El techo de Sergio Parisse, el capit¨¢n de las 100 derrotas
Italia sigue sin conocer los cuartos de final de un Mundial tras caer ante Sud¨¢frica (49-3) en un duelo sin mel¨¦s disputadas y un placaje temerario
Nunca un jugador fue derrotado tantas veces sin perder un ¨¢pice de admiraci¨®n. Sergio Parisse, el capit¨¢n italiano, ha sumado este viernes su encuentro internacional n¨²mero 142, el segundo plusmarquista hist¨®rico por detr¨¢s de la leyenda neozelandesa Ritchie McCaw (148). Con m¨¢s de 100 derrotas, este talento competitivo nacido en La Plata hace 36 a?os es el estandarte de una selecci¨®n que no rompe su techo de cristal. Ni en el Seis Naciones ¨Cha perdido todos los partidos desde 2015¨C ni en el Mundial. Nunca ha llegado a cuartos de final y seguir¨¢ sin hacerlo. Sud¨¢frica se encarg¨® de prolongar el fario de una Italia sin suerte.
Parisse, un flanker de primera talla mundial, esgrime una longevidad admirable. Producto de un f¨ªsico muy cuidado, tiene un esp¨ªritu competitivo que le erigi¨® en l¨ªder natural desde los primeros cap¨ªtulos de su carrera. Quiz¨¢s peque de charlar demasiado con los colegiados en un deporte donde los c¨¢nones marcan otra cosa, pero entiende como pocos la frontera de lo permitido en las trincheras. Su influencia en todas las ¨¢reas del campo es tal que pate¨® a palos un drop en el tiempo de descuento cuando su selecci¨®n buscaba el triunfo en Par¨ªs en 2016. No acert¨®, pero asumi¨® una responsabilidad que habr¨ªa negado cualquier otro delantero.
Italia fue valiente ante Sud¨¢frica cuando tuvo la ocasi¨®n. Con el partido a¨²n competido, fue a por el ensayo en la 22 sudafricana para nivelar la contienda. Tras una secuencia meritoria, los Springboks se encargaron de entorpecer la acci¨®n e Italia, que roz¨® varias veces el ensayo, no pudo liberar el bal¨®n. A los africanos les valieron dos empujones para decantar el partido. Kolbe, con un meritorio quiebro desde en el ala, materializ¨® el primer arre¨®n; el delantero Mbonambi descosi¨® la guarnici¨®n italiana por el medio para la segunda marca.
El despliegue f¨ªsico de los sudafricanos es una pesadilla, pero Italia desafi¨® los l¨ªmites de la mala fortuna. Su pilier ¨Cla primera l¨ªnea de la mel¨¦¨C del lado derecho, Simone Ferrari, se lesion¨® en los primeros compases. Dej¨® el partido, como har¨ªa su recambio, Marco Riccioni. Se trata de posiciones irremplazables para mantener la integridad de la mel¨¦, por eso la normativa contempla que si uno de ellos ha sido sustituido pueda regresar en caso de que su reemplazo no pueda seguir en el campo. Con los dos apartados, no se disputaron mel¨¦s desde el minuto 20. Se formaron para reanudar el juego, sin pugna alguna.
Las opciones de Italia, que lleg¨® al intermedio con un marcador asumible (17-3), terminaron pronto. Tras la mejor secuencia ofensiva, los azules perdieron el bal¨®n y la compostura. Andrea Lovotti y Nicola Quaglio levantaron de mala manera a Duane Vermeulen, al que voltearon y soltaron con la cabeza por delante. La acci¨®n, toda una temeridad, acab¨® con la roja para Lovotti, el infractor principal. Sud¨¢frica ampli¨® la cuenta sin grandes alardes.
No se le pod¨ªa exigir a Italia prosperar en un grupo con Sud¨¢frica y Nueva Zelanda y solo dos plazas en liza para cuartos. Lo tuvo a tiro, en 2007, David Bortolussi con una patada a palos ante Escocia en el minuto 77 que no entr¨®. En 2003, cayeron en el duelo decisivo ante Gales. En los dos ¨²ltimos mundiales, Irlanda fue su verdugo, por m¨¢s que compitieron su duelo en la ¨²ltima cita (16-9).
Cuando Parisse abandon¨® el campo, al filo de la hora de juego, salud¨® uno a uno a sus compa?eros. Su ej¨¦rcito de fieles derrotados. El herc¨²leo n¨²mero ocho despedir¨¢ su quinto mundial al pr¨®ximo s¨¢bado ante los All Blacks. Solo su compatriota Mauro Bergamasco y el samoano Brian Lima jugaron tantas citas, pero ninguno retras¨® tanto su declive.
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