El Bar?a sufre en Europa

El Slavia juega como si fuera a ganar la Champions. Tiene una autoestima tan alta que se enfrenta al Bar?a, al Dortmund y al Inter con la misma fe con la que derrota al Zlin o el Opava. Y habitualmente gana en su liga con la misma naturalidad que pierde en Europa. Tambi¨¦n cay¨® ante los azulgrana despu¨¦s de un partido agotador resuelto por Messi y Olayinka. El gol del nigeriano en propia puerta despu¨¦s de un escorzo de Luis Su¨¢rez delat¨® el punto de fiebre del Slavia, tan generoso en su esfuerzo que a veces no repara siquiera en cu¨¢l es la porter¨ªa propia y la ajena, una suerte para el Barcelona, que no juega, sino que compite por la Champions. El marcador aval¨® al Bar?a, m¨¢s resultadista que nunca, favorecido por una din¨¢mica ganadora ¡ªseis victorias seguidas¡ª, entregado a sus delanteros y a su portero, la mejor garant¨ªa en Europa. Ter Stegen fue la figura en Dortmund, sostuvo al equipo contra el Inter y result¨® decisivo para vencer en Praga. Atac¨® sin desmayo el Slavia, como si fuera el campe¨®n, y padeci¨® como un equipo menor el Bar?a pese a que comenz¨® el partido con un gol de Messi.

El Bar?a salt¨® a la cancha con determinaci¨®n y confianza a partir de una alineaci¨®n ya sabida y que incluye al tridente como f¨®rmula resolutiva: Griezmann, Messi y Luis Su¨¢rez. Al franc¨¦s le ayuda la presencia de un lateral profundo como Alba: si el equipo tiene la pelota, Griezmann se puede ir al centro del ataque y cuando el bal¨®n queda a pies del rival defiende como un cuarto centrocampista, un movimiento decisivo si se tiene en cuenta que Su¨¢rez y Messi administran sus esfuerzos cuando el rival se despliega, tanto da que sea el Eibar o el Slavia.

No lo pas¨® nada bien el Bar?a cuando los checos alcanzaron el campo contrario y en cambio se relami¨® en los momentos en que presionaban los delanteros, muy superiores t¨¦cnicamente a los zagueros del Slavia. Messi no tard¨® en advertir las dificultades del adversario con el cuero y apret¨® a su marcador hasta forzar su error y dar paso al 0-1: el 10 intercept¨® la pelota, tir¨® la pared con Arthur y emboc¨® sin pesta?ear ante el sorprendido Kolar. No sab¨ªa qu¨¦ hacer el Slavia cuando le encimaba el Bar?a de la misma manera que los azulgrana eran vulnerables cuando les enfrentaba el Slavia.

Ter Stegen intervino de forma decisiva hasta en tres ocasiones a tiros de Zelenic, Masopust y Olayinka. La jugada parec¨ªa gol o gol, sobre todo por bien concebida desde la banda, dispuesto el delantero para el tiro despu¨¦s del pase atr¨¢s y, sin embargo, en las tres apareci¨® el meta, prodigioso con los pies y con las manos, especialmente en la palomita con la que respondi¨® al remate de Olayinka. Juegan los checos con mucho entusiasmo, plet¨®ricos y generosos f¨ªsicamente, dif¨ªciles de reducir si no son exigidos continuamente, circunstancia que no se da en un equipo como el Barcelona.

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El Slavia se fue hacia el arco de Ter Stegen en cuanto disminuy¨® la intensidad azulgrana y si no alcanz¨® el gol antes del descanso fue por el acierto del guardameta y por la falta de punter¨ªa de los delanteros de Trpisovky. Los centrocampistas tampoco ayudaron a sostener el juego ni a gobernar el partido, sobrepasados por la fuerza de los checos, dispuestos al intercambio de golpes, tan ambiciosos que dejaron sin aire y sin bal¨®n al Barcelona.

Las p¨¦rdidas eran continuas en el bando azulgrana, sometidos los muchachos de Valverde. Un cambio de orientaci¨®n sirvi¨® para retratar la ca¨ªda de tensi¨®n barcelonista: Masopust recibi¨® con tranquilidad y habilit¨® a Boris ante Ter Stegen: 1-1. El Bar?a no ten¨ªa f¨²tbol ni energ¨ªa, desbordado por el entusiasmo del Slavia. No asomaban los interiores, ni siquiera De Jong, y no entraba en juego Messi. El auxiliador fue Alba.

Una falta en el costado izquierdo provoc¨® el 1-2 en una jugada que retrat¨® la ingenuidad de Slavia y de Olayinka. Messi centr¨® al segundo palo, toc¨® el nigeriano, porfi¨® en el segundo palo Su¨¢rez y su remate volvi¨® a dar en Olayinka. No hay manera de que el uruguayo marque un gol sin que intervenga un zaguero desde 2015 en Roma. El gol aturdi¨® al Slavia por un momento y anim¨® a un inconformista Messi. Al 10, sin embargo, le falt¨® fuerza y tambi¨¦n tino, al igual que al Bar?a, y el equipo azulgrana no par¨® de achicar, derrengado en la defensa del liderato y del marco de Ter Stegen. Hasta 24 tiros concedi¨® ante un Slavia que jam¨¢s se rinde, valiente y solidario. A falta de juego, el Bar?a se ha especializado en el arte del sufrimiento; no hay partido que no sea un tormento en Europa.