El Getafe ahoga al Celta y acaba con Escrib¨¢
Un solitario gol de Kenedy condena al equipo gallego y sentencia a su t¨¦cnico
Llovi¨® sobre Bala¨ªdos de manera incesante y bella, y el agua cal¨® sin consuelo al Celta y a su entrenador, Fran Escrib¨¢, a quien el trabajo se le march¨® r¨ªo abajo despu¨¦s de que su equipo cayera ante un Getafe que domin¨® el grifo del ¨²tlimo partido del t¨¦cnico valenciano en el equipo vigu¨¦s. Un solitario gol de Kenedy, logrado en la ¨²nica acci¨®n individual de m¨¦rito en la hora y media de juego, decidi¨® el duelo a favor del equipo azul¨®n, que con una hoja de servicios mucho m¨¢s pragm¨¢tica le bast¨® para contener el poco fuego que produce hoy un Celta sin aliento. Carente del esp¨ªritu motivador de Aspas, y con los silencios ya habituales de Brais M¨¦ndez y Denis Su¨¢rez, el Celta demostr¨® que no es due?o de su destino y que no solo le llueve desde el cielo.
La presencia permanente del agua provoc¨® que el partido se disputase con un ritmo quebradizo al que contribuy¨® el estado de la hierba, r¨¢pida a rabiar a consecuencia de la lluvia, lo que deriv¨® en que no pocas jugadas terminasen con alg¨²n pelotazo de f¨¢cil soluci¨®n. Ni Celta ni Getafe parec¨ªan convencidos de la necesidad de mantener en las botas el bal¨®n, como si el peso de la posesi¨®n no fuese a ser suficiente para desnivelar la balanza de un duelo que se peleaba al peso. Al mismo tiempo que Enric Gallego y Jorge Molina batallaban por bajar al c¨¦sped cualquier bal¨®n golpeado hacia su zona, Aspas trataba de evitar que la pelota cogiera vuelo. Tanto Djen¨¦ como Etxeita libraron un bonito duelo con el delantero gallego, demasiado solo en la creaci¨®n en tres cuartos, con la ¨²nica referencia de Gabriel Fern¨¢ndez en ataque.
Cuando el centrocampismo se ausenta las bandas ganan importancia, y ellas solo Kenedy presentaba una superioridad manifiesta respecto de su marcador. Aunque Mallo le compiti¨® de manera considerable, el extremo brasile?o del Getafe demostr¨® mayores condiciones para llevarse el duelo. Bien secundado por Cucurella, retrasado a la posici¨®n de lateral por la ausencia del sancionado Dami¨¢n que llev¨® a Nyom de nuevo al costado derecho, el conjunto de Bordal¨¢s encaden¨® llegadas por un ala que, sin embargo, no llegaba a conecta con sus puntas.
El Celta trat¨® de contener la herida aumentando la velocidad de juego por medio de Lobotka, y gestionando la presi¨®n a partir de la salida en corto. Pero naufrag¨® a la hora de enredar a Denis Su¨¢rez para la causa, lo que impidi¨® que el centro del campo del Getafe se descosiera. Solo Brais M¨¦ndez y Lobotka lograron poner a prueba a Soria sendos disparos desde fuera del ¨¢rea a los que respondi¨® bien el portero azul¨®n. Con la entrada de Cheikh y Sisto en la segunda mitad la creaci¨®n de ocasiones de ataque mejor¨® para el Celta, pero no logr¨® superar a un rival que se resguard¨® en su campo como si se tratase de un ej¨¦rcito romano.
La salida de ?ngel en ataque permiti¨® que el Getafe se estirase con mayor facilidad, y gener¨® desconcierto en una defensa que demostr¨® su mal pie a menudo con errores que derivaron en p¨¦rdidas de peligro.?Aunque trat¨® de sacar su orgullo el Celta, los azulones repelieron cualquier llegada con esa ambici¨®n f¨ªsica que le caracteriza cualquier ocasi¨®n de los gallegos. Ni siquiera los cambios que propuso Escrib¨¢ (la cara cubierta con el abrigo de Denis en el banquillo refleja al pelo la frustraci¨®n en la que vive inmerso el equipo), los m¨¢s ambiciosos que le ofrece su plantilla cambiaron el rostro a un equipo que vive inmerso en la falta de autoestima. Y el Getafe no lleg¨® a Vigo con intenci¨®n de ofrecer su div¨¢n para buscar una soluci¨®n.
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