Al Bar?a le conviene la l¨®gica de Busquets
No hay manera de gobernar el medio campo cul¨¦, pero es dif¨ªcil pensar en una soluci¨®n que no pase por su presencia
Pocos jugadores han disfrutado de una titularidad tan indiscutida como la de Sergio Busquets en el Bar?a, donde su alargada figura ha presidido los mejores a?os de un equipo que dejar¨¢ una huella profunda en el f¨²tbol. Nadie lo esperaba cuando Pep Guardiola le aline¨® en el segundo partido de la c¨¦lebre temporada 2008-09, la de los seis t¨ªtulos, tan imprevistos en aquellos d¨ªas como el impacto de un centrocampista inadvertido para casi todo el mundo, menos para su entrenador, que lo hab¨ªa dirigido en Tercera Divisi¨®n. Han pasado 11 a?os y pocos dudan de su excepcional autoridad en el campo. Ha ganado todo y ha gobernado todo. Hasta esta temporada.
Busquets es el principal damnificado del nuevo Bar?a, donde se adivinan los rigores de los cambios generacionales. A un lado, la admirada y veterana guardia encabezada por Leo Messi. Dos cl¨¢sicos (Piqu¨¦ y Busquets) integran este grupo, al que se adhiere Luis Su¨¢rez por cr¨¦dito futbol¨ªstico, car¨¢cter y la estrecha amistad que mantiene con el astro argentino. Son los ¨²ltimos representantes de una ¨¦poca que comienza a agotarse, no sin la angustia de la hinchada, que todav¨ªa no lograr vencer la nostalgia por los que se fueron: V¨ªctor Vald¨¦s, Alves, Puyol, Xavi, Iniesta¡
Reemplazar a esta deslumbrante colecci¨®n de irremplazables es desgarrador para el club y sus aficionados, pero el ciclo del f¨²tbol siempre se impone. Es una ecuaci¨®n que alcanza un grado extremo de complejidad en los grandes clubes, y m¨¢s a¨²n en los equipos que han escrito p¨¢ginas inolvidables. Unos lo consiguen con m¨¢s o menos ¨¦xito. Otros se hunden en el marasmo, caso del deprimente Milan.
Hace dos a?os, la espantada de Neymar oblig¨® al Bar?a a un delicado ejercicio. Con el brasile?o se consideraba que la transici¨®n ser¨ªa relativamente sencilla. Sin Neymar, se abri¨® una brecha generacional y sucesoria. Los fichajes de Coutinho y Demb¨¦l¨¦ no aliviaron el problema. Casi lo empeoraron. Les siguieron Arthur, Semedo y Lenglet. Este verano, el Bar?a redobl¨® los esfuerzos con el joven De Jong y Griezmann, el encargado de ocupar el lugar simb¨®lico de Neymar, por edad y trayectoria en el f¨²tbol espa?ol. No lo ha conseguido. Parece otra nueva v¨ªctima del proceso transitorio.
A sus fastuosas trayectorias, Messi, Piqu¨¦, Busquets y Su¨¢rez agregaban otra caracter¨ªstica: no ten¨ªan competencia interna. En el caso de Messi, no la tendr¨¢ nunca. Con toda la raz¨®n del mundo disfruta de la intocable condici¨®n de los mitos. Piqu¨¦ y Su¨¢rez tambi¨¦n mantienen sus jerarqu¨ªas. Busquets, no. Por primera vez no tiene asegurada la titularidad y cuando juega tampoco hay certeza de que termine los partidos.
Las dificultades actuales del Bar?a ¡ªsus victorias sobre el Inter y el Sevilla tuvieron un tufo ficticio¡ª se dirimen en todos los sectores del campo, especialmente en el medio, donde casi todos son excelentes jugadores, pero no mezclan bien. Busquets es el mejor y el m¨¢s perjudicado. Le incomoda la creciente longitud del equipo ¡ªsiempre ha sufrido en los regresos r¨¢pidos¡ª y el perfil de Arthur y De Jong, el m¨¢s joven y el que mayor talento apunta.
Busquets dispone de una doble sabidur¨ªa: es l¨®gico y callejero, mezcla casi imbatible. Se encuentra ahora con Arthur, un te¨®rico interior que sue?a con ser medio centro, y con De Jong, un medio centro que juega como los interiores. El brasile?o invade el terreno de Busquets. El holand¨¦s se le escapa. No hay manera de gobernar el medio campo del Bar?a, o de gobernarlo a la manera de Busquets, con pu?o de hierro. Sufre ¨¦l y sufre todo el equipo, pero es dif¨ªcil pensar en una soluci¨®n que no pase por su presencia. A este Bar?a alborotado le conviene el rigor cartesiano de Sergio Busquets.
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