Barcelona y Madrid, un cl¨¢sico sin goles

Se cambiaron los papeles en el cl¨¢sico porque el Barcelona apenas jug¨® al f¨²tbol, remitido a la fiabilidad de Piqu¨¦ en defensa y a la genialidad de Messi en las contras, y gobern¨® el duelo el Madrid, un equipo mucho m¨¢s serio y generoso, un bloque de verdad. Pero falt¨® punter¨ªa en las ¨¢reas y el cl¨¢sico se qued¨® sin el festejo del gol.

Aunque el Barcelona intent¨® dormir el encuentro con el bal¨®n entre los pies, se qued¨® con las ganas porque la presi¨®n alta del Madrid y despu¨¦s su generoso repliegue en campo propio evitaron el f¨²tbol azulgrana habitual. No hab¨ªa l¨ªneas de pase, no hab¨ªa jugadores que recibieran entre las l¨ªneas y tampoco hab¨ªa de inicio mucho Messi (aunque suficiente para expresar que el Bar?a estaba vivo). As¨ª, desnortado ante el f¨²tbol bloque del Madrid ¨Ctodos se mov¨ªan acompasadamente hacia delante y hacia detr¨¢s, tambi¨¦n hacia los costados-, el Barcelona se content¨® con jugar como hac¨ªa el Madrid y defiende su her¨¢ldica, a la contra y con transiciones vertiginosas. Pero los centros de Alba no encontraron rematador y el bal¨®n se instal¨® en el campo contrario, donde el Madrid apret¨® de lo lindo. Para su infortunio, Piqu¨¦ ha recobrado su mejor nivel y Ter Stegen sigue siendo un portero referencial. Futbolistas que sustentaron al Bar?a porque el central sac¨® casi todos los centros que merodeaban por el ¨¢rea y el portero dio respuesta a todos los disparos, como ese envenenado de Casemiro, ese otro de Valverde y hasta el de Kroos. Incluso se cant¨® gol desde la esquina donde estaban los aficionados blancos, despu¨¦s de que Casemiro rematara de cabeza un centro a saque de esquina. Super¨® a Ter Stegen, pero no a Piqu¨¦, que la sac¨® de debajo del larguero. Muchas ocasiones sin premio para dos sustos del Bar?a: un disparo de Messi que la mara?a de defensores rivales desviaron a tiempo; un remate demasiado cruzado de Alba tras un pase de escuadra y cartab¨®n de La Pulga.

M¨¢s abierta fue la segunda parte, con el Madrid un poco m¨¢s cansado, por lo que dej¨® m¨¢s espacios para correr al Barcelona. Y eso le gusta al equipo de Valverde ¨Cpor eso sac¨® a Arturo Vidal, que garantiza agitaci¨®n pero no posesi¨®n del bal¨®n-, tan d¨¦bil en su ¨¢rea como fuerte en la contraria. Y en el choque de idas y vueltas, pareci¨® m¨¢s c¨®modo el Bar?a, con De Jong como quarterback y con Messi como estilete. Aunque, por una vez, a La Pulga se le encasquill¨® la zurda cuando el Camp Nou ya festejaba el tanto. Tambi¨¦n lo prob¨® el Madrid, pero con menos fe y piernas, cansado por la exigencia a la que someti¨® al rival en el primer acto. No hubo goles ¨Cs¨ª uno de Bale que fue anulado por fuera de juego- y el cl¨¢sico empez¨® como acab¨®: en empate a nada.