Del milagro Miguel Mu?oz al ¡°?fuera Mu?oz!¡±
El entrenador lleg¨® en 1960 al Madrid como interino y se fue 14 a?os despu¨¦s con nueve Ligas y dos Copas de Europa, arrollado ya por los nuevos m¨¦todos del f¨²tbol
Santiago Bernab¨¦u, que lleg¨® a la presidencia del Madrid en 1943, cambi¨® de entrenador hasta 13 veces en sus primeros 17 a?os. Los siguientes 14 mantuvo inamovible a Miguel Mu?oz, que lleg¨® al puesto en condici¨®n de interino hace 60 a?os por estas fechas.
Al banquillo blanco se le lleg¨® a conocer como ¡°la silla el¨¦ctrica¡±. Con Bernab¨¦u, que empez¨® por desestimar al que hab¨ªa a su llegada, Juan Armet, desfilaron por all¨ª Ram¨®n Encinas, Jacinto Quincoces, Baltasar Alb¨¦niz, de nuevo Jacinto Quincoces, el ingl¨¦s Michael Alexander Keeping, conocido como ¡°M¨ªster Keeping¡±, otra vez Baltasar Alb¨¦niz, H¨¦ctor Scarone, Juan Antonio Ipi?a, Enrique Fern¨¢ndez, Jos¨¦ Villalonga, Luis Carniglia y Fleitas Solich. Ninguno de ellos dur¨® m¨¢s de dos a?os. Ni siquiera Villalonga y Carniglia, cesados ambos tras ganar cada una de sus dos temporadas la Copa de Europa.
En la mayor¨ªa de los casos pes¨® cierta indefinici¨®n del cargo. Por aquel tiempo, algunos pretend¨ªan que el entrenador fuese s¨®lo un preparador f¨ªsico, pero la alineaci¨®n la decid¨ªa el comit¨¦ directivo o, en su nombre, el secretario t¨¦cnico, cargo que invent¨® en el propio Real Madrid Hern¨¢ndez Coronado, que fue el primero. Pero ya en los a?os cuarenta entrenadores reclamaban m¨¢s poder. En especial, los que ten¨ªan mucho nombre, como los que fichaba el Madrid, todos ellos celebridades. Por esa v¨ªa cayeron la mayor¨ªa, en choques con el secretario t¨¦cnico de turno o con el propio Bernab¨¦u. Hasta finales de los cincuenta, y gracias a Helenio Herrera, no se asoci¨® el cargo de entrenador al poder omn¨ªmodo.
Para la 59-60, Bernab¨¦u contrat¨® a Fleitas Solich, un paraguayo que hab¨ªa triunfado en Brasil, de donde vino Did¨ª bajo el brazo. Brasil estaba de moda, pues hab¨ªa ganado el Mundial 58, con Did¨ª como cerebro. Don Fleitas, como se le llam¨® aqu¨ª, sustituy¨® al argentino Carniglia, que se hab¨ªa resistido en su ¨²ltimo curso al fichaje de Puskas, impuesto por Bernab¨¦u. Adem¨¢s, desafi¨® al patriarca dejando al h¨²ngaro fuera de la final de Stuttgart contra el Stade Reims. Para remate, la Liga la gan¨® el Bar?a, que tambi¨¦n elimin¨® al Madrid en semifinales de Copa. As¨ª que se tuvo que ir. Era ya el Bar?a de Helenio Herrera, cuya contrataci¨®n siempre tent¨® a Bernab¨¦u, pero no termin¨® de decidirse porque era absolutamente ingobernable.
El fracaso de Did¨ª
Fleitas Solich tra¨ªa un plan para aliviar esfuerzos a Di St¨¦fano: un 4-2-4, donde Did¨ª reinar¨ªa en la media, junto a Vidal o Santisteban, mientras Ruiz o Z¨¢rraga hac¨ªan de cuarto defensa. Di St¨¦fano s¨®lo ten¨ªa que esperar arriba, junto a Puskas y los extremos. Era razonable, pues ya ten¨ªa 33 a?os, y lo mismo Puskas. Pero Di St¨¦fano no ten¨ªa paciencia para esperar arriba. Era un vicioso del f¨²tbol y adem¨¢s un convencido de que el ¨¦xito del Madrid de ese tiempo consisti¨® en tener siempre un jugador m¨¢s en el medio campo. Ese jugador extra era ¨¦l, que bajaba a recuperar y a construir sin detrimento de su cuenta goleadora. As¨ª que Di St¨¦fano se conform¨® poco tiempo, empez¨® a bajar, recrimin¨® a Did¨ª su lentitud y el plan se averi¨®. Don Fleitas tir¨® la toalla y, a partir de un momento, Did¨ª qued¨® para los amistosos. En toda la Copa de Europa no jug¨® ni un partido.
Aquella Liga la gan¨® el Bar?a por el golaverage general. Empatados los dos equipos a puntos y al golaverage particular, el siguiente criterio fue el general, que entonces iba por cociente, no por diferencia, como ahora. A dos jornadas del final ten¨ªa ventaja clara el Bar?a. Si en la pen¨²ltima jornada ganaba en su visita al Espanyol, tendr¨ªa pr¨¢cticamente asegurada la Liga, a falta de recibir en casa al Zaragoza. Gan¨®, en efecto, 0-1. El Madrid, a su vez derrot¨® 4-0 a la Real, pero a¨²n as¨ª la distancia en el cociente era de 0,365. Dando por supuesto que el Bar?a vencer¨ªa en el Camp Nou a su ¨²ltimo visitante, al Madrid le har¨ªa falta un imposible 0-17 en Las Palmas el ¨²ltimo d¨ªa.
Semifinales de Copa de Europa contra el Bar?a
As¨ª que Fleitas Solich -que la v¨ªspera hab¨ªa dicho ¡°la Liga no acaba hoy, queda una semana¡±- se despidi¨® ese lunes, harto, aburrido y fracasado, aunque con las mejores maneras. Bernab¨¦u acudi¨® a Miguel Mu?oz, que estaba a cargo del filial, el Plus Ultra, cuarto en la tabla Segunda. Mu?oz era un madrile?o que tras jugar en equipos menores de la capital son¨® en el Logro?¨¦s mientras hac¨ªa la mili. Luego pas¨® al Racing y de ah¨ª a un gran Celta, de donde le compr¨® el Madrid junto a Pahi?o. Marc¨® el primer gol del equipo en la Copa de Europa y fue el capit¨¢n que levant¨® las dos primeras. En la tercera le desplaz¨® el empuje de Santisteban y en la 58-59 pas¨® a entrenar al Plus Ultra. Su palmar¨¦s como jugador era estupendo: 4 t¨ªtulos de Liga, 3 de Copa de Europa y 2 de la Copa Latina. En ese primer curso como entrenador del filial ya le hab¨ªa tocado sustituir a Carniglia mes y medio (siete partidos de Liga y dos de Copa de Europa), mientras el argentino estuvo de baja por una operaci¨®n de c¨¢lculo de ri?¨®n.
Ahora, entraba de nuevo como provisional, exactamente el martes 12 de abril de 1960. Ten¨ªa 38 a?os. Tras liquidar el ¨²ltimo partido de Liga, que se supon¨ªa in¨²til (y lo fue), tocaba afrontar de inmediato nada menos que las semifinales de la quinta Copa de Europa ante el Bar?a. Para su estreno (o reestreno), al partido de Las Palmas llev¨® una delantera de suplentes, que incluy¨® la reaparici¨®n de Did¨ª, y reserv¨® a los titulares para el mi¨¦rcoles ante el Bar?a. El Madrid gan¨® 0-1 en Las Palmas mientras el Bar?a despachaba con facilidad al Zaragoza (5-0) y cantaba el alir¨®n. Helenio Herrera sali¨® a hombros. En dos a?os, hab¨ªa ganado las dos ligas al Madrid m¨¢s una Copa. Ahora se aprestaba a apartarle de Europa.
El jueves 21, el Madrid recibe al Bar?a con dos novedades: Del Sol, reci¨¦n fichado del Betis para llevar el 8 de Did¨ª, y Pach¨ªn, un lateral que llevaba un a?o suspendido por doble contrato firmado tiempo atr¨¢s cuando lleg¨® a Osasuna.
El Bar?a era favorito, con su fuerza y su moral, y el Madrid parec¨ªa sumido en malos rollos. Pero los blancos ganaron 3-1. Y en la vuelta, el 28, volvi¨® a vencer, 1-3. Helenio Herrera cay¨® tras ese partido. No le import¨®, ya ten¨ªa puesto asegurado en el Inter. Y el Madrid levant¨® la quinta Copa de Europa, en Glasgow, ante el Eintracht, con un inolvidable 7-3.
Bernab¨¦u decidi¨® dar continuidad a Mu?oz, cuya presencia pacific¨® las cosas. El curso siguiente empez¨® con la Intercontinental ante el Pe?arol: 0-0 en Montevideo y 5-1 aqu¨ª, z¨¦nit del Madrid de Di St¨¦fano. Luego gan¨® cinco ligas seguidas mientras preparaba el reemplazo de los gloriosos Z¨¢rraga, Di St¨¦fano, Puskas y Santamar¨ªa, y creaba, pieza a pieza, el Madrid ye-y¨¦, que recuperar¨ªa la Copa de Europa en 1966.
Cuando los ye-y¨¦s decayeron se le estrope¨® el equipo. Sus m¨¦todos empezaban a estar anticuados. La rutina era: lunes descanso, martes ba?o y masaje, mi¨¦rcoles entrenamiento f¨ªsico, jueves partidillo contra el juvenil, viernes baloncesto y concentraci¨®n, s¨¢bado paseo y domingo partido. Aparec¨ªan nuevos m¨¦todos f¨ªsicos, que desatendi¨®, y un estudio sistem¨¢tico de los rivales, implantado por HH, que tampoco consider¨® necesario. En el Bernab¨¦u empezaron a escucharse gritos de ¡°?Fuera Mu?oz!¡±. Con la reapertura de fronteras a los extranjeros (73-74), el Madrid no acert¨®. Mientras el Bar?a fichaba a Cruyff y Sotil, que dieron un resultado espl¨¦ndido, el Madrid trajo a Netzer y ?scar Mas, de los que el primero result¨® s¨®lo a medias y el segundo nada. Los gritos contra Mu?oz se hicieron cr¨®nicos. El 13 de diciembre de 1974, en la jornada 18 de aquella Liga, el Madrid perd¨ªa ante el colista Castell¨®n y se quedaba a ocho puntos del Bar?a de Cruyff. La situaci¨®n se hizo insostenible. Bernab¨¦u anunci¨® que le ratificaba, pero el d¨ªa siguiente Mu?oz se le present¨® tan hundido que le acept¨® la dimisi¨®n. De aquello viene el dicho c¨¦lebre ¡°entrenador confirmado, entrenador cesado¡±. Le sustituy¨® Luis Molowny, en el primero de sus cinco servicios como bombero de guardia.
Del 13 de abril de 1960 hasta el 13 de diciembre de 1974. Trece a?os y ocho meses. Ah¨ª queda el r¨¦cord. Dej¨® nueve t¨ªtulos de Liga, 2 de Copa (o 3, si se cuenta el inicio de la ¨²ltima, que coron¨® Molowny), 2 de Copa de Europa y 1 de la Intercontinental.
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