Sufrir por Messi
A sus 32 a?os, el 10 del Bar?a debe aprender a regular los esfuerzos para continuar siendo el n¨²mero 1
El barcelonismo vive pendiente de Messi. Ahora mismo no se sabe muy bien qu¨¦ tiene ni cu¨¢ndo estar¨¢ a punto para jugar un partido completo, ni si tardar¨¢ en coger la forma despu¨¦s que ni tan siquiera haya podido hacer la pretemporada por culpa de las vacaciones y de la Copa Am¨¦rica. Jug¨® un mal torneo, seguramente porque estaba muy cansado, y pareci¨® que prefer¨ªa formar como media punta, por detr¨¢s de dos delanteros, como si confiar¨¢ m¨¢s en sus pases que en los remates, condicionado por la discreci¨®n futbol¨ªstica de la Albiceleste.
A sus 32 a?os, Messi debe aprender a regular sus esfuerzos para continuar siendo el n¨²mero 1. Su explosividad y cambio de ritmo todav¨ªa marcan la diferencia, y no pierde las ganas de jugar a f¨²tbol despu¨¦s de una trayectoria ¨²nica, por exitosa y tambi¨¦n por larga, como si fuera eterno por m¨¢s que la afici¨®n azulgrana se pregunte a menudo: ?y el d¨ªa que lo deje Messi? Este es un momento temido en el Camp Nou. Afortunadamente, sobre todo a efectos azulgrana, este instante todav¨ªa no ha llegado y todav¨ªa se puede disfrutar del 10.
La afici¨®n parece acostumbrarse a sus ausencias: pregunta, mira la televisi¨®n y las redes sociales para ver si se entrena, escucha la radio para intuir cu¨¢ndo volver¨¢ y en cada conferencia de prensa se requiere a Valverde para que cuente como est¨¢ el capit¨¢n del Bar?a. Hay mucha expectaci¨®n y una impaciencia controlada, como si no se pudiera hacer nada m¨¢s que esperar, conscientes los cul¨¦s que tarde o temprano volver¨¢n a ver a Messi. Y es que hay un sufrimiento peor que el de saber que Messi est¨¢ lesionado.
Es el de ver c¨®mo Messi se lesiona. Cuando ocurre, la gente no sabe d¨®nde meterse ni qu¨¦ hacer mientras el juador se toca la pierna, se deja caer en el suelo, hace gestos de dolor, rodeado de m¨¦dicos y fisioterapeutas. Nadie se atreve a decir nada y el estadio se paraliza, incluso su equipo, pendiente de la evoluci¨®n de su capit¨¢n. As¨ª pas¨®, por ejemplo, contra el Villarreal. Los aficionados se desviven para saber qu¨¦ mal tiene, como si el dolor del argentino fuera contagiosos y dif¨ªcil de soportar.
Hay veces en que Messi se levanta y prueba si puede reincorporarse ante el temor de los aficionados que est¨¢n el campo y quienes le miran por televisi¨®n. Vuelven a ser instantes de martirio hasta que claudica, se recoge en el vestuario y no queda m¨¢s remedio que leer el comunicado m¨¦dico y volver a aguardar los d¨ªas que faltan para verle jugar de nuevo. No se sabe cu¨¢ndo ser¨¢, pero su recuperaci¨®n, seguramente, estar¨¢ condicionada tambi¨¦n por los resultados del equipo: si son buenos, mucho mejor; y en caso contrario, mucho peor.
Cuando el Bar?a va mal, Messi tiene ansiedad por reaparecer, quiere ayudar a sus compa?eros lo antes posible, circunstancia que propicia el estr¨¦s de unos y otros, tambi¨¦n el de la afici¨®n. Y si en cambio el marcador es favorable, el regreso del argentino es para mejorar al equipo y resolver los partidos m¨¢s delicados: el a?o pasado el Bar?a hizo un muy buen partido contra el Inter y gole¨® al Madrid sin Messi, de la misma manera que su presencia fue decisiva para ganar la Liga y para derrotar al Liverpool por 3-0.
Hay una tercera situaci¨®n emocionalmente tan trascendente como las dos anteriores y es cuando Messi sale a calentar desde el banquillo. El aura de fortaleza que se crea en el estadio desmiente por momentos el car¨¢cter timorato del Bar?a. El barcelonismo se siente m¨¢s poderoso que nunca durante aquel rato previo a que el argentino pise el terreno de juego, todo el mundo rendido a Messi, incluso el rival m¨¢s temido de la Liga y la Champions. Otro asunto es lo que pasar¨¢ despu¨¦s en la cancha.
En el fondo lo que tiene en vilo al barcelonismo es el miedo a que un d¨ªa no se recupere con todas las de la ley, no est¨¦ fino, no marque tantos goles como hasta ahora y ya no sea Messi. Ya dice Valdano que el segundo mejor jugador del mundo despu¨¦s de Messi es Messi lesionado. El drama ahora mismo es que, despu¨¦s de tantos a?os de ¡°messianismo¡±, hay quien sufre tambi¨¦n no por si est¨¢ lesionado o se lesiona, sino tambi¨¦n por si Messi ya no ser¨¢ Messi cuando vuelva. Eso se llama en definitiva sufrir por Messi.
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