Un Valladolid fiable puede con el Eibar
Al equipo pucelano le basta con una buena primera mitad para deshacerse de los de Mendilibar
Sale una tarde de manga corta en Valladolid a s¨®lo unas horas de que cambie la hora del verano al invierno, esa que hace dos a?os anunciaron en las altas esferas ¨Cque hay que imaginarse a los dirigentes metidos en una burbuja para darle sentido a lo de las esferas¨C que ya no se cambiar¨ªa m¨¢s. Cambia tambi¨¦n el bal¨®n de verano, que se ve¨ªa bien, al de invierno, que se ve mal, como una mancha gris cuando hay luz natural y rosa con la artificial, y se olvidan las razones primitivas de tener m¨¢s visibilidad con una pelota que cuando llegue la niebla tendr¨¢ que encender las luces largas.
Cambian cosas que no deber¨ªan cambiar, porque no todo el cambio es progreso, y cambia tambi¨¦n el Eibar, que tampoco deber¨ªa hacerlo, porque como el bal¨®n, abandona su piel brillante y llamativa, y aparece gris y mortecina. As¨ª fue presa f¨¢cil el cuadro de Mendilibar ante un Valladolid al que le bast¨® la primera parte para matar el partido.
Cambia todo menos el equipo de casa, al que le lucen las franjas violetas de su juego reconocible. ?spero, pero reconocible, porque Sergio prefiere no cambiar para progresar, y por eso ordena a los suyos que hagan lo que saben, salvo en algunos casos, porque a ?scar Plano que sabe atacar m¨¢s que defender, le pide tambi¨¦n que defienda, y tape la banda de Cote, que se encuentra enfrente a un futbolista que sacrifica su frescura por el bien com¨²n, que es lo que hacen los futbolistas inteligentes, para convertirse adem¨¢s en el jugado del partido.
El Eibar sin las bandas es menos Eibar, y se le ve triste, porque una cosa es la nostalgia de Mendilibar por sus buenos a?os de Pucela, y otra la melancol¨ªa oto?al que se le qued¨® pegada a la camiseta durante toda la primera parte, Echa de menos el equipo vasco a ese central fiable que es Ramis. Lo hizo en el primer gol cuando ?scar Plano recibi¨® sin problemas muy cerca del ¨¢rea, sin que nadie le tosiera antes de poner la pelota para Guardiola, que agradeci¨® el regalo. Como Salisu, en el segundo, cuando empuj¨® una asistencia de Nacho despu¨¦s de un c¨®rner ensayado en los laboratorios de Pucela.
Apagado el Eibar, irreconocible salvo por el color de la camiseta, frente al Valladolid de siempre, el marcador se march¨® al descanso claramente desequilibrado hacia el lado local, sin que pudiera el equipo de Mendilibar alegar ninguna circunstancia atenuante a su favor. S¨®lo cuando baj¨® el sol y en la grada echaban mano del jersey o la rebequita, apareci¨® el Eibar de siempre, con Enrich en el campo, en un dibujo m¨¢s reconocible, con Kike Garc¨ªa despu¨¦s, intentando bajar balones imposibles del cielo, enviados por Pedro Le¨®n, entre resbal¨®n y resbal¨®n, o Cote, m¨¢s holgado en la banda.
Pero ya era tarde, momento casi de que el Valladolid pudiera matar el partido en una contra, pero casi ni le hac¨ªa falta, porque una hora de retraso en un partido es casi como perder por incomparecencia. Despu¨¦s de una primera mitad decepcionante, apareci¨® el Eibar que se esperaba en la segunda, s¨ª, pero tan tarde que en Valladolid ya hab¨ªan cambiado la hora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.