨²l y los intercambios recurrentes con Lemar, a partir de los cuales el Atl¨¦tico carg¨® las mejores jugadas de ataque en la segunda mitad. La suma de James en el ¨²ltimo cuarto de hora reforz¨® todo lo que puede hacer el Madrid a su centro del campo, una l¨ªnea sin demasiados efectivos con carn¨¦ de especialista. Se ocup¨® el colombiano de reducir a¨²n m¨¢s el margen de presi¨®n de Kroos, tratando de que el porcentaje restante de ox¨ªgeno que manten¨ªa en sus pulmones fuera todo para armar el en¨¦simo pase dirigido. No lo encontr¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.