El golfista con mascarilla

Javi Colomo, extreme?o de nacimiento y madrile?o de adopci¨®n, 36 a?os cumplidos en confinamiento, se ha ganado el pan en los ¨²ltimos cursos jugando el circuito asi¨¢tico de golf hasta que, cansado de ir y volver a la otra parte del mundo y acabado de convencer por la paternidad, ha guardado la maleta y ahora mata el gusanillo a nivel nacional mientras se forja un futuro como entrenador. Hoy, mientras cuida a sus hijos de cuatro a?os y de dos meses, ve c¨®mo por el mundo se extiende el uso de la mascarilla, una prenda que ¨¦l ha estado acostumbrado a llevar durante mucho tiempo, no solo por su experiencia en Asia, donde es de lo m¨¢s com¨²n, sino por un condicionante bien inusual trat¨¢ndose de un golfista: Javi es al¨¦rgico al polen y, sobre todo en primavera, necesita protecci¨®n para jugar rodeado de c¨¦sped.

¡°En la bolsa de palos siempre llevo una mascarilla¡±, cuenta; ¡°lleva un filtro para el polen y me la pongo. Aunque para dar el golpe no es muy pr¨¢ctica. Siendo diestro, a la hora de darle a la bola te golpeas con el hombro izquierdo debajo de la barbilla, y aplastas as¨ª la mascarilla. Si acaso una finita de tela podr¨ªa servir, pero entonces no me proteger¨ªa¡­ Normalmente me la quito para golpear y me la vuelvo a poner entre golpe y golpe¡±.

Su imagen con la mascarilla se difundi¨® especialmente en 2013, cuando, jugando en Malasia, le vino de perlas para no respirar el aire lleno de humo que hab¨ªa en el campo de golf debido a un incendio en una localidad cercana. Como siempre, ¨¦l llevaba su protecci¨®n contra el polen, y le dio doble uso. ¡°Al d¨ªa siguiente, todos la llevaban¡±, recuerda Colomo. Pese a todo, y ante un posible uso masivo por parte de los golfistas cuando la competici¨®n regrese (el 11 de junio en Estados Unidos, seg¨²n lo previsto), el espa?ol advierte: ¡°Es muy complicado jugar con mascarilla por una cuesti¨®n pr¨¢ctica, de movimiento. Adem¨¢s, en el golf es f¨¢cil mantener la distancia de seguridad con los otros jugadores. M¨¢s dif¨ªcil es con el caddie, que siempre est¨¢ a tu lado, te habla, te da los palos... Ah¨ª la soluci¨®n ser¨ªa que la llevara ¨¦l¡±.

La antigua mascarilla puede que siga en la bolsa de palos, aunque ahora sabe que ha de renovarla. De momento, Colomo se ha fabricado una de pl¨¢stico, que le cubre toda la cara, para ir al supermercado y pasear al perro. Habituado a patearse los pa¨ªses asi¨¢ticos, cree que el resto del mundo deber¨ªa copiar ese uso normalizado de la protecci¨®n en la vida normal. ¡°Cuando jugu¨¦ mi primera temporada en Asia, en 2012, me sorprendi¨® que todo el mundo la llevaba, en todos sitios. En Tailandia, Jap¨®n, Corea, Indonesia¡­ Es algo cultural. Est¨¢n muy concienciados, por higiene y por solidaridad. Ojal¨¢ esto sirva para concienciarnos como sociedad y que, cuando alguien est¨¦ resfriado, por ejemplo, se la ponga¡±.