Ben, sexto en su primera gran final, que pelea como un sabio a los 21 a?os

¡°Tengo que entrenar m¨¢s, tengo que entrenar m¨¢s¡±. Cuando recupera el resuello, Adri¨¢n Ben acepta que a¨²n le falta algo para pelear con los mejores del mundo de t¨² a t¨² (acab¨® en 1m 45,58s), pero sonr¨ªe porque por su cabeza pasa como una alucinaci¨®n todo lo ocurrido en una semana junto a las arenas del desierto de Arabia que quiz¨¢s a¨²n le parezca un espejismo. A su alrededor, la claque espa?ola le jalea: el mejor espa?ol de la historia en los 800m, le dicen, la prueba m¨¢s complicada; eres sexto del mundo, nadie ha hecho esto antes. ¡°Sexto del mundo¡±, asiente Ben, ¡°y ven¨ªa el 36 del ranking¡­¡±

Cumpli¨® la profec¨ªa de su entrenador, Arturo Mart¨ªn, y de su compa?ero de todo Fernando Carro, que la v¨ªspera ya proclamaban, ganar no ganar¨¢, y medallas quiz¨¢s tampoco, pero ¨²ltimo, Adri¨¢n seguro que no queda el ¨²ltimo.

El m¨¢s joven de la selecci¨®n espa?ola (21 a?os cumplidos en junio) ha competido, mejor, peleado, como si fuera el m¨¢s sabio de los veteranos en una final en la que el ganador, el norteamericano Donavan Brazier ha batido el r¨¦cord de los campeonatos (1m 42,34s) pocas horas despu¨¦s de que un mensaje de la unidad de integridad del atletismo le advirtiera de que si no cortaba inmediatamente sus v¨ªnculos con Alberto Salazar, el responsable del Nike Oregon Project, su grupo de entrenamiento, ser¨ªa sancionado por mantener relaciones con un entrenador suspendido por organizar dopaje para sus pupilos hace m¨¢s de cuatro a?os. ¡°Sexto, y mira, el ganador, con quien entrena¡­¡±, precisa Ben, gallego de Viveiro, un atleta que siempre ha mantenido una actitud muy clara frente al dopaje.

La carrera se desarroll¨® como se desarroll¨® la semifinal del domingo en la que Ben logr¨® el pase y la mejor marca de su vida. Arranc¨® expr¨¦s el puertorrique?o Wesley W¨¢zquez, como ya sab¨ªa Ben, pues le conoce bastante de verle entrenar por Madrid y siempre le dice que ¨¦l, por su gran zancada, por su estilo, necesita correr siempre delante, un front runner cl¨¢sico que no teme nada, que sigue hasta que no puede m¨¢s. Y como en la semifinal, cuando V¨¢zquez acelera, Ben parece que se paraliza. Se queda el ¨²ltimo y ve el paso de su rival por los cron¨®metros (23,53s en el 200m; 48,99s en el 400m; 1m 2,25s en el 500m, y comprende por qu¨¦ parece que los siete primeros, todos estirad¨ªsimos, como en un mitin, disputan una carrera y ¨¦l solamente una prueba de supervivencia. Es otro espejismo, claro, reforzado por la calima especialmente espesa que los focos del estadio penaban a traspasar; un ambiente alucin¨®geno muy po¨¦tico, por supuesto.

V¨¢zquez deber¨ªa llevarse el premio al mejor samaritano del mundial; igual que su velocidad ayud¨® a Ben entrar en la final, su carrera lanzada fue la mejor liebre que el gran favorito, Brazier, pod¨ªa esperar. A Brazier, el due?o del m¨¢s potente final largo de todos, cambi¨® impresionante justo antes del 600m (1m 15,18s), que ya pas¨® en cabeza, inalcanzable. En ese momento, tambi¨¦n, comenz¨® la carrera de Ben.

¡°En ning¨²n momento me sal¨ª de la carrera, sab¨ªa que mi momento ten¨ªa que llegar¡±, dice Ben, que recuper¨® a grandes zancadas ¨Cvelocidad y fuerza, mucha fuerza, incre¨ªble en cuerpo tan delgado, son las mejores cualidades de Ben, y una magn¨ªfica comprensi¨®n de la carrera, qu¨¦ pasa, por qu¨¦ pasa, c¨®mo pasa¡ªlos pasos perdidos y al salir de la curva ya ech¨® el gancho al primer rezagado, el norteamericano Clayton Murphy, otro del grupo de Salazar, y mediada la ¨²ltima recta, ya cay¨® el siguiente, el canadiense Marco Arop. Por delante, en el ¨²ltimo s¨¢lvese quien pueda, con Brazier, otro jovencito de 22 a?os, ya coronado, el bosnio Tuka lanz¨® su habitual sprint corto para llevarse la plata (1m 43,47s) por delante del keniano Ferguson Rotich (1m 43,82s). ¡°Corr¨ª como en semifinales pero ten¨ªa menos fuerzas, era la tercera carrera en cuatro d¨ªas¡±, dice Ben, llamado a ser, quiz¨¢s, la gran perla del mediofondo espa?ol que llega, el heredero elegido que a¨²n espera el 1.500m. Y hasta julio parec¨ªa que era solo hombre de 1.500m`, y todos sus entrenamientos de la temporada con Arturo Mart¨ªn hab¨ªan estado enfocados a la prueba larga. Una crisis de fe le llev¨® a probar las dos vueltas, y el entrenamiento largo le ha ayudado a Ben, de aires infantiles y seriedad de adulto. Sexto del mundo y estandarte de una de las generaciones m¨¢s preciosas del 800m espa?ol, la del plusmarquista nacional Sa¨²l Ord¨®?ez (lesiionado), ?lvaro de Arriba (campe¨®n de Europa en pista cubierta), Mariano Garc¨ªa y Daniel And¨²jar.

Aunque es tan fan¨¢tico del Bola de Drag¨®n y de Goku como el loco Noah Lyles, que corre con el pelo te?ido de plata del Ultra Instinto, Ben solo se permite como locura capilar dejarse un bigote fin¨ªsimo, de t¨ªo interesante y rubio, de vez en cuando. ¡°Lo de te?irse son ganas de llamar la atenci¨®n sin m¨¢s ni m¨¢s¡±, sentencia el sexto del mundo, un gallego de Viveiro de 21 a?os llamado Adri¨¢n Ben.