El f¨²tbol, a escena
A trav¨¦s de tres conversaciones ¡ªcon una estrella, una joven promesa y un antiguo compa?ero¡ª se dibujan la personalidad y los pensamientos del antiguo guardameta
De todas las posiciones que hay en un equipo de f¨²tbol, la del guardameta es la m¨¢s compleja. No tiene t¨¦rmino medio. Tan pronto puede pasarse varios minutos en soledad haciendo ejercicios para mantener el tono con el compa?ero m¨¢s cercano a 50 metros, como encontrarse de repente con el ¨¢rea propia repleta de camisetas amigas y rivales. De la armon¨ªa del silencio, del espacio abierto casi en exclusiva para uno, al caos que generan 20 personas tratando de llevar una pelota en la direcci¨®n que les interesa.
Es en esos momentos ¡ªcuando el n¨²mero de posibilidades aumenta de forma exponencial¡ª cuando el f¨²tbol se parece m¨¢s a la vida. Y el portero es una especie de peque?o dios al que se le permite tocar el bal¨®n con las manos.
Una de las im¨¢genes m¨¢s entra?ables del f¨²tbol es la del portero apoyado en uno de los postes de meta. Con las manos entrelazadas tras la espalda, contempla el juego... mientras piensa en sus cosas. Algo as¨ª le sucede a Galo, alias Perro, el guardameta retirado que protagoniza Lealtad P.H. Te quiero esf¨¦rico (De Jaque), cuyo autor es Pablo Barrena Garc¨ªa. Galo trabaja de conserje en el club en el que se convirti¨® en una gran figura. Abandonado por su mujer, sin amigos, intenta encontrar un trabajo para su hijo y as¨ª ayudar a sus nietos. A trav¨¦s de tres conversaciones ¡ªcon una estrella, una joven promesa y un antiguo compa?ero¡ª se dibujan la personalidad y los pensamientos del antiguo guardameta.
Presentada en forma de obra teatral, los actos se estructuran igual que los de un encuentro de f¨²tbol. Arranca con el calentamiento, transcurre por el primer y el segundo tiempo y desemboca en los minutos a?adidos, esos en los que cada jugada ¡ªo cada decisi¨®n¡ª se antojan definitivos. Son exactamente iguales que las de la primera parte, con una peque?a gran diferencia: ya no hay tiempo para cambiarlas.
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