El pasteurizado regreso del f¨²tbol
Para los jugadores significa una vuelta a la actividad llena de cautelas, sobre ellos descansa un desaf¨ªo gigantesco; si lo superan, la buena noticia exceder¨¢ los l¨ªmites del deporte

El f¨²tbol sabe de d¨®nde viene, pero no sabe d¨®nde se adentra. En algunos pa¨ªses ¡ªAlemania, Italia, Espa?a, Portugal y casi con toda seguridad Inglaterra¡ª ha decidido aventurarse en un territorio incierto. Quieren terminar los campeonatos. La econom¨ªa aprieta. En otros, ha declinado el desaf¨ªo. Francia, Holanda, B¨¦lgica y Argentina prefieren clausurar definitivamente la temporada. Dos opuestas aproximaciones a una crisis acuciante, visi¨®n dispar que refuerza la condici¨®n del f¨²tbol como met¨¢fora de la realidad.
Los futbolistas regresaron ayer a una somera y pasteurizada actividad, minuciosamente pautada, tras recibir luz verde del Gobierno para incorporarse a la fase cero, trampol¨ªn inicial de las etapas previstas en el acceso a un suced¨¢neo de normalidad. A este destino se le ha bautizado como nueva normalidad. Lo que signifique ese concepto es tan misterioso como el virus que lo ha provocado.
Al campeonato espa?ol le quedan 11 jornadas y 110 partidos por delante. Existe la voluntad de jugarlos antes de agosto. Los partidos ser¨¢n emitidos por televisi¨®n y no habr¨¢ p¨²blico en las gradas. Hay un precedente cercano. Aplazado en su d¨ªa por el riesgo que provoc¨® el derrumbe del vertedero de Zaldivar, el Eibar-Real Sociedad se disput¨® sin gente en Ipurua, por orden gubernativa, dos d¨ªas antes del cierre temporal de la competici¨®n.
El 13 de marzo, Espa?a registr¨® 31 muertes por la covid-19. Hab¨ªan fallecido 133 personas desde el primer deceso. El n¨²mero de casos acumulados hasta entonces ascend¨ªa a 5.323. Aquel d¨ªa, Trey Tompkins, baloncestista del Real Madrid, dio positivo. El club cerr¨® las instalaciones de entrenamiento y orden¨® la cuarentena de las plantillas de f¨²tbol y baloncesto. LaLiga comunic¨® esa ma?ana el aplazamiento del campeonato durante dos semanas. El cierre sine die se anunci¨® 10 d¨ªas despu¨¦s.
Se confirmaron los peores pron¨®sticos de una pandemia atroz. Resulta imposible calcular sus consecuencias, que en el f¨²tbol se insin¨²an draconianas. Intenta regresar apremiado por las urgencias econ¨®micas, que colocan a muchos clubes en una situaci¨®n casi insostenible. La televisi¨®n es el ¨²nico respirador posible para la mayor¨ªa, antes de enfrentarse a un futuro que se parecer¨¢ poco al pasado.
Cuando llegue, la ansiada vacuna no devolver¨¢ a los clubes a su alegre y despreocupado estado anterior, caracterizado por el desparrame inflacionista. Los tiempos de champ¨¢n y rosas se han acabado. No faltar¨¢ la tentaci¨®n de revivirlos, pero durante un buen periodo se impondr¨¢ el pragmatismo, la obligada austeridad a la que obligar¨¢ esta gigantesca crisis mundial.
El f¨²tbol espa?ol vuelve de puntillas, 52 d¨ªas despu¨¦s del inicio de la reclusi¨®n. El coronavirus ha causado oficialmente 25.500 muertos. Las infecciones detectadas se elevan a 218.000. Espa?a es el segundo pa¨ªs con m¨¢s casos y el cuarto en fallecimientos. Esto es lo que sabe el f¨²tbol antes de reanudar su actividad. Por delante tiene 110 partidos a disputar en junio y julio.
Cada encuentro exigir¨¢ un m¨ªnimo de personas que lo convierta en operativo para competir y para su emisi¨®n televisiva. El protocolo de urgencia de LaLiga reduce esa cifra todo lo posible. Probablemente, la cifra se situar¨¢ alrededor de 150 personas por partido. Es decir, 1.500 por jornada. Cerca de 17.000 en total, si se completa la temporada.
Para los jugadores significa un regreso a la actividad lleno de cautelas, por lo significa la amenaza de la covid-19, por los efectos f¨ªsicos del confinamiento y el estr¨¦s de la vuelta en unas condiciones muy poco naturales, primero a los entrenamientos, que adquieren el aire esterilizado de los laboratorios, y luego a los partidos. Sobre ellos y en este territorio desconocido descansa un desaf¨ªo gigantesco. Si lo supera, la buena noticia exceder¨¢ los l¨ªmites del f¨²tbol. Ser¨¢ un notici¨®n para todos.
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